Los casi 3 meses de vacaciones que tienen los escolares son un periodo ideal para el descanso y la relajación, pero también son un tiempo propicio para mantener rutinas y repasar de forma entretenida aprendizajes del año.
Ya van casi dos meses desde que los niños salieran de vacaciones y probablemente aún no se hayan cansado de jugar, pero además de disfrutar del tiempo libre, siempre es bueno mantener su mente activa repasando y reforzando lo aprendido durante el año con pequeñas y simples actividades pensadas para niños de hasta 8 años
A muchos niños no les gustan las matemáticas y pueden llegar a ser un dolor de cabeza, pero existen diversas formas para practicarlas de forma fácil y entretenida. Podemos contar objetos habituales como frutas, juguetes, ropa, loza o en el día a día con las compras del supermercado, los autos rojos o blancos en los viajes, entre otras. La idea es que los niños se ejerciten sin darse cuenta, explica Alejandra Cortazar, investigadora del Centro de Estudios de la Primera Infancia – CEPI.
Seguir practicando el lenguaje también es importante, ya que es la base del aprendizaje en asignaturas posteriores. Para ello la especialista en educación recomienda escribir cartas sencillas, pequeñas rimas, listas de todo tipo (animales, plantas, amigos, dibujos…), leerles todo tipo de textos: recetas de cocina, periódicos, revistas, publicidad o comentar los cuentos que leyeron en el año.
Muchas veces pensamos que por ser pequeños no pueden ayudar en las tareas de la casa, sin embargo, es importante darles autonomía y que confíen en sus capacidades, ya que ellos pueden hacer más actividades de las que imaginamos. La idea es asignarles tareas que por tiempo en el año no harían como: ordenar los juguetes, vestir y desvestirse solos, poner la mesa, hacer la cama, alimentar a una mascota, barrer, entre otras.
“Lograr la autonomía es uno de los desafíos más importantes en el desarrollo de los niños, por lo que es importante que los padres confíen en sus hijos y les den, cada vez más, espacios para que hagan, piensen y sientan con independencia. Un niño autónomo para vestirse y para comer, tiene un paso ganado para ser autónomo en sus rutinas escolares y de aprendizaje”, explica el psicólogo Eduardo Jeria de Fundación Educacional Oportunidad.
Además, el profesional recomienda mantener en vacaciones algunas rutinas que ellos desarrollaban durante el año escolar ya que “los niños no se acuestan el 28 de febrero de una manera y se levantan el 1 de marzo para ir a clases de otra”. Sin embargo, aclara que “en verano se debe ser más flexible con los horarios, dejarlos elegir las actividades de su día de vacaciones, no ser tan rígido en el cumplimiento de algunas rutinas. Y en la medida que marzo se acerque, retomar paulatinamente el esquema previo”.
Un tema que a todo padre complica es el uso de las tecnologías (tablet, móvil, PC) especialmente con tanto tiempo libre en verano. Para Daniel Halpern, académico de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica y experto en uso de tecnologías, los niños que pasan mucho tiempo “conectados” con juegos que resuelven rápidamente su aburrimiento, no desarrollan habilidades creativas.
“Todos los estudios indican que la creatividad y el pensamiento crítico que permite resolver problemas sólo se logra cuando le damos espacio a nuestras propias ideas. ¿Cómo nuestros hijos van a ser capaces de imaginar o inventar un juego nuevo, si no necesitan pensar para entretenerse? Las mejores soluciones nacen del aburrimiento”, explica el docente.
Es por ello que es importante establecer un horario en el cual pueden estar conectados y un horario aún más extenso para que estén “aburridos” y así puedan desarrollar su imaginación en compañía de sus padres o adultos significativos, en la medida de lo posible.
Finalmente, un factor muy importante, más allá de repasar lo aprendido durante el año, mantener rutinas o limitar el acceso a las tecnologías, es que los padres utilicen el verano para pasar más tiempo con sus hijos y realizar actividades en conjunto (ir a la piscina, leer, cocinar, maestrear), logrando interacciones afectivas parentales de calidad.