Mineros, conductores, guardias y personal de salud, son varios los rubros que realizan su jornada en horario nocturno, modificando rutinas y durmiendo de día. Los especialistas sugieren hacerlo en habitaciones sin luz y evitando ruidos, ya que descansar mal, de forma reiterada, predispone la aparición de varias enfermedades.
El sol comienza a desaparecer en el horizonte y es el signo inequívoco de que la hora de dormir se acerca. Así nos enseñaron desde que tenemos uso de razón, sin embargo, existe un grupo de personas para las cuales la puesta de sol indica todo lo contrario: es momento de comenzar la jornada laboral.
Médicos, enfermeros, mineros, conductores y guardias de seguridad son solo algunos de los rubros que han modificado sus actividades diarias para dormir de día y trabajar de noche, rutinas que, sin duda, afectan tanto la calidad como la cantidad de horas de sueño.
Para el doctor Fernando Molt, neurólogo de la Unidad del Sueño del Hospital San Pablo de Coquimbo, el dormir es una necesidad biológica inherente a los seres vivos, pero también es un hábito. En este sentido, recomienda a quienes por primera vez ingresan a un trabajo en este horario, que cuiden la forma en cómo descansan durante el día, ya que la adaptación será distinta en cada persona.
“Trabajar de noche es una anormalidad del ciclo circadiano que realizan muchos trabajadores y la adaptación depende mucho de cada individuo. Existe una propensión natural a que el día posterior al turno se realicen actividades, pero ese día debería ser más un momento de descanso y reparación del sueño. Dormir en horario diurno siempre será más difícil, por lo que debe ser en una cama cómoda, una habitación sin luz y evitando ruidos, además es ideal tomar una siesta previo al turno de la noche”, señala.
En cuanto a las horas de sueño que deberíamos dormir para lograr un descanso reparador, el neurólogo del Hospital de Coquimbo detalla que éstas dependerán de la edad de cada persona, ya que es muy distinto en infantes, adultos e incluso, lactantes.
“Como sabemos, en niños puede ser más de la mitad de un día. En general, la regla de oro es que adultos jóvenes y adultos debieran dormir un mínimo de siete a ocho horas, y en adolescentes y jóvenes, debiera ser entre ocho y nueve horas. Por otro lado, es frecuente que en algunos casos las horas de sueño en adultos mayores se reduzcan a seis o siete. Aunque también hay que saber que, genéticamente, existen los dormidores largos que requerirán más de una hora extra a estas recomendaciones, y los dormidores cortos, que necesitarán una hora menos en general”, explica.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DE NO DORMIR BIEN?
Cuando no descansamos correctamente, al día siguiente vemos afectado nuestro estado de ánimo, pudiendo andar incluso, más irritables o poco concentrados durante la jornada. Afortunadamente, es algo que se mejora de forma rápida con un buen descanso. Sin embargo, el especialista de la Unidad del Sueño comenta que dormir muy poco o tener una mala calidad de sueño, puede generar más consecuencias que solo mal humor.
“El no dormir bien nos predispone a varias enfermedades, como trastornos en el ánimo, ansiedad, deterioro cognitivo, pero también son factores de riesgo para diabetes, intolerancia a la glucosa, hipertensión arterial e incluso, el sueño se relaciona a mayor riesgo de infarto cardiaco y ataque cerebrovascular”, advierte.
¿CUÁNDO CONSULTAR A UN ESPECIALISTA?
Existen variados trastornos que se relacionan con la falta de sueño, pero el más frecuente es el insomnio, aunque en general el más diagnosticado en hospitales es el Síndrome de Apneas-Hipopneas Obstructiva del Sueño, SAHOS, que se caracteriza por episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea al dormir.
Para no llegar a estos trastornos más avanzados, es importante no dejar pasar los primeros síntomas, y si éstos se mantienen en el tiempo y afectan de forma prolongada el descanso, consultar a un especialista.
El director del Servicio de Salud Coquimbo, doctor Christian Vargas, explica que en la Red Pública de la Región de Coquimbo se puede diagnosticar y tratar la mayoría de los trastornos del sueño, y si se requiere el manejo de un especialista, el paciente también puede ser derivado. “Todos los pacientes que tienen un insomnio prolongado o severo debido a su actividad laboral u otro tipo de trastorno, o sospechan que tienen apnea del sueño, deben acercarse a su centro de salud más cercano y ahí el equipo profesional médico lo va a diagnosticar. Además, si corresponde, va a ser derivado a un centro de mayor complejidad, que en el caso de nuestra Red Regional es la Unidad de estudio del Sueño que está en el Hospital de Coquimbo, donde se realizan los exámenes para hacer un correcto diagnóstico del trastorno del sueño y de la apnea del sueño, allí se le entregará el equipamiento necesario para el tratamiento”, destaca el doctor.
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