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La fuerza femenina impulsa la construcción del nuevo Hospital de Coquimbo

En medio del vibrante avance de las obras del nuevo Hospital San Pablo de Coquimbo, un grupo de mujeres desafía los estereotipos y lidera faenas tradicionalmente masculinas. Con cascos, bototos y un firme liderazgo, Johanna, Mónica y Tamara son solo algunas de las 46 mujeres que, con su experiencia y profesionalismo, están dejando su huella en este moderno establecimiento, cuya construcción avanza a toda máquina.

La presencia femenina en el sector de la construcción es una tendencia creciente, y en Coquimbo, 17 de estas mujeres trabajan directamente en terreno, asumiendo roles técnicos y operativos cruciales como seguridad en maniobras de izaje, supervisión y control de bodega.

Liderazgo y Experiencia en Terreno

Tamara Saavedra, jefa de terreno, aporta una vasta experiencia, habiendo trabajado ya en recintos asistenciales en las regiones del Biobío y Maule. Este es su tercer hospital, un desafío que asume con orgullo. Consciente de que se desenvuelve en un entorno mayoritariamente masculino, Tamara ha desarrollado estrategias efectivas para asegurar la eficiencia:

“Aunque aquí el sistema es diferente, casi todos los proyectos hospitalarios son similares, entonces hay que llevar un orden para que las cosas después funcionen como reloj. Lo más complejo está en la planificación que se hace de forma previa, y ya después en terreno todo se va dando para que avance. Igual hay problemas de repente en el día a día, pero se van solucionando con el equipo y todo resulta bien”.

La complejidad de la obra exige carácter, algo que Tamara reconoce: “Hay que tener un carácter más fuerte”. Una perspectiva compartida por Mónica Valencias, digitadora de bodega con más de dos décadas en la construcción. Mónica asegura que no cambiaría este rubro por nada: “No me veo en otra cosa, y la verdad es que prefiero trabajar en ambientes más masculinos. En todos estos años ninguno se me ha sobrepasado o faltado el respeto. Hay que saberlos tratar y ellos también tienen que saber diferenciar cuando una está dando una orden y cuando los está cuidando”.

Seguridad y Profesionalismo en Cada Detalle

El rol de mujeres como Johanna Cortés es fundamental para la seguridad en terreno. Como rigger, Johanna es la encargada de preparar y asegurar las cargas que serán manipuladas por las grúas, garantizando que cada maniobra se realice de forma segura y eficiente. “Trabajo en el camión pluma y estoy a cargo de los izajes. Me aseguro constantemente que no haya personas en el área, que nadie pase por debajo de las cargas, y que además vengan bien estrobadas. También ordeno un poco dónde va cada carga que los enfierradores o moldajistas quieren enviar”, explica.

Johanna se suma a la opinión de sus compañeras sobre trabajar en un sector de fuerte presencia masculina: “Pucha para mí es espectacular. Aquí los hombres son súper respetuosos conmigo, ninguno es pasado para la punta o grosero, aunque es cierto que hay que ser más ruda y tener carácter para trabajar en obra. Por ejemplo, en mi caso si uno pasó por debajo de la carga, ponerle un freno, y explicarle las razones por las que no puede hacerlo, porque hay muchos que vienen de otros lados donde no existe la prevención, entonces hay que explicarles, pero son obedientes”.

El Nuevo Hospital de Coquimbo: Un Centro Asistencial Inteligente en Pleno Avance

Actualmente, las obras del nuevo Hospital San Pablo de Coquimbo emplean a 300 personas, de las cuales 46 son mujeres. La construcción, ubicada en el sector de La Cantera, avanza con miras a convertirse en un “hospital inteligente”, dotado de infraestructura digital, sistemas de comunicación y de información modernos y ágiles que optimizarán su funcionamiento.

Tamara Saavedra destaca la eficiencia y las buenas prácticas en la obra: “El hospital va de acuerdo a lo proyectado y es una obra bastante ordenada y limpia en comparación a otras en las que he estado, también en el ámbito de calidad y seguridad. En otros lugares no se trabaja mucho con el plan de gestión integrado, entonces siento que eso le da un plus, sumado al hecho de que hay harto personal que es de la casa, no todo es subcontratado. Eso igual activa un poco la mano de obra en la zona, que no es de construcción, y ayuda harto a la gente del área”.

Johanna Cortés también elogia el progreso, la organización y la seguridad: “La obra es ordenada y va súper rápido, los enfierradores son súper dedicados y en cuanto a prevención, todo está OK”.

El proyecto ya está tomando forma y, junto a la integración de tecnología de punta, contempla un aumento significativo en las camas de hospitalización, los pabellones y los boxes de atención. Este ambicioso hospital se transformará en un centro de derivación y máximo referente regional en áreas clave como Neurocirugía, Traumatología y Dermatología, beneficiando directamente a más de 983 mil habitantes de Coquimbo, Andacollo, Illapel, Salamanca, Canela y Los Vilos.

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