Durante la última década se han producido importantes avances a nivel de neurofisiología y genética que han permitido lograr una mejor comprensión de los trastornos del espectro autista.
Cada 2 de abril, miles de personas en el mundo se visten de azul para conmemorar el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, instaurado en 2007 por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de poner en relieve la necesidad de mejorar la calidad de vida de los niños y adultos autistas, buscando con ello que tengan acceso a una vida más plena y digna.
Pero, ¿qué es el autismo y cuánto hemos avanzado en su comprensión? De acuerdo a lo que explicó el Dr. Mario González Gronow, profesor adjunto del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica del Norte, el autismo “es un trastorno neurológico complejo que forma parte de un grupo de trastornos conocidos como trastornos del espectro autista (TEA). El autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros, y también está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos, tales como arreglar objetos obsesivamente o seguir rutinas muy específicas”.
En Chile, no existen estudios epidemiológicos que permitan saber con exactitud el número de personas que viven con algún tipo de TEA. No obstante, el Dr. González señala que a nivel mundial “se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones, siendo cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas”.
¿QUÉ SABEMOS DEL AUTISMO?
“Las causas del autismo se desconocen, pero las evidencias científicas sugieren que, en la mayoría de los casos, es un desorden heredable”, sostuvo el académico UCN, y agrega “de hecho, es uno de los desórdenes neurológicos con mayor influencia genética que existen, aunque muchos investigadores creen que es el resultado de algún factor ambiental y alguna causa extrauterina que interactúan con una susceptibilidad genética”.
Problemas en cuanto a habilidades sociales y falta de empatía al comunicarse con otras personas son algunas de las dificultades que presentan las personas que sufren autismo. “De acuerdo a investigaciones recientes, los TEA se deben a fallos en el sistema de las neuronas espejo (las encargadas de comprender y anticipar los deseos y las acciones de los demás), que no se bloquean pero se desarrollan con extremada lentitud”, explicó el Dr. Mario González.
Y agrega que “en personas con TEA se han encontrado diferencias en algunas regiones del cerebro, incluyendo el cerebelo, la amígdala y el hipocampo. En particular, la amígdala e hipocampo parecen estar densamente poblados de neuronas, las que son más pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas, y estas últimas pueden interferir con las señales nerviosas. También se ha encontrado que los cerebros de personas con TEA son más grandes y pesados que el cerebro promedio. Estas diferencias sugieren que quienes padecen este trastorno coinciden con un desarrollo atípico del cerebro durante el desarrollo fetal”.
IMPORTANTES AVANCES
Según afirma el académico de la Universidad Católica del Norte, en los últimos 10 años se han producido muchos avances en el conocimiento sobre los trastornos del espectro autista, tanto a nivel de neurofisiología y genética. “Sabemos que el autismo genera una construcción diferente del cerebro durante el proceso de gestación. No se sabe exactamente qué produce esta construcción distinta, aunque la genética está dando grandes pasos en este ámbito, de hecho, uno de los aspectos relacionados con ella apunta al peso de la herencia paterna. La heterogeneidad de los trastornos y sus manifestaciones hacen que sea todo mucho más difícil, pero los avances en genética están dando ya algunas explicaciones al origen de éstos”.
En esa misma línea, actualmente existe una fuerte evidencia científica sobre los desórdenes sensoriales ligados al autismo, aunque este factor parece estar, no solo relacionado con el autismo, sino con otros trastornos del neurodesarrollo y dificultades del aprendizaje.
En lo relativo a la comunicación, el Dr. González señala que “el uso de las tecnologías ha sido otro de los grandes impulsores de este campo, sobretodo en la comunicación y el lenguaje. Los aspectos relacionados con la salud emocional también están adquiriendo una gran relevancia”.
Finalmente, el experto UCN afirmó que “si bien la ciencia, los tratamientos y los diagnósticos de los TEA han avanzado muchísimo, mientras más temprano se pueda hacer un diagnóstico precoz y un tratamiento intensivo, más eficientes serán las medidas tomadas para tratar los trastornos del espectro autista”.