El especialista en farmacología y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Leonel Rojo, afirma que para bajar el valor de los medicamentos, una de las metas programáticas del Presidente electo Sebastián Piñera, lo primero es evitar la colusión de precios, limitando la cantidad de locales de venta que puede tener un solo propietario. “Hoy, tres empresas dominan el 90% de la distribución de medicamentos en Chile, por lo que si deciden subir el precio del diclofenaco de $300 a mil pesos, nadie puede decir nada”, afirma.
Un estudio del Sernac de septiembre pasado arrojó que un mismo medicamento puede ser hasta 30 veces más caro que otro similar. En ese contexto, una de las propuestas del actual Presidente electo, Sebastián Piñera, es rebajar los precios de los fármacos, incentivando una mayor competencia en la industria farmacéutica; potenciando los medicamentos genéricos y bioequivalentes; estableciendo un comparador de precios en línea; y que Cenabast importe remedios para venderlos en el país.
Para el experto en farmacología y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Leonel Rojo, una de las políticas más eficaces para disminuir los valores de los medicamentos es impulsar una norma que delimite la cantidad de farmacias que puede controlar un solo operador. Ello, a objeto de impedir la colusión de precios, principal situación que originaría las alzas en los precios de los remedios, estima.
“Hoy, tres empresas dominan el 90% de la distribución de medicamentos en Chile, por lo que si deciden subir el precio del diclofenaco de $300 a mil pesos, nadie puede decir nada”, afirma. “En España, se deben esperar alrededor de doce años para tener una farmacia. No cualquier farmacéutico puede tener una, porque están copadas las plazas”, agrega.
De acuerdo al Dr. Rojo, la norma, conocida como ‘Ley del Circuito’ en el país ibérico, y que en Chile existió durante la década de 1990, establece un número de farmacias determinado para atender a cierta fracción de la población, lo que permite que los locales no se concentren solo en las comunas donde más venden.
“Actualmente, se constata que en un mismo centro comercial están concentradas todas las farmacias, en circunstancias que hay lugares donde no hay ninguna”, afirma. Eso, según el académico, provoca otro problema adicional, porque si el paciente sufre una patología donde necesita con urgencia el medicamento, tendrá que trasladarse a lugares eventualmente alejados, a cualquier hora del día.
“Si se vive en Buin, Linderos o Lampa, probablemente no se tendrá tanto acceso a medicamentos como en Providencia, y si se es diabético y requiere de hipoglucemia a determinada hora de la madrugada, ese paciente va a tener que trasladarse hasta que encuentre el remedio”, grafica.
Finalmente, estima que la Política Nacional de Medicamentos debe actualizarse, ya que no considera nuevas tendencias en el expendio de medicamentos, que subvencione a los más necesitados y que propenda al desarrollo de bioequivalentes.
“Los medicamentos son un bien de salud y su uso garantiza el derecho fundamental a esta, de manera que si no existe ninguna regulación, el mercado empieza a gobernar el precio y la salud de las personas”, concluye.