En el corazón de Ovalle en el ingreso norte, están las plantaciones de la agrícola de Jorge Hernández, quien con orgullo comenta que está en plena cosecha de cerezas, árboles que se plantaron el año 2019 y que este 2023 poseen tres variedades con unos 10 mil kilos por hectáreas en promedio.
Todo un hito para región, porque fueron los primeros envíos de Chile a China donde este producto se espera con ansias, porque el fruto representa el amor, amistad y se regala como un bien muy preciado.
Se van del campo a un frigorífico y de ahí por avión hasta llegar en tres días a los mercados donde se venden como “pan caliente”.
Proyecto de recambio de variedad
Jorge Hernández comentó que el proyecto lo analizó junto a otros amigos, debido a la molestia que había con los precios pagados por la uva pisquera en el año 2019, que los hizo replantear la continuación con ese producto.
“Se nos dio la posibilidad de que apareció una planta en el sur y la verdad es que este proyecto se gestó en un mes donde decidimos sacar los parrones y plantar, en 5 meses teníamos todo armado.
Eficiencia hídrica e innovación
El productor sostuvo que poseen estanques con sus carpetas de geomembranas, junto con su red de riego por goteo, pero, además, sistemas de programación del riego, incluso implementaron sondas de riego, junto al monitoreo satelital.
“Estamos jugando con todas las herramientas posibles para poder hacer eficiente el recurso hídrico, además se han utilizado mallas para manejar las temperaturas. Es un gran proceso y esta semana estamos en plena cosecha”.
Kilos de entrega por hectáreas
Jorge Hernández entrega datos sobre la producción, aclarando que se puede contar con un huerto que cargue perfectamente 20.000 kilos sin problema, pero “para nosotros el objetivo es entregar cerezas primores, por lo que la idea es regular carga.
Para nosotros regular carga significa dejar en la variedad Lapins aproximadamente no más de 12.000 kilos, ojalá unos 10.000 kilos en promedio, y en Santina, yo creo que el número va a estar por los 8.000 kilos por hectárea”.
Visita de la Sociedad Agrícola del Norte
Para Daniela Norambuena Gerente de la Sociedad Agrícola del Norte, dada la situación de escasez hídrica y el cambio climático que ha provocado una variabilidad en la región de Coquimbo, “se deben buscar alternativas. Primero, lógicamente, productos que requieran una menor cantidad de recursos hídricos, pero además que también sea rentable. Me refiero a que son productos que hoy día sean de interés comercial para otros países, tanto para Estados Unidos, que principalmente es el país que recibe nuestros productos agrícolas, como también para Asia.
Norambuena puntualizó que la región ha brindado una oportunidad para poder instalar el cultivo de cerezos en forma inédita. “Por lo general este es un cultivo que se ha dado principalmente en la zona centro-sur, pero ahora con algunas variedades que han requerido menos cantidad de horas frío se ha podido desarrollar en algunos sectores del Limarí Bajo, incluso también en el Elqui Bajo, porque se requiere de una incidencia marina y también esta variabilidad que le permite a la planta también generar todo su ciclo fenológico”.
Y hay buenos resultados, esta semana se visitó un huerto detrás del hospital de Ovalle donde Jorge Hernández se reconvirtió de las uvas a las cerezas.
“Conocimos algunas variedades como Santina, Lapins o Brooks y hemos visto su comportamiento, se está introduciendo, sin embargo, es un cultivo de bajo requerimiento hídrico, con solamente 5.000 metros cúbicos por hectárea, casi un poquito menos que el agua para la uva de mesa, es un árbol que entra en dormancia, es decir, se le caen las hojas en invierno y finalmente se le entrega un riego mínimo solamente de mantención. Así que es una tremenda alternativa porque además, es un producto muy apetecido por China donde el kilo cuesta entre 15 a 20 dólares o más”.
La Gerente SAN sostuvo que son muy buenas noticias para la zona y productores, quienes deben buscar nuevas alternativas de cultivo aprovechando el escaso recurso hídrico. También este mes se abrió la posibilidad de las exportaciones de duraznos y damascos a China, productos que se cultivan con mayor fuerza entre Limarí y Choapa.