Nutricionista de la Universidad Católica del Norte explicó su función dentro del organismo y entregó recomendaciones a la comunidad.
Desde hace algunos años hemos escuchado hablar sobre los probióticos y los importantes beneficiosos que estos microorganismos vivos aportan a todo aquel que los consume en determinadas cantidades y de manera sostenida en el tiempo.
Sin embargo, para entender su funcionamiento es necesario considerar que todo nuestro sistema digestivo se encuentra cubierto por la microflora intestinal, conjunto de microorganismos que tienen, principalmente, una función inmunológica, es decir, nos protegen de todos los virus y bacterias que pudiesen ingresar en los alimentos o bebidas que consumimos diariamente.
Es así como surge una gran variedad de probióticos con múltiples beneficios atribuidos a su consumo. Ante este escenario, la nutricionistas y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte, Gianella Leonelli recomendó a la comunidad informarse antes de consumirlos.
“Es fundamental informarse sobre qué tipo o cepa de probiótico es la más indicada según la patología que se esté cursando, ya que no todos tienen los mismos efectos en el organismo”, explicó.
La especialista UCN además indicó que en los últimos años ha crecido la evidencia que demuestra que “la microbiota intestinal no sólo tendría una función inmune sino también participaría en la regulación del peso, a través de la regulación de la cantidad de grasa dietaria que se absorbe, metaboliza y almacena, además de participar en la regulación de la azúcar en la sangre, entre otros, lo que abre una arista para su uso en el manejo de patologías como obesidad, diabetes y colesterol elevado”.
MERCADO CHILENO. Respecto a la fabricación y consumo de probióticos en nuestro país, Gianella Leonelli señaló que existen preparados farmacológicos y alimenticios que los contienen, teniendo el mismo efecto beneficioso para quien los consume, sin embargo, hay que tener algunas precauciones.
“En el caso de los preparados farmacológicos, los probióticos no sobreviven a temperaturas mayores a 60 grados, por lo que nunca deben ser preparados con agua directamente hervida, en cambio en los alimentos no deben ser expuestas a estas altas temperaturas y mantener idealmente siempre refrigerados”.
Y agrega “los alimentos más comunes en que los encontramos son las leches, yogur y el clásico yogur de pajaritos (kefir). Ahora, si usted desea estar protegido por los probióticos la recomendación apunta a revisar el etiquetado de los alimentos, seleccionar la cepa prebiótica adecuada a su condición, consumirlo diariamente y con una unidad al día debería ser suficiente”.
ALGUNOS BENEFICIOS Y CEPAS PROBIÓTICAS
• Reducir la duración e intensidad de la diarrea causada por rotavirus y la sintomatología asociada al cuadro (Lactobacillus GG, L. reuteri, L. acidophilus y L.bulgaricus)
• Manejo de la constipación (L. Reuteri, L. casei rhamnosus Lcr35, el Bifidobacterium breve, Bifidobacterium lactis DN-173 010 ó Lactobacillus casei Shirota, ó Escherichia coli Nissle 1917)
• Disminuir la sintomatología del colon irritable (Lactobacillus acidophilus NCFM)
• Prevención de enfermadades al tracto respiratorio, como el resfrio común e influenza (mezclas de Lactobacillus y Bifidobacterium)
• Prevención de alergias alimentarias en niños (Bifidobacterium lactis BB-12 o Lactobacillus rhamnosus, L. casei GG)
