La autoridad sanitaria acompañó al director nacional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, Jorge Rivas, quien por segunda vez visitó las instalaciones de la planta desalinizadora levantada en Quilimarí
Una segunda visita fiscalizadora realizó el director nacional de la Superintendenta de Servicios Sanitarios, Jorge Rivas, a la planta desaladora construida por la empresa sanitaria San Isidro en Quilimarí y cuyo objetivo es solucionar el problema de abastecimiento de agua potable a la población, dada que la actual distribución presenta altas concentraciones de sal.
Lo anterior, ha creado una grave crisis a los habitantes del balneario, quienes han tenido que suplir el problema adquiriendo botellas de agua para su consumo con un costo personal por familia. La empresa por su parte, ha instalado estanques de abastecimiento con el vital recurso en diferentes puntos de la localidad.
“La conformidad total la vamos a tener cuando el agua sea potable y de consumo seguro desde que salga de la llave. Nosotros venimos con este problema y que se originó como crisis, el verano pasado siendo bastante fuerte a propósito de la no disponibilidad de agua y que se tuvo que enfrentar de distintas maneras como los estanques. También se ha mencionado acá que hay una supervisión de parte de la Seremi de Salud para garantizar que las personas puedan consumir esa agua. Evidentemente ha habido un avance según han dicho las autoridades”, señaló el alcalde (S) de Los Vilos, Ernesto Jorquera.
Uno de los ejes centrales de la visita del director nacional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios, Jorge Rivas, fue constatar el funcionamiento del módulo dos de la desaladora
“Nos interesa que esté operando bien y que esté garantizando no solo cantidad, sino calidad del agua y la verdad es que hoy día estamos constatando que el suministro en Pichidangui, ha mejorado muchísimo en calidad, es agua potable y para eso durante el mes de febrero vamos a hacer un muestreo con laboratorio acreditado contratado por la Superintendencia, eso va a tomar algunas semanas, pero la idea que es que ojalá a fines de febrero nosotros podamos certificar el agua potable que hoy día está entregando la empresa sanitaria San Isidro”, precisó la máxima autoridad de la SISS.
Al mismo tiempo, Rivas sostuvo que paralelamente, se estudia la posibilidad de entablar una demanda colectiva a través de Sernac contra la sanitaria San Isidro por los daños económicos causados a la comunidad de Pichidangui: “No vamos a descartar ninguna iniciativa”, señaló.
Agua aún no es potable
Por su parte, la Seremi de Salud, Paola Salas, enfatizó que el agua que es distribuida por las redes domiciliarias a la población de Pichidangui por la empresa San Isidro “todavía no es posible consumirla como agua potable, a no ser que nuestra Superintendencia de Salud la certifique y eso va a ocurrir durante el mes de febrero”. Indicó que puede ser consumida sólo aquella que está almacenada en los estanques que la empresa ha instalado en diferentes puntos del balneario y que cuentan con la supervisión de la Seremía de Salud.
Si bien se solucionaría el abastecimiento de agua para la población de Pichidangui, el problema ahora es otro para la sanitaria, ya que vecinos de Quilimarí denuncian que el rebalse de salmuera es depositado en el mismo sector, poniendo en peligro -según dicen- pozos de captación cercanos donde se produce este depósito, a lo cual las autoridades se comprometieron a coordinar con la Superintendencia y Seremía de Medio Ambiente , vigilar los eventuales problemas que esto podría ocasionar al ecosistema del lugar, cercano al humedal de Quilimarí.
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