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Hospital de La Serena evalúa campaña de invierno

El MINSAL, desde el año 1994 enfrenta este periodo a través de la estrategia conocida como “Campaña de Invierno”, cuyo objetivo principal es lograr un plan de respuesta sanitaria integrada frente al escenario epidemiológico de tipo respiratorio, el cual considera guías clínicas, abastecimiento de fármacos e insumos, campaña de vacunación anti influenza, campaña comunicacional, monitoreo semanal de vigilancia epidemiológica y financiamiento especial.

Chile no estuvo exento del aumento de la circulación viral que ha experimentado el continente durante los meses de otoño e invierno, realidad epidemiológica que se observó meses antes en el hemisferio norte, lo cual permitió al sector salud proyectar escenarios y diseñar planes de trabajo para responder a las necesidades de la población.

En este contexto, desde marzo de este año, el Hospital de La Serena comenzó a diseñar un plan de abordaje para otorgar atención ante “un posible aumento” de la demanda en invierno; sin embargo, la circulación viral hizo que se adelantara en un mes el escenario, llevando a los equipos a realizar un rápido despliegue para responder a los requerimientos de la población.

Ivan Marín, director (s) Hospital de La Serena explica que “el sector esperaba incluso para el año 2022 un aumento de la demanda, pero finalmente se dio con muchísima fuerza en el 2023 con un aumento significativo en la atención de pacientes pediátricos, además recogiendo la experiencia del hemisferio norte y de lo que paso muy tempranamente en algunas regiones del sur de nuestro país, como hospital comenzamos a prepararnos y tuvimos una serie de reuniones previas para modelar nuestra respuesta durante la campaña de invierno”.

El director del recinto serenense detalla que el plan contemplaba tres etapas que se irían desplegando en la medida que aumentara la demanda, sin embargo “esta se expresó de tal forma que en una semana pasamos las tres etapas que teníamos planificadas y ello nos llevó a tener un muy buen enfrentamiento de las necesidades de la población y desde mi punto de vista, hemos podido dar una respuesta oportuna.

Sin embargo, esto generó otros desafíos en la institución, porque el tener que reconvertir camas de adulto en pediátricas, necesariamente nos llevó también a buscar una solución para la demanda general, porque el aumento de las consultas en un sector de la población, no significa necesariamente la diminución en otro, sino que hasta podría darse un aumento simultáneo y por ello también tuvimos que trabajar en un plan para la atención de adultos”.

Un inconveniente adicional consistía en que todo el sector pediátrico ocupa una menor proporción respecto a lo que son los adultos y las especializaciones que se requieren para su atención son distintas.

Así lo explicó el doctor y epidemiólogo Sergio Puebla, Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital de La Serena “lo que pasa es que en el caso de la pandemia por Covid -19, tuvimos que convertir camas pediátricas a adultos, lo cual fue un poco más fácil, porque los pediatras podemos ver pacientes de mayor peso; sin embargo, ventilar pacientes pediátricos es más complejo, porque se necesitan competencias distintas, por lo tanto, reclutar adultos para atender niños es un poco más difícil y eso tensiono bastante a los equipos.

Hay que tener presente que un niño no es un adulto en miniatura, por lo que tuvimos que lograr competencias en algunos pediatras que no estaban acostumbrados a ver pacientes pediátricos críticos y la vez, preparar médicos generales para que atiendan pacientes pediátricos de mediana complejidad, con la finalidad de dar una atención oportuna y continua”.

Para muchas personas en el hospital, uno de los buenos aprendizajes de la pandemia fue el fortalecimiento de la capacidad adaptativa que debieron desarrollar los funcionarios de la salud, lo que les ha permitido ser más flexibles y capaces de enfrentar cambios en sus rutinas, adaptándose en corto plazo a los desafíos.

Los años 2020 y 2021, fueron totalmente anormales pero el 2023 ha sido histórico en cuanto a la demanda de atención y de los niños particularmente, así lo ratifica el director del Hospital de La Serena, señalando que “este año llegamos a disponer de 63 camas para el área pediátrica y nunca habíamos sobrepasado las 50 unidades, lo que constituye más de un 20% respecto de otros peak históricos que habíamos tenido. La mayor diferencia estuvo en la necesidad de camas intermedias que se multiplicaron por 3,5 veces.

Pero los ajustes no sólo estuvieron en el área pediátrica, sino que también se aumentó en un 25% las camas del hospital modular que recibe pacientes adultos, pasando de 48 a 60 unidades y junto con ello abrimos tres camas más en el área médico quirúrgico en nuestro edificio de Balmaceda, y evidentemente todo eso requería de recursos adicionales, los que fueron entregados por el nivel central, provenientes tanto de la dirección de servicio como del ministerio de salud, y estamos hablando de montos bastante mayores a los que estábamos acostumbrados pre pandemia, eso permitió asegurar las atenciones en todo el bloque pediátrico y reforzar algunas medidas para el área de adulto”.

¿Cómo se enfrentó la campaña de invierno en el Hospital de La Serena?

El jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de La Serena, el pediatra intensivista Sergio Puebla, recuerda como si fuera ayer aquellos primeros días en que se encontraban en etapa de preparación.

“La primera etapa, consistía en tener un segundo residente para pediatría, lo que finalmente terminó siendo un total de 3, dada la cantidad de camas que tuvimos que habilitar, ya que sólo en camas críticas aumentamos en un 300% la dotación, pasando de 6 camas de cuidados intermedios a 21 y en cuanto a las camas medias, pasamos de 30 a 48 unidades en los momentos más álgidos de la campaña”.

La complejización va de la mano con las competencias técnicas del personal, por lo tanto, no sólo se trata de aumentar los cupos, razón por la cual el doctor Puebla sostiene que esto ha implicado desarrollar una gran coordinación al interior del hospital.

“Tuvimos que reclutar más personal de enfermería, TENS y auxiliares de servicio que estaban en otros policlínicos del hospital, porque necesitábamos personal con experiencia en pacientes pediátricos, también hubo que suspender las cirugías electivas y realizar solamente cirugías de urgencia y algunos policlínicos cerrarlos y dejar uno de “choque” para la contingencia”.

Los equipos de apoyo también han sido fundamentales durante el periodo, se debió implementar tres turnos de kinesiólogos para el total de camas pediátricas, tanto medias como de intermedio, se reforzó la dotación de fonoaudiólogos, se contrataron nutricionistas, ya que el Servicio Dietético de Leche (SEDILE) -que es donde se preparan las fórmulas de leche de todos los pacientes hospitalizados- aumentó enormemente su demanda y se habilitó un nuevo sector para el Lactario, para que las madres se extrajeran leche materna.

El pediatra con orgullo sostiene que “si bien ha sido muy complejo lo vivido en los últimos meses, el hospital ha estado a la altura y la dirección nos ha apoyado enormemente. Se adquirieron máquinas de gases portátiles para poder manejar más rápido a los niños con kinesiólogos las 24 horas y así, de esta manera hemos podido avanzar más rápido también con la evolución natural de la enfermedad en estos niños”.

Otro importante avance que se ha podido realizar durante este periodo es la implementación de los test diagnósticos que permite detectar un panel viral más amplio, ya que, para el equipo médico era vital poder contar con esta información en forma oportuna para definir rápidamente los planes de tratamiento, ya que esta campaña de invierno se ha caracterizado por las coinfecciones virales, lo que ha agravado la evolución de los niños.

Entre los otros desafíos que destaca el pediatra, está el mantener la apertura del hospital hacia las familias, “somos un hospital amigo del niño y su familia, por lo que los padres tienen que acompañarlos las 24 horas en un hospital que todavía no se ha normalizado, que es muy antiguo, entonces estructuralmente hemos tenido muchas dificultades pero que las hemos superado con empeño, con mucho sacrificio del personal y por lo tanto estamos muy agradecidos del compromiso que han demostrado permanentemente para acoger de la mejor forma posible a los niños, niñas y sus padres”.

El médico también extiende los agradecimientos a los otros equipos del hospital, ya que el flujo del paciente pediátrico ha sido posible gracias a las contribuciones de otros servicios y unidades.

“En algún momento tuvimos tres áreas pediátricas, lo que significó que el Servicio de Pensionado –que habitualmente recibe pacientes adultos- se transformara completamente a la atención pediátrica. Por otro lado, el Hospital Modular -ubicado en el Estadio La Portada- ha sido reforzado para absorber la demanda de pacientes adultos, que no pueden estar en el edifico de Balmaceda y eso ha permitido que haya una mayor descarga de pacientes, brindando la posibilidad de reconvertir las camas de medicina adulto a pediatría, que evidentemente no habría sido posible sin el aporte del modular”.

Finalmente, el facultativo releva la labor del equipo de Hospitalización Domiciliaria del Hospital de La Serena, que es una iniciativa ministerial que fue la primera en su tipo en implementarse en la Región de Coquimbo y que tuvo un destacado rol durante la pandemia, siendo un equipo de vasta experiencia en el manejo de pacientes pediátricos y adultos, con la finalidad de dar continuidad a la atención y fortalecer el flujo de pacientes al interior del hospital.

“Este equipo ha significado una tremenda ayuda, porque hoy día tenemos 22 cupos pediátricos y el máximo histórico habían sido 10, lo que nos permite tener un flujo de descarga de pacientes que pueden ir desde la UTIP a pediatría y de pediatría a domiciliaria, para salir con un tratamiento kinésico con oxigenoterapia de baja intensidad a cargo de un equipo multidisciplinario que brinda una continuidad de la atención con médicos, personal de enfermería, TENS y kinesiólogos”.

Ivan Marín, la mayor autoridad del hospital serenense, está orgulloso de los funcionarios del establecimiento, “ha sido muy satisfactorio y debería llenar de orgullo a todos los que formamos parte del hospital, la manera en que hemos podido enfrentar esta contingencia, porque las personas han tenido la voluntad y el entusiasmo de hacer todo lo que esté a su alcance para entregar una buena respuesta, y este compromiso no sólo ha estado presente en los equipos que brindan la atención directa al paciente, sino que también se ha visto en otras áreas de soporte y apoyo, donde el hospital se ha volcado a entregar una respuesta oportuna según las necesidades de atención”.

Finalmente, María Elena Letelier, enfermera coordinadora del bloque pediátrico del hospital precisa que, “esta campaña de invierno ha requerido una respuesta mucho más robusta y frente a ello el hospital ha sido acertado, accionando en forma oportuna, flexible y dinámica porque se han puesto todos los recursos a disposición, tanto humanos como materiales, y los funcionarios también han estado dispuestos a flexibilizar y a reconvertir las camas y con ello sus funciones. Estoy convencida de que el factor humano ha sido determinante para entregar la respuesta que han necesitado nuestros pacientes durante la contingencia”.

En este contexto, la profesional hace un especial llamado a los padres y cuidadores, ya que “si bien tengo tranquilidad en que nuestro hospital esta provisto de los recursos, nuestra urgencia pediátrica da una respuesta muy rápida y la red esta activada, eso no significa que en casa se bajen las medidas de prevención, porque la idea es evitar que los niños se enfermen, todavía nos queda terminar agosto y recién quizás en septiembre podríamos decir que pasamos lo más duro, esta campaña de invierno no ha terminado”.

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