El riesgo cardiovascular (RCV) es definido como la probabilidad de tener una enfermedad cardiovascular, las cuales son la principal causa de muerte en nuestro país.
Accidentes cerebro vasculares (ACV), diferentes tipos de cardiopatías (enfermedades del corazón) y trombosis venosa son algunos ejemplos de enfermedades cardiovasculares. Este llamado RCV variará según los antecedentes de cada persona, edad, sexo, hábitos (tabaco, sedentarismo), presencia de hipertensión arterial (HTA), y sobrepeso debido a una inadecuada alimentación.
Con respecto al último punto, si hablamos de alimentación se observa un consumo de lácteos en nuestro país de 150 litros per cápita (ODEPA). Principalmente se consume leches, yogures y quesos. Cabe destacar que en años anteriores se refería que el consumo de este tipo de alimentos elevaba el RCV siendo perjudicial para la salud, pero en la actualidad se han realizado estudios en humanos en donde de desclasifica ello. ¿Y qué generó esto? Por un lado los lácteos tienen ácidos grasos de tipo saturados, los cuales se suelen relacionar con el aumento de RCV, y por otro lado en los estudios más actuales se ha señalado una relación inversa entre el consumo de éstos y el riesgo cardiovascular. Este factor protector y/o beneficioso puede estar dado por los ácidos grasos presentes en estos productos, como son los ácidos grasos trans de tipo palmitoleico, los cuales permiten un aumento de los niveles de colesterol HDL (también conocido como colesterol bueno) y una disminución de la proteína C reactiva (indicador de inflamación) y de triglicéridos (un tipo de ácido graso).
Además, los lácteos nos aportan otra gran variedad de nutrientes como: proteínas, carbohidratos, vitaminas (vitamina A, C, D) y minerales, entre los cuales se destaca el potasio, fósforo y calcio (este último es indispensable para la formación de dientes y huesos, entre otros), los minerales antes mencionados tienen un efecto de disminución en la Presión Arterial, por lo cual ayudaría a no aumentar el Riesgo Cardiovascular. Al consumir de manera adecuada y moderada estos alimentos se puede ayudar a evitar la presencia de otras enfermedades tales como Diabetes Mellitus e incluso prevenir la obesidad.
En conclusión, se sugiere un consumo moderado de quesos (3-4 veces a la semana) el cual generará mayores beneficios que perjuicios a la salud, además es importante la realización de ejercicio físico (la OMS indica la realización de 150 minutos mínimo a la semana para no ser catalogado como sedentario), dieta balanceada que incorpore todos los grupos de alimentos y mantener controles de salud al día.
- Nicole Torres Carmona
- Interna Nutrición y Dietética
- Universidad Católica del Norte, Campus Guayacán Coquimbo
- Correo electrónico: ntc012@alumnos.ucn.cl
- Centro de Salud Familiar Santa Cecilia
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