¿Se habrá dado cuenta Donald Trump que el mundo lo está empezando a mirar con el mismo filtro con que él se refiere al mundo y a su realidad social y política?
En términos históricos, Trump perfectamente podría pasar por un caudillo centro o sudamericano de décadas pasadas, por un dictador de un pequeño país africano o asiático, llegando incluso a calzar con la imagen dislocada del pintor fracasado y cabo del ejército alemán que llegó a ser el Nazista Canciller Hitler.
Donald Trump, el millonario arrogante y displicente que llegó a ser electo presidente de Estados Unidos, provoca tal vértigo a la hora de su observación; que parece que la historia se nos estuviera enfrentando de un zarpazo en pleno rostro, en un Deja Vu escalofriante que hace que cada nuevo día pudiese ser el momento del acto más peligroso que pudiésemos imaginar.
Un factor que no puede faltar en gobiernos exóticos y de visiones extremas es la influencia de la religión en el Estado. Así que Trump se puso al día y ha designado a reconocidos integrantes de la iglesia para altos cargos en s gobierno; y no conforme con aquello, ahora se ha dispuestos anular la Enmienda Johnson que prohibía las declaraciones políticas de los miembros de las distintas religiones, con el propósito de apartarlos de las discusiones políticas partidarias.
La pregunta que todos se hacen es que cómo y cuándo terminará Donald Trump con su “actuación” de presidente de Estados Unidos.
Ha logrado desilusionar a muchos que creyeron en algunas de sus propuestas, pero del dicho al hecho con esas propuestas, hay diferencias que las hacen impracticables parta la buena convivencia nacional e internacional.
¿Logrará terminar con su mandato? ¿Podrán sus palabras profundizar los actuales desequilibrios? ¿Logrará provocar a algún dictadorcillo escondido y ansioso? ¿Surgirá algún fanático entre la multitud para acabar con Trump?
Trump ha logrado ganarse la animadversión del mundo, a tal punto que cada día esperamos que suceda algo grave a causa de sus palabras y acciones intimidatorias; al proseguir con su nueva versión de los equilibrios, anulando los derechos, reglamentando sin pudor los nuevos deberes como por ejemplo que México financie el #Muro, algo así como obligar a cavar su propia la fosa al condenado.
Escalofriante.
Con Donald Trump estamos perdiendo nuevamente la capacidad de asombro, atentos al desenlace final, asistiendo a esta cuenta regresiva y opresiva… ya que no ha hecho otra cosa que construir un relato como preparándonos a un desenlace abrupto, por decir lo menos…. esperando que el mejor final sea su retorno a la televisión para dormir tranquilos, como dijera Arnold Schwarzenegger… a lo menos la televisión la podemos apagar.
Autor: Orlando Alfonso Olave
Twitter: @oaolave
