Las consolas de videojuegos de última generación son tan poderosas como muchas computadoras de gama media y alta. ¿Al fin representan las consolas una amenaza para las PC?
Las consolas de videojuego llegaron para quedarse. Desde sus rudimentarios inicios en los años 70 y su posterior explosión en popularidad a partir de la década de los 90 se estima que se han vendido más de 1.200 millones de consolas a nivel mundial (Wikipedia, 2023).
El impacto que han tenido en la cultura popular y en la vida de millones de personas es innegable. Sin embargo, muchos jugadores experimentados mantienen que jamás podrán competir con las computadoras de escritorio cuidadosamente preparadas para jugar, conocidas como PC gaming.
A un par de años del advenimiento de la novena generación de consolas con el PlayStation 5 y el Xbox X, las más poderosas jamás puestas en venta, es un buen momento para repasar el sempiterno debate: ¿pueden competir las consolas con las PC gaming?
Computadoras para jugar
No todas las computadoras nacen iguales. Entre las casi infinitas combinaciones de componentes posibles cada usuario encontrará alguna máquina que se adapte a sus necesidades. La mayoría de computadoras modernas permiten disfrutar de videojuegos sencillos, como los juegos de casino online en MrBet, o incluso los juegos de alta gama de hace un par de años.
Para jugar los títulos más demandantes, sin embargo, necesitaremos un hardware más serio. Las PC gaming son diseñadas especialmente para correr con holgura los videojuegos de última generación con los ajustes gráficos y resoluciones más altas. Estas cuentan con algunas de las especificaciones más impresionantes del mercado.
Procesadores más rápidos y con más núcleos, tarjetas gráficas dedicadas, capacidades de memoria RAM que humillarían a los discos duros de hace tan solo 20 años y memorias en estado sólido con altas velocidades de transmisión son algunas de las mejoras que puedes esperar con respecto a una computadora ordinaria.
Además de esto, muchas PC gaming incluyen funciones adicionales pensadas específicamente para los jugadores. Entre estas destacan sistemas de refrigeración más poderosos para sesiones de juego extendidas, optimizaciones de software especiales para juegos y sistemas de luces personalizables.
Novena generación de consolas: dignos adversarios
La novena generación de consolas de videojuegos nace con los dos últimos lanzamientos de Sony y Microsoft. El PlayStation 5 y el Xbox X respectivamente salieron al mercado en el 2020 y representan un salto notable en capacidades frente a sus antecesores.
Ambas consolas cuentan con procesadores de 8 núcleos y más de 3 GHz de velocidad y 16 Gigabytes de memoria RAM. Además, cuentan con soporte para resolución 4K hasta 120 Hz y memorias internas en estado sólido con velocidades de transmisión de varios Gigabytes por segundo (Mecánica Popular, 2022).
Estas especificaciones las colocan en competencia directa con computadoras de gama alta que pueden costar hasta tres veces más. Esto aunado a que las consolas permiten navegar por internet y acceder a la mayoría de plataformas de streaming y redes sociales puede hacernos pensar que no tiene sentido pagar el costo adicional por una PC gaming.
Persisten los inconvenientes de siempre
Las últimas consolas pueden satisfacer las demandas de la gran mayoría de jugadores en un paquete más conveniente y accesible. Sin embargo, algunos de los inconvenientes de toda la vida que han mantenido alejados a los usuarios más intensos no han sido resueltos.
Selección de juegos limitada
Cada vez son más los juegos con soporte multiplataforma, pero algunos de los títulos más populares continúan limitando su acceso a una consola en particular. Los últimos juegos de Spider Man no están disponibles en Xbox. A su vez, los jugadores de PlayStation se pierden de títulos como Halo: Infinity y Forza Horizon 5. Ni hablar de todos los clásicos exclusivos para consolas Nintendo, como las sagas de Mario y Zelda.
Todos estos juegos tienen algo en común: están disponibles para computadora. Esta continúa siendo una de las grandes ventajas de jugar en PC. La gran mayoría de los juegos eventualmente llegan a Windows, incluyendo aquellos que en principio fueron lanzamientos exclusivos de alguna consola.
Incluso cuando un título no está disponible formalmente, la capacidad de emulación de las computadoras hace improbable que encuentres algún juego del que no puedas disfrutar.
Imposibilidad de actualizar el hardware
Quizás una consola puede ser más poderosa que una PC del mismo precio, pero en un par de años la situación puede cambiar. Es imposible cambiar los componentes de una videoconsola. Al volverse obsoleta no queda otra opción que reemplazarla. Por el contrario, las computadoras gaming están diseñadas para poder ser actualizadas fácilmente.
Después de un par de años de uso puedes comprar una memoria RAM con un par de gigabytes extra de capacidad o una memoria en estado sólido más grande o rápida. Incluso puedes cambiar la tarjeta gráfica si esta es dedicada. Esto abre muchas posibilidades de customización y adaptación que permiten a cada jugador armar su equipo según sus necesidades.
Al final de todo, esto último continúa siendo la razón de mayor peso que mantiene a muchos jugando en computadora. Sin embargo, para los jugadores casuales que no quieran lidiar con las especificaciones de cada componente de su máquina, quizás convenga más comprar una consola. El día en que las videoconsolas puedan competir con las PC ya llegó, pero solo para algunos usuarios.