Algunos deseos de las integrantes de la organización es ser más conocidas en su región, subsistir económicamente y evitar que su arte en base al tejido en telar con lana de oveja se pierda.
El pasado viernes 11 de agosto, en la sede del club de adulto mayor Río Turbio, más de una decena de integrantes de la agrupación Tejedoras de Chapilca se reunieron para celebrar un nuevo aniversario.
Son 54 años de vida para la organización que se festejaron con una reunión en donde los recuerdos, la alegría y las comidas típicas como el pan amasado, dulces caseros y el queso de cabra fueron protagonistas.
Palabras de felicidad expresó Macarena Urrutia, presidenta de la agrupación y tejedora de tercera generación, quien manifestó que “para mí es bien emocionante porque hay artesanas presentes que ya no están activas, pero que fueron parte de los inicios, así que celebrar días de alegrías, de convivencia y recordar momentos antiguos”.
Luego de la pandemia, las artesanas se han visto fuertemente afectadas en materia económico, puesto que las ventas han ido a la bajo considerablemente. Para ellas es fundamental visibilizar sus trabajos, aumentar las ventas de sus productos y que las visiten elquinos y turistas.
En esta línea, Silvia Pérez Rojas, tejedora que comenzó con este oficio familiar a los 13 años de edad, espera que más personas “vengan a comprar, a mirar, a saber de esta tradición que es algo tan bonito, a nadie le gustaría que esto se termine, así que la idea es a seguir conociendo la artesanía de Chapilca”.
Una iniciativa que busca promover el trabajo de las artesanas en la región es la que lidera Javiera Arenas Meza, coordinadora general del proyecto “Plan de difusión de las Artesanas de Chapilca para visibilizarlas como actrices culturales en La Serena, Vicuña y Paihuano” que es financiado por un FONDART Regional.
“Esta iniciativa surge hace dos años de estar con las artesanas en un trabajo y en donde pudimos notar que, si bien, son reconocidas en el valle del Elqui, esto no se traduce en ventas, siendo desconocidas en La Serena o en su propia región, entonces surge la inquietud de que sean reconocidas en su lugar como el patrimonio vivo que son” sostuvo Meza.
A su vez, la profesional aprovechó de manifestar sus deseos para la agrupación. “Mi mayor deseo es que pudiesen dedicarse exclusivamente a la artesanía” puntualizó.
A 30 kilómetros de distancia del centro de la ciudad de Vicuña, en una colorida y antigua sala de ventas se pueden encontrar ponchos, gorros, alfombras y una diversidad de productos realizados por las tejedoras de Chapilca; oficio ancestral, patrimonio cultural vivo, que traspasa generaciones.
Artesanas que buscan ser más conocidas en su región, subsistir económicamente y evitar que su arte en base al tejido en telar con lana de oveja se pierda.