Situado en el corazón del Valle de Elqui, al norte de Chile, Pisco Elqui ha forjado su reputación como cuna de los mejores piscos artesanales del mundo.
Gracias a sus microclimas, suelos aluviales y a una tradición destiladora que se ha transmitido de generación en generación, esta región ofrece un producto puro, de carácter afrutado y una suavidad que no se puede comparar con la de los piscos más comerciales. Pero, aun así, mucha gente se pregunta todavía las razones por las que Pisco Elqui está considerado como la meca de la destinación manual.
El Valle de Elqui, el escenario idóneo para el pisco artesanal
El Valle de Elqui se beneficia de un clima privilegiado. Aquí nos encontramos con alta radiación solar, una humedad bastante baja y bruscas oscilaciones térmicas entre el día y la noche. Estas condiciones fomentan la concentración de azúcares en las uvas moscatel, la materia prima que se emplea para el pisco de más calidad. Además, los suelos franco-arenosos y bien drenados impiden el encharcamiento, lo que obliga a las vides a profundizar sus raíces y, por ende, a desarrollar mayor complejidad aromática.
La geografía de la zona también ayuda bastante. Aquí se dan viñedos pequeños y familiares, donde cada cosecha se cuida de forma personalizada. A diferencia de grandes bodegas industriales, aquí la vendimia se hace manualmente, seleccionando los racimos en su punto exacto de madurez. Esta recolección cuidadosa garantiza que solo las uvas impecables lleguen al alambique, evitando sabores herbáceos o astringentes y elevando la calidad en el paladar de este producto con denominación de origen.
Por otra parte, la altitud, que está entre los 300 metros sobre el nivel del mar en su punto más bajo y los 2.000 metros en el más alto, también contribuye a preservar los aromas y a reducir el riesgo de plagas. Las tardes frescas y las noches gélidas actúan como un “conservante natural”, haciendo que la fermentación sea más lenta y permitiendo una proyección aromática más compleja. Todo esto convierte al Valle de Elqui en un terreno singular, capaz de hospedar piscos que compiten en festivales internacionales por su finura y balance.
Tradición manual y su vínculo con el consumo contemporáneo
La destilación en Pisco Elqui mantiene métodos artesanales que datan de la época colonial. Muchos productores usan alambiques de cobre de pequeño tamaño, donde el fuego directo sobre la caldera se regula a ojo y experiencia. Este control manual sobre la temperatura, junto con cortes precisos sobre el “cabeceo” (la primera fracción del destilado) y el “colofón” (la parte final), es crucial para lograr un pisco limpio y sin rastros indeseados de metanol o ésteres pesados.
Esta tradición ha captado la atención de bartenders de todo el mundo, interesados por los ingredientes de la más alta calidad para sus creaciones. En Chile, espacios tan exclusivos como el Casino Monticello acompañan sus juegos de casino en línea en Chile con un bar que incluye en su oferta una carta variada de cócteles, bebidas premium y, por supuesto el pisco proveniente del Elqui, recomendando incluso botellas de este brebaje para complementar una experiencia de juego sofisticada.
Por último, también ha crecido la popularidad de cócteles clásicos como el Pisco Sour o el Capitán, que están reforzando el prestigio de los productos de la zona. Sumado al auge del “mixology” y a la valorización de productos locales, este destilado artesanal se ha consolidado como un patrimonio cultural regional, además de un sinónimo de innovación en lo que la coctelería se refiere.