El académico de la Universidad de Santiago, Dr. Jaime Retamal, sostuvo que la jornada escolar completa no justifica que a los estudiantes se les encarguen trabajos para sus casas que impliquen más de media hora diaria de dedicación.
Según cifras de la OCDE, los escolares en Chile dedican poco más de cuatro horas semanales para realizar deberes en sus domicilios. Al respecto, el Doctor en Educación y académico de la Universidad de Santiago, Jaime Retamal, afirma que promediar “por sobre las cuatro horas a la semana de tareas escolares me parece extremadamente excesivo”.
“Gran cantidad de los estudiantes en Chile tienen jornada escolar completa”, continúa el experto. “Considerando ese factor, una tarea que ocupe más de 30 minutos al día no la aconsejo”, sostiene.
El académico advierte que “la mente escolarizada necesita tener espacios de recreación, y si los estudiantes están mucho tiempo en las escuelas, necesitan ocupar su mente y su energía en otro tipo de cosas que no sean las tareas de la escuela”.
De acuerdo a la OCDE, el número promedio de horas que los estudiantes pasan realizando tareas u otros estudios tiende a no estar relacionado con el rendimiento. El especialista coincide en este diagnóstico.
“Si estamos entendiendo las tareas escolares como una obligación puramente externa, que son una carga o un peso, obviamente que no es recomendable para un niño de entre 6 y 13 años entregarle ese tipo de tareas”, precisa Retamal.
No obstante, el también profesor de Filosofía no rechaza que se encarguen deberes escolares para la casa. “No todas las tareas son una carga y una obligación de corte externo. Hay tareas que son motivantes, ayudan a generar procesos más creativos, de innovación, son desafíos, entretenidas, simpáticas, y esas son absolutamente recomendables”, sostiene.
“Considero que es totalmente recomendable que los estudiantes durante el año escolar tengan trabajos que realizar en sus casas. Tiene que ser un trabajo agradable, que complemente, que potencie ciertas habilidades y ciertos conocimientos”, explica.
El Dr. Retamal añade que “alternativas como lecturas, nuevas tecnologías o visitas a museos, están bien evaluadas para todas las edades y además es una manera de comprometer a la familia y a los padres con las trayectorias curriculares o el desarrollo de aprendizaje de sus hijos”.
“Un padre que lleva a su hijo al Museo de la Memoria, al Histórico Natural o a ese tipo de museos, también cuenta como la familia preocupada por el aprendizaje de su hijo, por las habilidades que va desarrollando y por la trayectoria curricular que va siguiendo en la escuela. Y eso está bien evaluado para todas las edades”, subraya.
