Entérate de cómo ha cambiado a lo largo de la historia la manera en que hacemos y escuchamos música como consecuencia de los nuevos desarrollos e innovaciones tecnológicas.
El progreso requiere víctimas. Al desarrollarse nuevas maneras de alcanzar un fin se vuelven obsoletos los medios tradicionales. ¿Por qué tomar un transatlántico cuando un avión hace el mismo viaje en una fracción del tiempo? ¿Por qué viajar a Las Vegas si puedes jugar en ICECasino desde casa? ¿Por qué comprar un disco cuando puedes usar Spotify o YouTube?
Quizás la industria musical es la que mejor ilustra esta metamorfosis constante. La música es una presencia constante en la vida del hombre que lo ha acompañado desde las cavernas y seguramente lo seguirá haciendo cuando visite nuevos planetas y estrellas. La música ha visto de primera mano todas las etapas del desarrollo científico y tecnológico.
Evolución tecnológica de la música
El desarrollo de la industria musical ha sido inseparable de los avances tecnológicos desde sus orígenes. Desde antes de los tocadiscos hasta el streaming, la manera en la que se produce y distribuye la música ha estado supeditada a la tecnología disponible para ello en cada momento histórico.
La “prehistoria” musical
La notación musical es el conjunto de símbolos utilizados para representar cada nota o sonido. Diversas culturas alrededor del mundo desarrollaron sus propios sistemas desde hace milenios. Incluso antes de la adopción del papel se utilizaba la escritura cuneiforme para registrar canciones de forma rudimentaria.
Ya para el segundo milenio de la era actual se había extendido por Europa el uso de partituras escritas a mano en pergaminos. Estas solían ser composiciones religiosas resguardadas en monasterios y abadías y solo las élites tenían acceso a ellas. Para la mayoría, la música continuaba siendo efímera.
El único registro disponible para las canciones populares era la memoria. En las ferias o fiestas se interpretaba música como una acción colectiva en la que participaban todos. Los más viejos transmitían a las nuevas generaciones los ritmos y letras que llevaban toda su vida escuchando.
Música en papel
En el siglo XV la invención de la imprenta revolucionó al mundo. La música no tardó en adoptar este nuevo medio. La partitura impresa más antigua que se conoce son unos cánticos litúrgicos datados en 1465, apenas un par de años después de la Biblia de Gutenberg (Wikipedia, 2023).
La impresión era mucho más barata que la escritura de pergaminos. Esto permitió la distribución masiva de partituras. Durante varios siglos fueron las editoriales quienes fungieron como predecesoras de la industria musical, encargándose de la impresión y venta de estas.
El grueso de la población pudo acceder por primera vez a composiciones de todos los rincones del mundo. Esto estimuló la creación musical y permitió a los artistas hacerse conocer más allá de sus regiones, sentando las bases para la aparición de las estrellas musicales.
Música giratoria
En la década de 1870 llegaron dos inventos que dieron vida a la música moderna: el micrófono, que permitió captar y amplificar sonidos, y el gramófono, que permitía registrarlos y reproducirlos (Wikipedia, 2023). Este último funciona a través de una aguja que “lee” los surcos de un disco giratorio y amplifica las vibraciones para reproducir la grabación.
Esta tecnología marcó el inicio de la industria musical moderna. Por primera vez había un verdadero registro de la música tal y cómo fue tocada por sus intérpretes. Esto motivó la popularización de los cantantes y grupos por encima de los compositores y la evolución de los géneros populares como una forma de arte distinta e igual de digna que la música clásica.
No tardaron en establecerse los primeros estudios de grabación y las tiendas dedicadas a llevar discos al mercado doméstico. Eventualmente se adoptó el vinilo como material para los discos, volviéndolos más accesibles. La invención paralela de la radio permitió que la música se convirtiera en el fenómeno de masas que es hoy en día.
Música eléctrica y portátil
Hasta este punto la única forma de alterar una canción era interpretarla de nuevo. A partir de los años 60 comenzaron a utilizarse grabadoras de cinta magnética en los estudios. Esto dio origen a la producción moderna permitiendo editar sonidos, mezclar pistas diferentes, cortar y repetir secciones y añadir efectos.
En 1979 apareció un dispositivo que utilizó estas cintas para lograr un sueño de muchos: llevar tu música a todas partes. Este aparato es el Sony Walkman y se volvió un éxito de ventas sin precedentes que popularizó casi por sí solo el formato de los casetes (ABC,2019).
Música en ceros y unos
La música digital se registra en código binario como cualquier otro archivo de computadora. Esta tecnología es utilizada por los discos compactos o CD, que surgieron a finales de los años 80. Estos se convertirían en el formato más popular gracias a su calidad de sonido superior, pero su reinado duraría poco.
Con la llegada del internet los usuarios no tardarían en compartir canciones como archivos mp3. Páginas de descargas ilícitas como Napster pusieron de cabeza el modelo con el que siempre había operado la industria musical. Ya no era necesario pagar por música. Esto obligó a las compañías disqueras a ofrecer las alternativas digitales que dominan en la actualidad.
Primero llegó iTunes que permitía comprar por internet canciones y discos y descargarlos directamente a nuestros dispositivos. Este nunca logró vencer a la piratería y fue rápidamente reemplazado por las plataformas de streaming. Con un pago único mensual tenemos acceso inmediato a toda la música jamás grabada.
Esta situación tan conveniente para el usuario no escapa de controversia. Mucho se cuestiona los módicos ingresos que permite a los músicos. Ahora es la norma que estos vivan de sus presentaciones en vivo ante la insuficiencia de las regalías.
También genera polémica la influencia que tiene sobre la composición el streaming, que favorece publicar más temas cortos y repetitivos por encima de piezas más complejas. El tiempo dirá de qué formas seguirá mutando la música para adaptarse a las nuevas tecnologías.
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