La adolescencia y el consumo prenatal serían factores determinantes para el desarrollo de una conducta de consumo adictivo.
El consumo de alcohol y tabaco es parte de nuestra cotidianeidad, están presentes en diversas actividades sociales y en todo tipo de eventos familiares como cumpleaños, bautizos, juntas con amigos. Pareciera que solo por ser “humanos” necesitamos estas drogas para poder desenvolvernos en grupo.
Si bien, la tendencia mundial muestra que entre 2014 y 2015 el consumo de alcohol ha bajado (0.7%), la situación de Chile es diferente y en dicho periodo aumentó su consumo un 3%. Más aún preocupante es que los chilenos, sobre los 15 años, consumimos en promedio 9.3 litros por persona al año, más que en nuestros países vecinos, según datos entregados por OMS.
“Sí, es verdad que el alcohol nos relaja, está comprobado científicamente que activa receptores inhibitorios (GABAa) disminuyendo la razón excitación/inhibición en nuestro cerebro. No por nada para algunas personas el beber es una solución que les permite olvidar problemas al menos por un tiempo”, explicó la Dra. Paola Haeger, neurobióloga y académica del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad Católica del Norte.
La experta UCN enfatiza que el consumo de alcohol se transforma en un problema grave cuando “nos quita el control e incluso la voluntad, favoreciendo la ocurrencia de accidentes y eventos violentos cuyas consecuencias pueden ser tremendas, no sólo para nosotros sino también para nuestro entorno”, llegando a convertirse en consumidores problemáticos y derivando en el alcoholismo.
“El alcoholismo es una enfermedad crónica que se origina en el cerebro, que además de dañar nuestros órganos, nos quita la voluntad, a veces, en forma irreversible. La neurobiología asociada al alcoholismo se asemeja a la asociada a la adicción a otras drogas de abuso o adicción al sexo o al juego, hay un cambio neuroquímico y neuro-estructural muy similar al que ocurre para memorizar, pero en otras áreas del cerebro”, señaló la Dra. Haeger.
¿Todas las personas que consumen drogas o alcohol van a ser adictos? De acuerdo a lo que indicó la académica UCN, la respuesta es no. “No todas las personas que consumen se volverán adictas, no hay datos muy claros, pero analizando estadísticas del servicio público, personas que consultan versus personas que tienen tratamiento, mi sospecha personal es que más o menos un 3% de las personas que consumen se vuelven adictas. Este porcentaje puede subir mucho más si se consideran las consultas privadas, personas que se niegan al tratamiento, tramo etario, o tipo de droga usadaetc”, afirmó.
FACTORES DE RIESGO
Respecto a los factores que pueden provocar que una persona adquiera una conducta adictiva, la neurobióloga explica que la ciencia ha identificado dos ventanas en el desarrollo que hace muy vulnerable al ser humano frente a la adicción, estas son la adolescencia y el consumo prenatal. Ventanas que también pueden ser intervenidas por factores sociales y ambientales, como estrés y exposición a metales contaminantes por ejemplo.
“La adolescencia se considera desde 13 a 21 años y coincide con la etapa donde el cerebro está en su tapa final de maduración. Mientras más temprano comienza el consumo más probable de ser adicto” advierte la especialista.
Estadísticas de SENDA 2015 han mostrado que la edad de inicio de consumo de alcohol es a los 13 años y que tanto en Chile como en nuestra IV región, alrededor del 80 % de los escolares encuestados (entre 8vo a 4to medio) ya han consumido alcohol. En general, el 24 % de alumnos de Octavo Básico a Primero Medio y 46.7 % de cursos mayores, han consumido alcohol en el último mes.
Por otro lado, el efecto del consumo prenatal también es muy potente sobre la conducta adictiva, “estudios muy antiguos en humanos han mostrado que personas con evidente exposición a alcohol en el embarazo son más vulnerables a ser adictos en la adultez. Los modelos animales son muy decidores, cuando se consume alcohol in útero, no importa cuánto y cuándo, se desarrolla una clara conducta tipo adictiva, incluso en descendencia sin rasgos de síndrome alcohólico fetal. Nosotros lo hemos corroborado en el laboratorio de neurobiología de la adicción de la Facultad de Medicina de la UCN, donde también estamos buscando el mecanismo que subyace a esta “condición”, para así poder generar nuevo conocimiento y posibles herramientas terapéuticas”, puntualizó la académica UCN.
Finalmente, la Dra. Haeger señala “estoy convencida que hay una problemática real de salud pública y que su solución no depende sólo de la medicina ni del entendimiento de la neurobiología, es un problema social y todos tenemos algo que hacer para ayudar, porejemplo en la prevención o en la potenciación de factores protectores”.