La Dra. Aldoaneth Leiva, infectóloga del Hospital de La Serena, despejó las numerosas dudas que existen frente a las nuevas cepas y aclaró inquietudes respecto a los cuidados, los síntomas de alerta, la efectividad de las vacunas y qué mascarillas usar.
Dicen, que en esta vida lo único constante es el cambio y lo cierto, es que con el paso del tiempo, todo se transforma, incluso el COVID-19. Y es que por definición, todos los virus mutan y cada vez que ingresan al organismo humano, tienen posibilidades de cambiar. Esto es precisamente lo que ha hecho el Coronavirus desde diciembre de 2019 en el mundo, haciendo más contagiosa la cepa inicial de Wuhan a través de diversas nuevas variantes.
Para introducirnos en el tema, la infectóloga Aldoaneth Leiva explicó que “una variante es parte de la evolución natural de un virus. A medida que éste se reproduce, va cambiando para – en algunas oportunidades – hacerse más eficiente para vivir, abordarnos, contagiarnos y enfermarnos. En el caso del COVID, ya vamos a más de un año y medio de la evolución de la pandemia, así que ha tenido la oportunidad de replicarse durante todo este tiempo”.
Ante la aparición de estas nuevas cepas, la Organización Mundial de la Salud decidió agruparlas en variantes de preocupación y de interés, utilizando el alfabeto griego. Pero ¿cuántas existen en nuestro país y cuáles son? “Después de tanto tiempo, se han creado muchas variantes, pero las de preocupación – que son las que deberíamos conocer porque pueden generar problemas para la salud pública – son cuatro, la Alpha (anteriormente conocida como cepa británica), la Beta, la Gamma (antes llamada cepa brasileña o P.1) y ahora, la Delta”, informó la doctora Leiva.
A ello, se suman otras siete variantes denominadas de interés, entre las que se encuentra Lambda, bautizada también como “cepa andina” o C.37, y que en conjunto con Gamma, son las de mayor circulación en el territorio nacional.
En las últimas semanas, los ojos del país se han puesto en Delta, que podría haber llegado a Chile para quedarse. Esta cepa preocupa al mundo desde octubre de 2020, cuando fue detectada por primera vez en la India y hoy, está presente en más de 85 países, afectando principalmente a Asia, Oceanía y Europa. Según la Sociedad Chilena de Infectología (SOCHINF), se estima que entre el 70% y el 90% de las nuevas infecciones por SARS-CoV 2 en la comunidad europea serán causadas por esta nueva variante en agosto de este año.
Y ¿por qué genera tanta preocupación y temor? La OMS ha indicado que es más rápida a la hora de transmitirse de una persona a otra y que puede aprovechar el relajamiento de las medidas sanitarias para expandirse. “En Chile, hoy en día tenemos casos aislados, no hay demostrada circulación comunitaria de esta variante, por lo tanto, sigue siendo externa y mientras sigan las fronteras cerradas, podríamos tener una ventaja frente a ella”, precisó la médico del Hospital de La Serena.
Además, la especialista señaló que “de una persona infectada con la cepa inicial, salían en promedio 3 contagiados y con la variante Delta, de 5 hasta 8, porque la cantidad de virus que se replica es mucha y mientras más virus tiene el hospedador, más probable es que otro individuo se contagie. Es por eso, que es bastante contagiosa, comparándola con la variante Alpha, en su transmisibilidad y su taza de hospitalización”.
Leiva destacó que Delta comparte con Gamma el llamado “fitness viral”, o capacidad del virus para ser eficiente y contagiar, por lo que en Chile, ya tendríamos cierta experiencia con una cepa de esas características. “Esta es una variante más pero es de preocupación, así como Gamma, su predecesora, puede provocar muchísimas muertes, ocasionar estragos, aumentar los casos y obligar a encerrarnos si no tomamos conciencia. Debemos aprender que tenemos un enemigo que sabemos que está aquí y que hay que evitar que sea más numeroso”, enfatizó.
Por eso, el llamado es a no resistirnos a los numerosos cambios de esta extensa emergencia sanitaria y tomar la aparición de estas nuevas variantes como una oportunidad para no relajarnos, mantener la fe en el futuro y seguir cuidándonos con todas las medidas sanitarias.
“En este momento, como población tenemos las de ganar, es decir, sabemos que Delta no está circulando en forma comunitaria aún, que son casos aislados y que si aplicamos oportunamente todas las medidas de forma correcta y responsable en conjunto, vamos a poder evitar que nos pase lo mismo que nos pasó con la variante Gamma y que nos llevó hacia atrás”, manifestó Aldoaneth.
ENTONCES ¿CÓMO SEGUIMOS CUIDÁNDONOS?
Según la SOCHINF, Delta posee una mayor capacidad para fijarse a las células respiratorias, por ello, una persona infectada tiene mayor carga viral y más posibilidades de expeler mayor cantidad de virus. Es por eso, que la mejor manera de cuidarnos es ser verdaderamente rigurosos con todas las medidas de prevención que ya todos conocemos ampliamente.
“El uso correcto de la mascarilla, la higiene de manos, el distanciamiento físico y la vacunación son efectivas en conjunto para prevenir todas las variantes, incluida la Delta”, precisó la especialista de infectología del hospital serenense, quien agregó que “con esta variante, lo único diferente que podemos decirle a la población es que esta vez, hagan todo y lo hagan bien. En toda la pandemia hemos visto que a medida que disminuyen los casos, la gente se relaja, entonces, la idea es que justo ahora aprovechemos de que por fin estamos un poco en ventaja con la infección y que logremos la inmunidad de rebaño con la vacunación, manteniéndonos en cifras que nos permitan volver a una vida más normal”.
Ventilar continuamente los espacios cerrados también resulta fundamental. En su casa, la recomendación es mantener 2 ventanas o puertas abiertas durante 30 minutos 3 veces al día y en el trabajo u oficinas, realizar estas pausas de ventilación cada 2 horas. “Yo miro las medidas de prevención como una cadena, donde todos los eslabones son importantes. Si los hacemos de forma sistemática, eso podría llegar a cambiarnos el panorama dentro de unos meses más”, puntualizó la doctora Aldoaneth Leiva.
Y ¿QUÉ MASCARILLA DEBEMOS USAR?
La llegada de esta última nueva variante llevó a cambiar la definición de contacto estrecho en nuestro país, por lo que actualmente, se considera como tal a cualquier persona que haya estado en contacto con el caso confirmado de Delta, independiente del tiempo y del uso de mascarilla.
Entonces ¿cuál usar? La infectóloga del Hospital de La Serena señaló que “las N95 y sus equivalentes, como KN95, son altamente eficientes en el caso de la transmisión por aerosoles, cuya generación se da en contextos bastante específicos y sobre todo en la atención de salud. Las mascarillas quirúrgicas o de 3 pliegues son suficientes para contener las gotitas que se generan durante una conversación y la vida cotidiana. Por lo tanto, el uso de estas mascarillas de forma correcta, cambiándolas cuando se humedecen y cada 2 o 3 horas, serán suficientes para prevenir cualquiera de las variantes”.
Y ¿es esencial que estén certificadas? La doctora aclaró que las certificaciones son importantes “sobre todo, para las personas que atienden a pacientes. Sin embargo, la mayoría de las mascarillas quirúrgicas de venta común también vienen con certificación de uso efectivo para prevenir la dispersión de las gotitas, que es lo que contagia”.
En relación al uso de las mascarillas domiciliarias o de género, la también médico internista manifestó que su efectividad “depende de cómo se usen. Cuando cualquier mascarilla está húmeda, deja de ser efectiva y claramente, la tela se humedece mucho más rápido que otros materiales, por eso no es que no sean eficientes, sino que pueden perder efectividad mucho más rápido. Tienen que ser muy acuciosos en cómo usarlas, cuando estén húmedas, cambiarlas, lavarlas una vez utilizadas y también debería llevar varias con usted para usar diariamente, no una”.
ATENCIÓN, LOS SÍNTOMAS DE ALERTA NO SON SÓLO CUATRO:
A estas alturas, todos nosotros sabemos que la tos, la fiebre, la dificultad para respirar y la pérdida del sentido del gusto y/u olfato son los principales síntomas que pueden alertar el contagio del COVID-19 en una persona. Sin embargo, es de vital importancia recordar que éstos no son los únicos. “La gente se acostumbró a decir que los síntomas del COVID son muy pocos y en la gama de sintomatología de cualquiera de las variantes está la congestión nasal, debilidad general, dolor de cabeza y otros. También hay muchas personas asintomáticas, entonces no existe una presentación típica de la enfermedad”, aclaró Leiva.
De hecho, según el Ministerio de Salud, los síntomas más frecuentes entre los chilenos contagiados ha sido (en orden decreciente): dolor de cabeza, tos, dolor muscular, fiebre, dolor de garganta, pérdida del gusto y del olfato, dificultad para respirar, diarrea, dolor torácico, dolor abdominal, respiración acelerada, coloración azul de la piel, postración y congestión nasal. Este último ha sido destacado por la SOCHINF para la variante Delta, sobre todo en jóvenes. Si alguno de ellos no es habitual en usted o presenta uno de los principales síntomas de alerta, debe acudir a su servicio de urgencia más cercano.
LA VARIANTE DELTA Y LA VACUNACIÓN:
Hasta el momento, sólo existe evidencia científica sobre la eficacia y efectividad de las vacunas Pfizer BioNTech y AstraZeneca en la variante Delta. No obstante, la doctora Leiva detalló que “es muy difícil que haya un estudio de la vacuna porque recién está apareciendo, pero sigue siendo importante la vacunación porque como ha ocurrido con el resto de las variantes, hemos visto que después un tiempo, se logra evidenciar la efectividad, a pesar de los cambios que ha sufrido el virus, así que no debería haber ninguna diferencia”.
La infectóloga finalizó destacando que esto “lo hemos visto en países donde circuló Delta conjuntamente a que las tasas de vacunación fueron aumentando, pese a que tienen las fronteras abiertas, gran tráfico aéreo, gran movimiento de personas, y los casos igual bajaron. Lo que nos hace pensar que la efectividad de las vacunas se mantiene”.