Hace aproximadamente dos meses, el club inició sus trabajos con la escuela formativa, donde asisten pequeños entre los 5 y 12 años de edad.
Mejorar el equilibrio, la resistencia, la coordinación motora, fortalecer capacidades, así como fomentar el deporte, el ejercicio físico y la vida sana, son solo algunos de los beneficios que otorga el ciclismo en la infancia.
En este contexto es que hace aproximadamente 2 meses, el Team Bike and Bici de Vicuña inicio su escuela formativa con niños y niñas entre 5 y 12 años.
Para dar a conocer este nuevo trabajo, recientemente desde el club realizaron una Clínica de Ciclismo abierta a la comunidad, siendo la plaza Gabriela Mistral el punto de encuentro para los pequeños y sus familias. Actividad que contó con el apoyo de la Oficina de Deportes del municipio local.
Daniela Contreras es miembro de Bike anda Bici y la encargada de la escuela formativa, quien comentó el principal propósito de esta “comenzamos con rueditas y que de a poco vayan tomando confianza en la bicicleta y se familiaricen con el ciclismo. Depende de la dificultad que tenga cada niñito, nos vamos enfocando en enseñarles lo que les falta (…) los niños con nosotros sienten la confianza, lo van intentado, para poder surgir tienes que caerte para poder levantarte”.
Cada uno de los pequeños llegó con su casco y bicicleta, para completar diversos circuitos, donde pudieron poner en práctica las habilidades aprendidas en los últimos meses, superando incluso algunos miedos.
Tal es el caso de Sofía, que asiste a la escuela formativa para aprender más sobre el ciclismo, pasión que comparte con su abuelo y su madre Melisa, quien se mostró bastante contenta “quería que ella aprendiera sin miedos ni mañas como dicen y estoy súper contenta con el resultado, ella no sabía pedalear, ahora anda en una bicicleta más grande, tiene más seguridad”.
En tanto la pequeña señaló que “andamos en diferentes lugares, hacemos circuitos (…) yo quería andar en bici para poder salir las dos”.
Asimismo, Rayén Alcayaga de 7 años y también miembro de la escuela formativa, habló sobre lo aprendido “aprendí a pararme en bici, parar los saltos y bloquear los conos (…) mi parte favorita son los saltos”.
La actividad no solo convocó a los miembros de la escuela formativa del club y sus apoderados. También asistieron todos quienes se interesan por esta disciplina deportiva, generando un ambiente grato y familiar.
Uno de ellos fue Lincoln Álvarez, quien acompañó a sus hijos Ilian y Eline. Oportunidad en que valoró que se generen este tipo de espacios “una muy buena iniciativas, a los niños les sirve mucho, sobre todo para la motricidad y sumergirlos un poco en el ciclismo”.
