El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de La Serena acogió a 30 entusiastas estudiantes de la Escuela Libre Amancay, quienes cursan de primero a sexto grado, para participar en una actividad educativa única.
Los niños y niñas recrearon una audiencia de juicio oral a través de la interpretación de la obra “Ricitos de Oro”, asumiendo diversos roles como jueces, fiscales, querellantes, defensores, testigos, periodistas y público.
La directora de la escuela, Nadia Muñoz Echeverría, explicó que el objetivo de esta actividad era enseñar a los estudiantes de una manera más lúdica e interactiva, abordando la asignatura de lenguaje con énfasis en la argumentación, el debate y la redacción. La idea es transmitir los contenidos educativos de forma entretenida y significativa para los alumnos.
Durante la actividad, los estudiantes representaron el cuento de “Ricitos de Oro”, en el que los jueces, luego de escuchar los alegatos de las partes, condenaron a la acusada a realizar trabajos comunitarios. La docente enfatizó que esta actividad les permitió a los estudiantes comprender qué es una fábula, una moraleja y cómo pueden aplicar estos conceptos en la vida real, además de introducirlos en el conocimiento de los delitos y las penas asociadas.
El juez presidente del tribunal, Carlos Manque Tapia, recibió a la escuela y valoró la instancia de vinculación, destacando el interés de los estudiantes, profesores y apoderados por conocer el funcionamiento del tribunal. El magistrado expresó que es importante acercar el tribunal a la realidad de los niños y niñas, y explicar de manera clara su función y labor diaria.
Maite Castillo Hinojosa, estudiante que interpretó el papel de abogada querellante, se mostró encantada con la actividad, ya que le permitió aprender sobre el proceso de resolución de conflictos en un tribunal. Por su parte, Agustín Faúndez Leyton, quien asumió el rol de juez, expresó que la actividad le enseñó que cada acción tiene una consecuencia y disfrutó mucho de la experiencia.
Angélica González Allende, apoderada de una de las estudiantes, calificó la actividad como muy enriquecedora, ya que su hija pudo aprender de una manera diferente y acercarse al funcionamiento de un tribunal. Además, agradeció la hospitalidad del tribunal y su disposición para adaptarse a las necesidades de la escuela.