Si bien en nuestros hogares les ofrecemos seguridad, la mejor nutrición alimentándolos con Leonardo Kitten, y mucho afecto. En cada gato doméstico habita el alma de un cazador, el instinto de un depredador ágil y curioso. Al verse limitados al acceso a la vida salvaje, hay veces que nos sorprendecon comportamientos como el de rascar.
¿Tu gato ha destrozado alguna vez una esquina del sofá o una alfombra? Lejos de ser un capricho o una simple forma de “afilarse las uñas”, rascar es una necesidad para su bienestar físico y emocional. Entender por qué lo hacen y cómo ofrecerles alternativas, es clave para convivir en armonía y mantener tu casa libre de destrozos.
¿Por qué los gatos necesitan rascar?
Antes de buscar el rascador perfecto, es vital entender las razones detrás de este comportamiento. Aunque pueda parecer una manía felina más, rascar cumple varias funciones esenciales para su salud y comportamiento.
La razón más evidente es el cuidado de sus garras. Al rascar, los gatos eliminan las capas exteriores muertas y desgastadas de sus uñas, revelando las capas más nuevas y afiladas debajo. Es su forma natural de “limarse las uñas”.
Mantener las garras afiladas es fundamental para su capacidad de trepar, agarrar y defenderse.
También rascar es una forma excelente de estirar todo su cuerpo. Cuando tu gato se alarga contra un rascador estira y tonifica músculos que van desde sus patas hasta la espalda. Este estiramiento es importante para su flexibilidad, agilidad, ayudando a prevenir la rigidez y promoviendo una buena circulación.
Los gatos son criaturas territoriales, y rascar es una forma clave de marcar su espacio. Al hacerlo, no solo dejan marcas visibles, sino también feromonas a través de glándulas ubicadas en sus almohadillas. Es su manera de decir “este lugar es mío”. Estas señales olfativas son un mensaje para otros gatos (y para ellos mismos) de que ese territorio está “ocupado“. Es donde ellos comen su alimento Leonardo Kitten, descansan y juegan.
Rascar también es una actividad que les permite descargar tensión y sentirse en control de su entorno, contribuyendo a su equilibrio emocional.
¿Qué tipo de material prefieren para rascar?

No todos los rascadores son iguales, y el material juega un papel fundamental en su aceptación. La superficie debe ser la adecuada para satisfacer este impulso.
El sisal es el favorito, siendo una fibra natural resistente y teniendo una textura perfecta para que los gatos puedan clavar sus garras y tirar sin que se rompa fácilmente. Imita la corteza de los árboles, lo que lo hace muy atractivo para ellos. Su durabilidad es superior a otros materiales, garantizando una vida útil más prolongada del rascador.
Por otro lado, el cartón corrugado es una opción más económica para rascadores horizontales. El cartón ofrece una superficie agradable para muchos gatos y aunque dura menos, a muchos les encanta deshilacharlo.
Algunas superficies de madera rugosa o postes de madera natural también pueden atraer a ciertos gatos, aunque no es la opción más común.
Para tener en cuenta, aunque algunos rascadores utilizan tela de alfombra, puede no ser la opción ideal, ya que su textura podría ser demasiado similar a la de tus propias alfombras o muebles, confundiendo al gato sobre dónde es aceptable rascar.
¿Cuánto mide un rascador para gatos?
Elegir el rascador adecuado requiere de tu observación para detectar las preferencias de tu propio gato. No existe un “talla única para todos”, pero sí hay características universales que marcan la diferencia.
La altura es, posiblemente, el factor más importante para los rascadores verticales. Un rascador debe ser lo suficientemente alto para permitir que tu gato se estire completamente, desde las patas delanteras hasta las traseras, sin tocar el suelo o el tope del rascador.
Para un gato adulto promedio, esto significa un rascador vertical de al menos 60 a 70 centímetros de altura. Considerar el tamaño y la raza de tu gato es fundamental.
Debes prestar atención a la firmeza del rascador, no hay nada peor que uno que se tambalea. Si se cae una vez, tu gato podría no volver a acercarse. Asegúrate de que tenga una base ancha y sólida. La estabilidad es importante para que tu gato se sienta seguro al usarlo.
¿Qué es lo mejor que pueden rascar los gatos?
Los rascadores vienen en distintas formas para adaptarse a las preferencias de cada felino y al espacio disponible en tu hogar.
Los hay verticales, (postes o columnas), ideales para los que rascan superficies altas, como cortinas o patas de sillas. Son perfectos para un estiramiento completo.
También los hay horizontales (alfombras o almohadillas), especiales para gatos que prefieren rascar el suelo o superficies planas.
Hay rascadores inclinados que son una opción intermedia que combina las ventajas de ambos tipos. Y por último están los “gimnasios para gatos” o árboles, son estructuras multifuncionales que combinan varios niveles para trepar, plataformas para detenerse y observar desde arriba y algunos juguetes colgantes. Son ideales para gatos con mucha energía y para casas con varios felinos.
Para elegir cuál te conviene más observa el comportamiento de tu gato: ¿rasca las patas del sofá (vertical) o la alfombra del suelo (horizontal)? Esto te dará una pista sobre el tipo de rascador que más le gustará.
Ten en cuenta la durabilidad y la seguridad, un rascador de buena calidad es una inversión a largo plazo. Elige materiales duraderos y sólidos que soporten el uso constante.
¿Qué lugar es bueno para colocar el rascador del gato?
La ubicación es tan importante como la elección del rascador, para asegurar que tu gato lo utilice.
Puedes colocar el rascador en zonas donde tu gato pase mucho tiempo o donde la familia se reúna, como tu habitación o la sala de estar. Los gatos rascan para marcar su territorio y querrán hacerlo en un lugar importante para ellos, donde puedan “mostrar” sus marcas.
Muchos gatos se estiran y rascan justo después de despertarse. Colocar un rascador cerca de su cama o su lugar favorito para dormir es una buena elección.
Si tu gato ya ha desarrollado la costumbre de rascar un mueble específico, ubicar el nuevo rascador directamente al lado del mismo facilita que cambie de hábito al tener una alternativa inmediata.
En caso de tener varios gatos o una casa grande, considera tener diferentes rascadores distribuidos por el hogar.
¿Con qué frecuencia debes cambiar el rascador de tu gato?
Esto depende en gran medida de la frecuencia de uso y la calidad del material. Sin embargo, hay señales claras de que es hora de un reemplazo.
Si el material, como el sisal o el cartón, está completamente deshilachado, desintegrado o ha perdido su textura rugosa original, es un signo de que ya no cumple su función. Un rascador que no ofrece la resistencia adecuada no será satisfactorio para tu gato.
Por otro lado, si el rascador se ha vuelto inestable, se tambalea o corre el riesgo de caerse, significa un peligro para tu gato y debe ser reemplazado.
Si tu gato, que antes lo usaba, de repente pierde interés y comienza a buscar otras superficies (como tus muebles), podría ser porque el rascador ya no le es atractivo.
Algunos rascadores de alta calidad pueden durar más de un año, mientras que otros, más económicos o de cartón, pueden necesitar ser reemplazados cada pocos meses.
Proporcionar un rascador adecuado es más que una simple comodidad, es una necesidad. Además de proteger tus muebles, mejora la calidad de vida de tu gato, fortalece el vínculo entre ustedes y crea un ambiente más equilibrado y feliz en casa.