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Influenza A(H3N2): llaman a reforzar vacunación y medidas preventivas ante detección de subclado K

El profesor Gabriel Cavada explicó que la presencia del subclado K corresponde a una mutación esperable de un virus históricamente circulante, subrayó la alta contagiosidad de la influenza y destacó que la vacunación vigente protege frente a casos graves y hospitalizaciones, descartando escenarios de alarma similares al COVID-19

La reciente confirmación del Ministerio de Salud de la circulación del subclado K de influenza A(H3N2) en Chile ha reabierto el debate público sobre los riesgos asociados a los virus respiratorios y la importancia de la prevención. Al respecto, el profesor Gabriel Cavada, académico del Programa de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, explicó que se trata de un fenómeno esperado desde el punto de vista epidemiológico y que debe abordarse con información clara y basada en evidencia.

“El subclado presente es una mutación del virus original, es decir, una subclase del virus H3N2, un virus de muy antigua data, aislado el año 1968, por lo tanto estamos hablando de casi 58 años de existencia de este virus”, señaló el académico. En ese sentido, enfatizó que no se trata de un virus nuevo, sino de una evolución natural dentro de un agente ampliamente conocido por la salud pública.

El profesor Cavada advirtió que, pese a su carácter estacional, la influenza A(H3N2) no es un virus inocuo. “Es tremendamente contagioso y causa entre 300 y 500 mil muertes por año en todo el mundo. Ha sido responsable de las tres últimas pandemias de influenza previas al COVID”, indicó. No obstante, recalcó que actualmente existen herramientas efectivas de prevención y manejo clínico que permiten reducir de manera significativa su impacto en la población.

Vacunación, tratamiento y medidas preventivas: un enfoque integral

Desde la perspectiva epidemiológica, el académico subrayó que la principal estrategia de protección a nivel poblacional sigue siendo la vacunación. “La primera medida de prevención es tener actualizada la vacuna contra la influenza. La autoridad sanitaria ya ha señalado que la vacuna utilizada en la campaña 2025 entrega protección frente a casos moderados y graves, lo que permite prevenir hospitalizaciones y muertes”, afirmó.

A este componente se suma la disponibilidad de tratamiento médico antiviral, especialmente relevante para personas con mayor riesgo de complicaciones. “Hoy contamos con tratamiento para este tipo de influenza, lo que marca una diferencia muy importante respecto de lo que fue la irrupción del COVID en el catálogo de los virus respiratorios”, explicó Cavada.

El académico recalcó además que las campañas futuras incorporarán estas variaciones genéticas del virus. “La vacuna que se utilizará a partir de la campaña de vacunación del año 2026 ya va a considerar definitivamente esta nueva cepa dentro de su formulación, fortaleciendo aún más la protección poblacional”, sostuvo.

Medidas preventivas

Junto con la vacunación, el profesor Cavada enfatizó la importancia de mantener las medidas preventivas no farmacológicas, aprendidas durante la pandemia, como un complemento clave para reducir la transmisión. “Es fundamental el lavado frecuente de manos con agua y jabón, especialmente en contextos de aglomeración, así como el uso de mascarilla cuando existen síntomas respiratorios o en espacios con alta concentración de personas”, señaló.

Asimismo, destacó la relevancia de la ventilación de los espacios cerrados. “La ventilación cruzada es muy importante, porque las cargas virales en general se concentran en el tercio superior de las habitaciones. Por eso es necesario ventilar profundamente los ambientes cerrados”, explicó. A ello sumó la necesidad de mantener una adecuada etiqueta respiratoria. “Si vamos a estornudar o toser, debemos cubrirnos la boca, y ante la aparición de síntomas, ojalá usar mascarilla y acudir oportunamente a la asistencia médica para un diagnóstico adecuado”, añadió.

Finalmente, el académico abordó el rol de la vigilancia genómica y la necesidad de cautela en las proyecciones epidemiológicas. “La genotipificación es fundamental para identificar qué subclado está causando una eventual epidemia de influenza y orientar las decisiones sanitarias. Aún es muy temprano para hablar de proyecciones, debemos dejar pasar algunas semanas epidemiológicas”, indicó. En ese contexto, fue enfático en descartar escenarios alarmistas: “En ningún caso estamos hablando de una alarma como la que provocó el COVID en 2020. Hay que ocuparse del tema con seriedad y rigor, pero no estamos en esos niveles”.

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