- Un estudio de Aprocor y CADEM, realizado de cara a las celebraciones de fin de año, reveló que el 61% de los encuestados considera que “ser detenidos por Carabineros” y “colisionar su vehículo” (19%), son los mayores miedos de conductores bebidos por encima de provocar daño o la muerte a otras personas.
- La encuesta también muestra una preocupante normalización de manejar en estas condiciones, un alza en la permisividad social, baja percepción de fiscalización y prácticas que siguen exponiendo al peligro a todos.
En el marco de su campaña #ConductoresNiUnaGota, la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Aprocor), junto al Ministerio de Transportes y Mutual de Seguridad, presentó los resultados de la 5ª Radiografía al Consumo de Alcohol en Fiestas de Fin de Año, estudio elaborado con CADEM que evidencia una creciente naturalización de la conducción bajo la influencia de estas bebidas y una marcada indolencia frente a los siniestros viales asociados.
El estudio – realizado a hombres y mujeres mayores de 18 años – muestra que 61% de los encuestados cree que a quienes conducen con alcohol les preocupa principalmente ser detenidos, seguido por chocar su propio vehículo (19%), mientras solo 11% considera la posibilidad de causar daño grave o la muerte a otras personas.
La investigación también confirma una normalización creciente de la conducción con alcohol: 44% cree que es muy o algo probable que un familiar o amigo maneje bajo sus efectos en estas celebraciones, casi el doble de lo registrado en 2023 (26%) y seis puntos por sobre 2024. A su vez, 4 de cada 10 personas consideran que es “socialmente aceptado” el conducir en estado etílico en Año Nuevo, un aumento de ocho puntos respecto del año anterior (de 35% a 43%).
La indolencia frente a los siniestros viales continúa profundizándose: 70% cree que a los chilenos “les da lo mismo” si un año hay más o menos fallecidos, y 84% estima que este problema no es visto como prioritario.
Por otro lado, la percepción de control y sanción también se debilita ya que el 55% piensa que es poco o nada probable ser fiscalizado – 21 puntos más que el año anterior – y solo 10% cree que quien conduce con alcohol enfrentará un castigo ejemplificador. La mitad de los chilenos, además, no tiene claridad sobre las sanciones legales por manejar con alcohol.
El estudio evidencia también otro punto crítico: 5 de cada 10 personas cree que no se pueden prevenir los accidentes asociados al consumo de alcohol, y una proporción similar considera “inevitable” que algunas personas conduzcan bajo sus efectos durante estas fiestas.
“Esta radiografía muestra una normalización muy peligrosa y que el miedo a la sanción o a la pérdida material pesa mucho más que la conciencia del riesgo humana. Como Aprocor queremos ser muy claros: ningún viaje, ni ninguna celebración, justifica que alguien conduzca después de beber”, advirtió Juan Pablo Solís de Ovando, presidente de Aprocor.
“El estudio de Aprocor arroja un resultado muy preocupante, muchos chilenos creen que los conductores ebrios están más preocupados de ser detenidos por Carabineros o de chocar su auto, que de causar daño o la muerte a otras personas. Es duro reconocer que aún existe un porcentaje importante de personas que no internaliza que los siniestros de tránsito no son fortuitos, que tienen causas claras y evitables y que acaban con vidas, truncando sueños, y destruyendo familias día a día en nuestro país. No estamos hablando de estadísticas, estamos hablando de personas cuya ausencia deja un tremendo dolor, un dolor evitable si se toma real conciencia del impacto que tienen las conductas temerarias e irresponsables al volante. En 2024, 1.439 familias, madres, padres, hijas, hijos, perdieron uno de los suyos para siempre, desde esos días en 2024 sus vidas nunca más fueron iguales. Por favor tomemos conciencia, no esperes que te ocurra a ti para entender este mensaje y cambiar tu conducta” señala Juan Carlos Muñóz, ministro de Transportes y telecomunicaciones.
Durante la presentación del estudio, Mutual de Seguridad realizó una activación preventiva mediante una tecnología para mostrar cómo el alcohol deteriora las capacidades al volante. A través de un simulador de conducción en estado de ebriedad, autoridades y asistentes experimentaron directamente la pérdida de reflejos y coordinación; mientras que, con lentes de alcosimulación, evidenciaron cómo se distorsiona la percepción del riesgo incluso en tareas simples.
“Como Mutual trabajamos fuertemente en prevención en ambientes laborales y sociales y esta vez queremos demostrar qué no existe un consumo seguro al manejar. Esperamos que las personas decidan entregar las llaves o planificar un chofer designado para salvar vidas”, enfatizó Luis Alberto Stuven, gerente de Seguridad Vial de Mutual de Seguridad.
Polémicas prácticas sociales
La Radiografía vuelve a mostrar comportamientos socialmente instalados que exponen riesgos. El 52% considera típico que se los padres o madres ofrezcan alcohol a sus hijos durante estas celebraciones, mientras 55% está de acuerdo con entregar bebidas “festivas” como “cola de mono” o “espumante” sin alcohol a niños bajo la idea de “probar” o “mantener la tradición”.
El estudio también evidencia una peligrosa tolerancia hacia la conducción en estado de influencia o ebriedad. El 78% señala que, en estas fiestas, las personas no temen subirse al auto de alguien que ha bebido. En cuanto a otros factores de riesgos, el 79% considera igual de peligroso manejar curado que conducir mirando el celular y 78% cree que hoy circulan más conductores bajo los efectos de drogas que de alcohol. Este panorama evidencia que la conducción riesgosa adopta múltiples formas, todas con un potencial de daño severo.
Finalmente, la principal razón que la ciudadanía atribuye a quienes deciden manejar después de beber sigue siendo la creencia de que “una o dos copas no les afectan”, percepción que refuerza decisiones que pueden tener consecuencias graves tanto para los conductores como para terceros.