En Coquimbo, cada semana, más de 90 niñas y niños, provenientes de hogares con disímiles condiciones económicas, se reúnen aprender y compartir junto a sus docentes de la Banda y Orquesta Filarmónica Infantil, entidad financiada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras.
Pese a reconocernos como un país segregador y poco integrativo, aún persisten espacios iluminados por la hermandad, el respeto y el trato igualitario a las y los demás, donde no importa el lugar o el colegio de procedencia, sino la persona que eres o deseas ser.
En la ciudad puerto de Coquimbo, este lugar es propiciado por la Fundación Filarmónica de Coquimbo, financiada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, y que desde hace algunos años viene realizando un silencioso trabajo gratuito de educación musical en beneficio de niñas y niños de diversos rincones de la comuna.
A través de la disciplina, la concentración y el amor por las melodías, hoy son 94 corazones pertenecientes a la Banda y la Orquesta Filarmónica infantil de Coquimbo quienes han encontrado un espacio para crecer juntos, forjar amistades y ser el orgullo de sus familias, sin importar el grupo social de origen; gracias también al apoyo del Departamento de Cultura de la Municipalidad de Coquimbo a través de un proyecto que busca descentralizar y ampliar la oferta cultural para los habitantes de la comuna.
Arte: pilar del desarrollo sociocultural
La importancia de contar y cuidar aquellos espacios donde puedan crecer los talentos es lo que subraya el Director de la Orquesta Filarmónica infantil de Coquimbo, Josué Guerra. En su opinión, “el arte y la música siempre han sido fundamentales en toda sociedad humana, son pilares en el desarrollo sociocultural humano”.
“Un lugar donde nuestros niños, niñas y jóvenes puedan aprender y desarrollar sus habilidades es de suma importancia para la formación intelectual, no solo de personas de distintos estratos sociales, sino también de personas con distintas capacidades o neuro divergentes, con distintas necesidades de apoyo”, acota también el docente.
Asimismo, Josué resalta cómo la música abre puertas, al permitir a las y los estudiantes la posibilidad de desarrollar una carrera, y en el futuro, si así lo quieren, pertenecer a una orquesta o agrupación profesional. “Comenzar sus estudios musicales a temprana edad les garantiza una profesión a mediano plazo. Y si después no se dedican a la música y optan por otra profesión, ya tienen como persona un desarrollo intelectual más amplio que les beneficia, además de disciplina y constancia”.
Aprender un segundo idioma, un lenguaje universal
Es tanta la significancia de este arte que puede compararse con aprender, según el profesor, con aprender un segundo idioma. “Al estudiar su escritura, estructura y composición entendemos toda la música que existe, y es un enriquecimiento personal grande. La música es un lenguaje universal y su principal enfoque son las emociones humanas, pues nos permite empatizar con ellas sin siquiera emitir palabras”.
“Con esto en mente”, añade Josué, “podemos imaginar lo que enriquece el entorno familiar de los estudiantes, permitiendo que sus familiares más cercanos abran su conocimiento cultural hacia la música”.
Ir más allá del aprendizaje de motricidad de un instrumento es lo que destaca de esta instancia la violinista y profesora de la Orquesta de Filarmónica Infantil de Coquimbo, Antonia Cortéz. “Es fundamental para el desarrollo social. En la Fundación hay una comunidad súper diversa, y creo que eso también es importante: no sesgar y propiciar que niñas y niños convivan. Por ejemplo, en mi grupo tengo grupos de niños y niñas pequeñas que son de diferentes sectores y conviven muy bien, sin importar de donde provienen”.
Autoestima y crecimiento en comunidad
Generar autoestima, confianza y generar redes son conceptos que reitera la docente acerca de su experiencia. “Creo que una de las cosas más gratificantes que he podido hacer en mi vida es dedicarme a la enseñanza, en este caso, instrumental. Con la música uno puede expresar emociones, y los niños y niñas pueden liberarse o dominar sus habilidades. Y a veces algunos no tienen un instrumento, pero igualmente es una vía de escape para muchas cosas y realidades. Yo misma vengo de un sector vulnerable, donde la música para mí fue más que un escape, fue como ver otra cultura y ampliar la mirada”, enfatiza.
Por su parte, la presidenta del centro de padres y apoderados de la Orquesta Filarmónica Infantil, Pía Irigoyen, resume la experiencia que está viviendo su hija, Josefina Rojo, en dos bellas palabras: agradecimiento infinito. “Es un espacio muy completo, se están entregando valores a los niños, están teniendo clases de teoría musical y clases de instrumento; están aprendiendo un segundo idioma como se dice, entonces para mí es una instancia maravillosa, que quizás uno cuando fue chica le hubiera gustado tener
“Quizás no hay palabras que puedan medir el significado que tiene esto para uno”, añade Pía, quien explica que la inquietud de la música la tenía su hija desde pequeña. “Tiene 8 años, pero de muy pequeña de ella quería tocar y audicionó sin muchas expectativas porque no tenía la edad. Y ahora es una emoción muy grande verla tocar, ver los avances; si bien todos los niños son diversos, no todos avanzan al mismo ritmo, cada paso que ya da en esto es una alegría inmensa y también un agradecimiento tremendo”.
La Fundación Filarmónica de Coquimbo forma parte del Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que busca fortalecer y dar continuidad a instituciones y organizaciones culturales de derecho privado y sin fines de lucro. Este programa además es parte del Sistema de Financiamiento a Organizaciones e Infraestructura Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que integra, articula y coordina de forma transversal los planes, programas y fondos orientados al fomento y apoyo de las organizaciones, de la infraestructura cultural, y de la mediación artística. Todo esto con una vocación descentralizada, mecanismos participativos, y la promoción de la creación de redes y asociaciones.
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