Se trata de la primera investigación realizada en población latinoamericana y confirma la presencia y persistencia de material genético del virus SARS-CoV-2 a nivel fecal.
Un estudio desarrollado por académicos de la Facultad de Medicina, demostraron que los síntomas gastrointestinales son frecuentes en la COVID-19 y que la presencia de diarrea aumenta el riesgo de hospitalización. El estudio además incluye el análisis de muestras mediante técnica de PCR en el Laboratorio de Virología Molecular, del Departamento de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Pediatría de la Facultad de Medicina de la Pontifica Universidad Católica. Las muestras de deposiciones analizadas, demostraron la presencia de material genético del SARS-CoV-2 en deposiciones. El estudio fue publicado recientemente en la principal revista internacional de la disciplina, Gastroenterology, y representa la primera investigación en población latinoamericana.
“Perfil de síntomas y factores de riesgo por hospitalización de pacientes con SARS-CoV-2 y COVID-19: una amplia cohorte desde Sudamérica” es el nombre del estudio publicado. El trabajo interdisciplinario reunió a profesionales de la virología, la gastroenterología y epidemiología, y permitió entender un mismo fenómeno construyendo una sinergia de investigación con gran potencial para comprender el comportamiento de este agresivo virus respiratorio que infecta otros órganos, esta vez confirmando la detección positiva de material genómico del virus COVID-19 en deposiciones. Los resultados del estudio fueron analizados junto a los resultados de otros 23 estudios internacionales y se concluyó un 34% de presencia del virus en deposiciones.
Rafael Medina, virólogo y principal investigador del estudio, explica que el estudio se realizó desde los meses de marzo y abril, en una muestra de 32 pacientes con síntomas digestivos y evaluó la carga viral en muestra de deposición. “Uno de los principales hallazgos de este estudio sugieren un potencial riesgo de contagio fecal-oral como posible ruta de infección, ya sea por el uso de un baño compartido con un paciente contagiado con cuadro diarreico, o el contacto con aguas servidas con presencia de material genético. Sin duda este resultado servirá para futuras decisiones en cuanto a políticas públicas de reactivación laboral o escolar, por ejemplo”, sostiene el virólogo.
Para los investigadores, la vía de contagio fecal-oral en COVID-19 es plausible. Sin embargo, la principal vía de contagio es la respiratoria por lo que las medidas relacionadas con el uso de mascarillas, lavado de manos y distanciamiento social, siguen siendo las más importantes y se requiere de más estudios para establecer la eficacia de medidas adicionales en la población general. En el caso de pacientes COVID-19 positivo, se podría recomendar el uso de inodoro exclusivo, además del lavado de manos. El uso de baños compartidos en cruceros, empresas, centros comerciales y escuelas son algunas de las estrategias que deberían ser analizadas por las autoridades durante la pandemia y en particular, en fases de desconfinamiento de la población.
En opinión del Dr. Arnoldo Riquelme, del Departamento de Gastroenterología de la Facultad de Medicina UC y Past-Presidente de la Sociedad Chilena de Gastroenterología, “este estudio tiene un componente epidemiológico sobre síntomas intestinales basado en un registro de más de 6 mil pacientes ambulatorios y hospitalizados, lo que nos permitió evaluar la frecuencia de los síntomas gastrointestinales y otros no asociados al tubo digestivo, infiriendo que la presencia de diarrea aumenta el riesgo de hospitalización, siendo así un marcador de riesgo de gravedad, lo que se confirmó en otros estudios internacionales. Hemos seguido avanzando con nuestra investigación y profundizamos el estudio virológico con seguimiento de los pacientes en hospitales o en sus casas y lo más relevante es que incluimos muestras seriadas de PCR de población chilena, que analizada junto los resultados de 18 estudios provenientes de 6 países a nivel nasofaríngeo y en deposiciones. Esto nos permite concluir la presencia del virus tras 14 días y 22 días de seguimiento, respectivamente”.
Si bien es cierto que el PCR detecta frecuencias genéricas de coronavirus, existe cierta controversia respecto a si se trata de virus que son viables en su capacidad infectante. No obstante, en estudios recientes se ha logrado recuperar a través de cultivos virales el SARS CoV2 en pacientes con COVID-19 y PCR positivo en deposiciones al momento del cultivo, haciendo posible la transmisión por vía fecal-oral, con una potencial implicancia en el manejo de los pacientes contagiados. Riquelme agrega que “Hoy el énfasis está en la transmisión por vía respiratoria, sin embargo los cuidados hasta ahora difundidos no incluyen la transmisión fecal-oral, lo que añade al lavado de manos antes y después de ir al baño, el realizar descargas con tapa cerrada del inodoro para evitar diseminación por efecto de aerosol. Debemos aclarar que la realización del PCR en deposiciones es por ahora motivo de investigación y no es estándar del manejo de pacientes COVID-19”.
Por su parte, el Dr. Luis Antonio Díaz, residente de Gastroenterología Adulto de la Pontificia Universidad Católica, señala que los síntomas digestivos pasan desapercibidos en pacientes con coronavirus, aún alcanzando una frecuencia considerable de hasta el 20%. “De hecho, en algunos pacientes infectados por el virus incluso presentan exclusivamente síntomas digestivos y no respiratorios, siendo una importante herramienta para el diagnóstico. Por otra parte, este estudio en deposiciones busca evaluar la posibilidad de transmisión vía fecal-oral, no ampliamente evaluada a la fecha y sería un importante escenario en hospitales en los que se maneja un gran volumen de pacientes infectados, así como en el manejo de pacientes y condiciones sanitarias en otros lugares o a nivel domiciliario. Actualmente, 1 de cada 3 pacientes contagiados dan positivo en deposiciones. Lo importante es conocer la vía de transmisión y excreción a nivel intestinal, y elevar el énfasis en aquellas conductas de precaución y saneamiento”, concluye el residente.
Finalmente, Eduardo Fuentes, Fonoaudiólogo y Epidemiólogo a cargo de los análisis estadísticos del estudio y académico del Departamento de Ciencias de la Salud UC, puntualiza que “se consideró una gran cantidad de personas (7213) permitiendo calcular en forma precisa el riesgo de hospitalización en quienes presentaron diarrea y otros síntomas gastrointestinales”. En cuanto a la vía de transmisión señaló: “Si bien, la vía de transmisión fecal-oral es posible, sigue siendo la principal vía de transmisión la respiratoria y no impactan en las medidas que ya conocemos, de Salud Pública a nivel nacional, para el cuidado de la población general, como el uso de mascarilla y distanciamiento social. Algo que sí sería útil, es que se pueden implementar medidas de vigilancia sectorial a nivel comunal o de la ciudad, para monitorizar las aguas servidas de la ciudad, dado que existen estudios que muestran una relación entre la detección positiva de RT PCR en aguas servidas con meses de mayor número de nuevos casos, pudiendo complementar las actuales medidas de vigilancia epidemiológica”.
El mismo grupo de investigación ya trabaja en un par de proyectos vinculados: una revisión sistemática relacionada con compromiso hepático enviada a la revista Hepatology, liderada por los doctores Luis Antonio Díaz y Juan Pablo Arab, ambos gastroenterólogos de la Escuela de Medicina UC, y un artículo sobre eliminación del virus COVID-19 por deposiciones en base a PCR, en manos de Rafael Medina y el Dr. Luis Antonio Díaz. En el futuro cercano, este grupo de investigadores, desean ampliar sus líneas de investigación a través de la creación de un grupo de trabajo interdisciplinario, incluyendo a psiquiatras, neurólogos, otorrinolaringólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos y kinesiólogos, para tener un mejor entendimiento de la enfermedad, las necesidades epidemiológicas y de manejo actual, pero sin perder de vista, las medidas de retorno a nivel social y las necesidades de rehabilitación que enfrentarán los pacientes que sobrevivan a la pandemia.