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Cómo enfrentar el estrés en la vuelta a clases

Eileen Green, psicóloga de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), entrega recomendaciones y herramientas que permitan tener un proceso de adaptación más saludable post vacaciones.

Probablemente al escuchar la palabra “marzo” lo primero que se viene a la mente es preocupación o estrés.

El inicio de clases, los gastos económicos asociados al ámbito escolar, hijos que se muestran desmotivados con el regreso, entre otras situaciones, pueden dificultar el proceso de adaptación a la rutina post vacaciones y contribuir o acentuar algunos problemas de salud mental.

“El estrés es entendido como el malestar físico y emocional que experimentamos ante situaciones que sobrepasan nuestras capacidades, percibimos como amenazantes o escapan de nuestro control. En ocasiones, el estrés por el regreso a clases incluso se puede sumar a otros factores que ya estaban interfiriendo en la vida diaria, es decir, la “mochila” de malestares que teníamos antes, se hace un poco más pesada”, explica Eileen Green, psicóloga de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS).  

Es por eso que, Eileen Green, quien también es especialista en psicología clínica y en intervención en crisis, entrega algunas recomendaciones y herramientas que permitirán manejar de una manera más adecuada y saludable la llegada de marzo.

  • Conversar sobre este tema: probablemente se trate de un proceso de adaptación para toda la familia, por lo que es importante conversar y anticipar el cambio que se aproxima. Hay que evaluar cómo perciben la vuelta a clases los hijos/as, reconocer y validar en caso de que exista malestar asociado al retorno y/o destacar aspectos positivos, tales como reencontrarse con amistades, tener espacios recreativos, etc.
  • Ser flexible: a veces se quiere organizar las actividades para cumplir en los tiempos y ritmos, sin embargo, es importante considerar que ser estrictos probablemente genere más malestar que adaptabilidad. Debemos ser realistas con nosotros mismos e hijos. Los procesos de adaptación pueden ser distintos para cada persona, así que se recomienda considerar el partir lento y tener en mente que se irá retomando el ritmo después de un tiempo. 
  • Organizar las actividades: Hay que intentar que las actividades preparativas para marzo sean anticipadas, claras y predecibles. Eso ayudará a tener certeza del proceso y que los hijos se sientan más seguros de qué esperar durante los días que irán a comprar útiles, ver su uniforme y también los primeros días de clases.
  • Adelantar la rutina: Volver a adaptarse al ritmo del año escolar puede ser un proceso difícil. Para evitar que se convierta en un estresor más, hay que considerar una o dos semanas antes, la priorización en mantener hábitos saludables, tales como, acortar los horarios de trasnoche de los hijos y mantener horarios de las comidas coincidentes con la jornada escolar.
  • Considerar tiempos de autocuidado: Si bien toda la atención y energía puede estar focalizada en marzo, es importante mantener los espacios de cuidado, por ejemplo, hacer pausas, realizar actividades recreativas y/o apoyarse emocionalmente en las personas más cercanas. Cuidarse ayudará a sobrellevar con más facilidad el día a día. 

“No debemos esperar que todo salga perfecto y tenemos que recordar  de que se trata de un estresor que se irá ajustando con el pasar de las semanas”, concluye la especialista.

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