El especialista en seguridad ciudadana de la Universidad de Santiago, Jorge Araya, sostuvo que el programa comprende zonas “demasiado amplias” y que se requiere acotarlas “para que las comunidades puedan contar con carabineros en cuadrantes más reducidos”.
Asegura que se requiere que Carabineros destine más tiempo en estar presente en calles y barrios. “Es una modalidad que ejerce mucho más control y prevención a que, simplemente, pase un carro policial a una cierta velocidad por la calle”, afirma.
Múltiples medidas para prevenir e, incluso, enfrentar el delito han recaído en manos de los propios ciudadanos en el último tiempo: estrategias locales coordinadas por vecinos y las llamadas “detenciones ciudadanas” son algunas de las iniciativas que han proliferado para defenderse de la delincuencia. No obstante, ¿por qué surgen estas acciones? ¿Carabineros no es suficiente para realizar la labor de prevención?
El experto en seguridad ciudadana de la Universidad de Santiago, Jorge Araya, reconoce que “existe el desafío de mejorar la acción preventiva policial. El Plan Cuadrante tiene que transformarse y mejorarse para que las comunidades puedan contar con carabineros concentrados en cuadrantes más reducidos”.
“En el diseño actual, los cuadrantes son demasiado amplios y Carabineros no da abasto para llegar a esos cuadrantes tan extensos”, explica el especialista.
Junto con ello, agrega que se requiere “más presencia policial en la calle. Eso se puede mejorar, en términos de hacerla más preventiva. Carabineros no solo debe circular, sino que detenerse y formar parte de los barrios, en ‘infantería’, como le llaman ellos, porque es una modalidad que ejerce mucho más control y más prevención a que simplemente pase un carro policial a una cierta velocidad por la calle, sin lograr una medida efectiva de prevención”.
No obstante, para lograr esto, el especialista recalca que se requiere una mayor dotación. “Se han estado haciendo esfuerzos en este sentido. El Gobierno comprometió seis mil nuevos funcionarios y están ingresando al año alrededor de mil 500, porque también existe una capacidad limitada de Carabineros para formarlos”, afirma.
Sin embargo, puntualiza el académico de la Facultad de Humanidades del plantel estatal, “Carabineros puede hacer más en términos de mejorar los tiempos de presencia en las calles y barrios”.
“Hay que ver cómo descomprimir a Carabineros de labores administrativas y otras funciones que pueden asumir otras instituciones. Sobre esto último, un avance fue otorgar a los guardias municipales mayores atribuciones para efectuar labores de fiscalización al comercio ambulante. Creo que hay que avanzar en este tipo de cosas, para ir liberando a Carabineros de algunas funciones, concentrando más su acción en la prevención del delito”, enfatiza.
Un desafío país
El especialista explica que urge mejorar la prevención ya que, aunque Chile mantiene bajas cifras de homicidios en comparación a otros países de Latinoamérica, “sí hay mucho robo y delitos contra la propiedad, y eso nos sitúa más arriba. En esto, debemos mejorar nuestros índices, porque se han mantenido altos. Hay un desafío país, de destinar más recursos en esto”.
“De todo el Presupuesto que el país destina a materias de seguridad y justicia”, indica Araya, “una parte se va al Ministerio Público, otro tanto se va a Gendarmería, etcétera, pero si uno ve esa distribución, un porcentaje muy menor se va a prevención”.
En este sentido, señala que se requiere aumentar la inversión en iniciativas como el programa ‘24 Horas’, del Servicio Nacional de Menores (Sename), que atiende a niños y adolescentes que ingresan a Comisarías, a fin de ayudarlos a superar sus vínculos con la delincuencia. “Necesitamos una cobertura mucho mayor para esos programas que sí son adecuados y pertinentes. La cobertura que tienen actualmente es absolutamente insuficiente”, sostiene.
“Esos programas debieran tener una cobertura diez veces mayor”, señala el académico. “En una comuna, en vez de atender a 40 jóvenes que ya han sido detenidos por Carabineros a muy baja edad, debieran atender a 400 jóvenes que, en una comuna populosa, pudieran tener un compromiso delictual”, subraya.
Finalmente, apunta a la rehabilitación como otro de los temas pendientes para enfrentar la delincuencia. “Cuando se apresa a un delincuente, sus hijos quedarán en situación de semiabandono y obligados a delinquir. Si no se cierra ese círculo y no hay capacidad de apoyar o monitorear a esas familias, el circuito se va a repetir. Contrarrestar esto también requiere recursos”, concluye.