Dentro de los últimos años, palabras como microbiota, kombucha, kéfir y probióticos han ganado protagonismo dentro de los temas de conversación cotidianos, y sobre todo en redes sociales, supermercados y consultas nutricionales.
Pero, ¿por qué tanta atención a estos nuevos temas? La respuesta es simple: la salud digestiva está muy relacionada con el bienestar general, tema que es muy hablado últimamente a comparación con tiempos anteriores, donde actualmente se ha notado un cambio exponencial por el interés de adquirir una vida saludable, resaltando temas relacionados con; “salud, alimentación, deporte, recetas saludables, suplementos, etc”
¿Cuál es la función del sistema digestivo?
El sistema digestivo posee un ecosistema complejo de microorganismos conocido como microbiota intestinal o reconocida comúnmente como flora intestinal. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la microbiota como un conjunto de microorganismos, principalmente bacterias, que habitan en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino. Estos microorganismos están lejos de ser dañinos, ya que muchos de estos cumplen funciones esenciales como:
- Favorecer la digestión y absorción de nutrientes.
- Proteger contra bacterias patógenas.
- Regular el sistema inmune.
- Influir en el estado de ánimo y salud mental.
Un desequilibrio en esta microbiota —llamado disbiosis— se ha relacionado con problemas como inflamación, obesidad, ansiedad, colon irritable y más.
Fermentados y probióticos: ¿qué son y por qué importan?
- Fermentados: Son alimentos que han pasado por un proceso de fermentación natural con bacterias o levaduras beneficiosas. Según Marco et al. (2017), “los alimentos fermentados son aquellos elaborados a través del crecimiento deseado y la actividad metabólica de microorganismos” [4]. Ejemplos comunes incluyen yogur natural, chucrut, kéfir, kombucha y algunos quesos.
- Probióticos: Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, otorgan beneficios para la salud, especialmente a nivel digestivo e inmunológico (OMS, citado por García-Peña et al., 2024 [2]).
Incorporar estos alimentos puede mejorar la diversidad de bacterias buenas en el intestino, ayudando a equilibrar la microbiota de nuestro organismo.
¿Puede un intestino feliz mejorar tu salud mental?
Sí. De acuerdo con un estudio publicado por Tran (2024) [1], un intestino sano está asociado con una mayor producción de neurotransmisores como la serotonina, conocida como la “hormona del bienestar”. Este hallazgo ha dado lugar al concepto del “eje intestino-cerebro”, que explica cómo una microbiota equilibrada no solo impacta el sistema digestivo, sino también a nuestro estado emocional y mental. Además, una publicación de News Medical (2024) [3] señala que la microbiota intestinal regula las respuestas al estrés, lo que refuerza su impacto que tiene en la salud mental.
Consejos prácticos para sumarte al boom del intestino feliz:
- Incluye alimentos fermentados en tu dieta diaria, como yogur natural, chucrut, kéfir o kombucha sin azúcar añadido.
- Acompaña con prebióticos (los prebióticos son fibra que alimenta a los probióticos): avena, legumbres, plátano, ajo, cebolla.
- Evita el exceso de azúcares y ultra procesados, que afectan negativamente la microbiota.
- Consulta a un profesional antes de iniciar suplementos probióticos, especialmente si tienes alguna condición médica.
Catalina Sofía Córdova Ortiz: Interna de Nutrición y Dietética, Universidad Católica del Norte
