A partir del 14 de mayo de mayo los relojes se adaptarán al horario de invierno, lo que se extenderá hasta el 13 de agosto, cuando vuelva el horario de verano.
El Seremi de Energía, Marcelo Salazar, informó que el Ministerio de Energía ha resuelto aplicar un sistema de 9 meses con modalidad de horario de verano y tres meses con horario de invierno.
Lo anterior implica que a partir del 14 de mayo el régimen horario será el de invierno lo que se prolongará hasta el 13 de agosto. En esta resolución fue clave el monitoreo de evaluación del funcionamiento con horario único, tarea que fue realizada por el Comité Interministerial de Seguimiento del Horario de Verano, junto al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
“Esta decisión que hemos tomado es consistente con los resultados del monitoreo realizado el año pasado tanto por el Comité Interministerial de Cambio de Hora y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se mostró que el horario de verano produjo un ahorro de energía del 1%, y ayudó a la disminución de la delincuencia y los accidentes de tránsito producto de la mayor luminosidad por las tardes”, dijo el Ministro de Energía, Máximo Pacheco.
El Ministro destacó que contar con 9 meses de horario de verano y tres de invierno da cuenta de lo que Chile necesita: mayor ahorro energético, menos delincuencia y accidentes de tránsito, y condiciones más confortables para las familias durante los meses de invierno.
Por su parte, el Seremi explicó que “esta decisión respondió a una experiencia concreta, a un análisis amplio y exhaustivo, que incluyó la opinión de los ciudadanos, y que se expresó a través de encuestas, y también usando todas las plataformas que hoy nos ofrece la tecnología. Todo lo cual es un ejemplo de un proceso democrático que la ciudadanía demanda para adoptar esta importante decisión”.
FUNDAMENTACIÓN
1. El Gobierno se comprometió a realizar un monitoreo de evaluación, tarea realizada por el Comité Interministerial de Seguimiento del Horario de Verano.
2. Dichos resultados fueron comunicados en Enero, con el fin de poner a disposición de la ciudadanía y las autoridades, los antecedentes para deliberar durante el verano y tomar una decisión tomando en consideración las opiniones ciudadanas, aportes de expertos y la multidimensionalidad del tema.
3. El monitoreo dejó en claro que la medida de mantener el horario de verano tenía casi tantos detractores como opiniones favorables. Quienes rechazan la medida ponían en el centro de la discusión el impacto en los niños y adolescentes de despertar en invierno a oscuras. Por otra parte, quienes valoraban la iniciativa, celebraban que se terminaba con los ajustes de horario por la dificultad de normalizar el reloj biológico.
4. Así también, el monitoreo desmitificó posibles impacto en seguridad y consumo energético. Por el contrario, se presentó evidencia a favor de un impacto neto favorable por una mayor reducción mayor de delitos en las tardes, que el aumento en las mañanas. Así también, encontramos un ahorro energético de 1% basado en además de generar un impacto positivo en materias de seguridad ciudadana y ahorro energético.
5. Los expertos convocados por el PNUD entregaron un informe que ahondó en la complejidad del tema, pues realzó la dificultad de establecer una decisión que fuese ampliamente compartida por la ciudadanía y los expertos, al no existir consenso técnico, regional ni generacional.
6. Para un Gobierno comprometido con mejorar la calidad de vida de las personas y promover la formación de opinión ciudadana para generar decisiones públicas, validadas social y técnicamente, considera oportuno no esperar al año 2017 y anunciar una decisión para el resto del mandato.
7. En virtud de toda la información disponible y en consideración de la necesidad de compatibilizar opiniones, se ha decidido reestablecer el cambio de horario sobre la base de estas consideraciones:
a. Para Chile, es conveniente en términos generales el horario de verano (-3), producto del impacto positivo de tener más luz en las tardes que en las mañanas.
b. Que en los meses en torno al solsticio de invierno es adecuado hacer un ajuste en el horario, estableciendo un horario de invierno (-4) a favor de los niños y adolescentes, con el fin de contribuir a su despertar y favorecer en su capacidad de atención en la primera hora de clases.
