La instancia se realiza cada 13 de junio en compañía de los fieles de la localidad, la que se ubica en el sector cordillera de la comuna de Vicuña, en donde la imagen del santo es sacada de la capilla para recorrer las calles del sector.
El próximo domingo se desarrollará la fiesta patronal que comienza cerca de las 12 horas con la misa solemne y que se extiende por toda la tarde.
Las pequeñas calles de Rivadavia se iluminaron en torno a una de las festividades más tradicionales del pueblo.
Se trata de la procesión de faroles en devoción al patrono de la localidad, el franciscano San Antonio de Padua, en donde vecinos y vecinas del sector llevan en sus manos faroles compuestos por velas y otros elementos reutilizados.
Manifestación católica realizada cada 13 de junio y que es la antesala a la fiesta grande que se festeja el domingo siguiente. Según locatarios, esta procesión se viene desarrollando hace cerca de 100 años, en donde, prácticamente, todo Rivadavia se suma al recorrido o saludan a la imagen del santo desde la puerta de sus casas.
Juana Molina, coordinadora de la Capilla, explicó que “en el día de San Antonio se saca al santo y se recorre las calles en procesión y con los farolitos”.
Para el párroco de la capilla San Antonio de Rivadavia, Marcelo Tomasevic, este nivel de devoción se ha generado a partir de la vida y obra del santo de origen portugués, señalando que “él fue un franciscano que entregó su vida por los pobres, por los más necesitados, y también, en sus prédicas era un hombre de la palabra, del lenguaje”.
Por su parte Leandro Álvarez, gestor territorial del sector cordillera de la comuna elquina, aprovechó de invitar a todas las personas que quieran asistir a la festividad del próximo domingo 18 de junio.
“Se hace la fiesta grande, en donde hay comercio y llega gente (…) yo invito a todos quienes puedan venir, que dejen a un ladito la celebración del día del padre y vengan a visitar y acompañar” sostuvo.
San Antonio nació en Lisboa, Portugal, el año 1195 y falleció en Padua el 13 de junio de 1231, fue sacerdote franciscano y, luego de su muerte, la iglesia lo proclamó “Doctor de la Iglesia Universal”.
El 30 de mayo de 1232, a tan sólo meses de su muerte, el Papa Gregorio IX lo convirtió en santo.
La capilla de Rivadavia lleva su nombre y es patrono de la localidad, considerado por la población como un ser milagroso y protector.