La planta, también conocida como palo gordo es una especie endémica de Chile que se distribuye en la costa desde el sur de la Región de Atacama a la Región de Valparaíso y que se encuentra catalogada como vulnerable.
Un total de 24 ejemplares de Carica chilensis, también conocida como papayo silvestre o palo gordo donó el Banco Base de Semillas (BBS) del Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi a la Corporación Nacional Forestal CONAF, y que fueron plantados en el sector El Mulato en La Serena en el contexto del Programa de Reactivación Económica para la Restauración de Bosques Nativos a Gran Escala, impulsado por el Ministerio de Agricultura y ejecutado por la CONAF del Plan Siembra por Chile.
Se trata de la primera vez que se planta esta especie en el sector, las que fueron ubicadas considerando el mejor lugar para que puedan establecerse, enriqueciendo así el ecosistema. Según explicó Ana Sandoval, profesional del BBS, “se donaron algunos ejemplares de papayo silvestre a los programas que está trabajando CONAF para la recuperación y restauración de los ecosistemas nativos”, añadiendo que las especies son difíciles de reproducir y que además están catalogadas como vulnerables.
“Nos contactaron desde CONAF para solicitarnos ayuda con esta especie. Nosotros, a través de otros proyectos que tenemos en el banco, hemos logrado propagar plantas de papayo que es una especie endémica de Chile y que es bastante particular, porque es la única representante de la familia de los papayos en la flora chilena, además, es una especie que está considerada como vulnerable en su categoría de conservación”, agregó Sandoval.
Victoria Pulido, profesional de apoyo del Departamento de Conservación del Ecosistema Boscoso y Xerófito en la Región de Coquimbo de CONAF y coordinadora Plan Siembra por Chile en la Región de Coquimbo sostuvo que la intervención en el sector El Mulato consideró no solamente la siembra de papayo silvestre, sino que también de otras especies como amancay, guayacán, carbonillo y churque. “En el sector El Mulato, donde estamos trabajando, el objetivo es la restauración del bosque nativo de preservación y formaciones xerofíticas de alto valor ecológico y ambientes únicos, tenemos un bosque nativo de preservación de Cordia decandra (carbonillo) y además una alta presencia de Carica chilensis, con, aproximadamente, 180 a 200 ejemplares naturales ya identificados”.
La profesional de CONAF destacó que esta actividad es parte de una restauración activa del ecosistema en una superficie de 22,4 hectáreas en las que se hizo un cierre perimetral para evitar la degradación por la intervención de ganado, obras de conservación de suelo y agua y obras de captación de agua para los papayos silvestres naturales ya presentes y busca hacer que el ecosistema se pueda regenerar de forma natural.
Y, si bien, la cantidad de plantas reintroducidas es pequeña al tratarse de la primera vez que se realiza, existe bastante expectación. “Esta plantación es a baja escala, la idea no es saturar el ecosistema, sino hacer una plantación que en el momento que nosotros le quitemos el riego estas plantas puedan tener una sobrevivencia y estar reclutadas en el ecosistema”, indicó la profesional, explicando que cada ejemplar recibe un riego de establecimiento y luego cinco litros mensuales en la temporada de verano.
Ricardo Gutiérrez, director regional de CONAF Coquimbo, explicó que en el actual contexto de desertificación, degradación de la tierra y sequía marcado por los efectos de cambio climático, “el Programa de Reactivación Económica para la Restauración del Bosque Nativo a Gran Escala nos ha permitido, que junto a los habitantes de la ruralidad podamos darle una mano importante a los ecosistemas vegetales nativos regionales, esto a través de restauración activa que propicien la recuperación gradual de las funciones ecológicas perdidas y en la entrega de servicios ecosistémicos a la ciudadanía”, añadiendo que en el caso especial del proyecto en el sector El Mulato, el cual se inició el año 2022 “es emblemático”. “Este sector presenta parches de vegetación constituida por especies xerofíticas conspicuas y de alta singularidad como es el caso de la especie Carica chilensis, por ende, este vínculo con INIA para utilizar sus plantas en el enriquecimiento en base al método de nodizajes que realizan los propios habitantes del lugar con la guía y la asistencia de nuestros profesionales, estos trabajos van completamente en concordancia con nuestros objetivos estratégicos y nuestra misión institucional”.
Claudio Salas, director regional de INIA Intihuasi sostuvo que, “INIA Intihuasi a través del Banco Base de Semillas, es responsable del resguardo de la flora nativa que producto de la crisis climática, la alteración antropogénica de los ecosistemas y la urbanización descontrolada, se encuentran en estado de conservación vulnerable. Por esta razón esta actividad conjunta entre CONAF e INIA Intihuasi toma gran relevancia ya que permite reintroducir al papayo silvestre Carica chilensis en sus ambientes naturales”.
Por su parte Christian Álvarez, Seremi de Agricultura, expresó que, “esta donación que está realizando el Banco Base de Semillas de INIA, es parte del trabajo mancomunado que existen entre los servicios del agro y que tiene como consecuencia este tipo de resultados. Tanto nuestro ministro Esteban Valenzuela como la Subsecretaria María Ignacia Fernández, nos han pedido aunar esfuerzos y buscar estrategias de apoyo para poder implementar soluciones que vayan en directo beneficio de la comunidad. Esto nos permite avanzar no sólo en temas productivos, sino que también en ámbitos tan importantes como la restauración activa del ecosistema, que es clave ante los efectos del cambio climático que estamos enfrentando en el presente”.
Carica chilensis
Conocida como palo gordo o papayo silvestre, Carica chilensis es un arbusto que crece de uno a tres metros de altura, endémico de Chile y presente en la costa desde el sur de la Región de Atacama a la Región de Valparaíso, restringida a crecer en laderas expuestas a la influencia marina.
Posee hojas brillantes que pierde durante los meses de verano, por lo que pasa gran parte del año sin hojas, luciendo sus tortuosas ramas. Produce unas pequeñas papayas que no son comestibles, siendo una de sus mayores características su tronco que le da el nombre de “palo gordo”, ya que posee una base ancha que incluso a veces crece en forma de un ancha botella.