El Archipiélago de Humboldt se ha consolidado como un Laboratorio Natural clave en Chile, gracias a su extraordinaria biodiversidad marino-costera y a diversas iniciativas de trabajo colaborativo entre instituciones nacionales e internacionales.
Investigación y Transferencia Tecnológica
Desde 2016, se han desarrollado numerosos proyectos de investigación y transferencia tecnológica en el Archipiélago de Humboldt. El Dr. Carlos Olavarría Barrera, director ejecutivo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), destaca el inicio de los estudios hidroacústicos en la zona, financiados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Este proyecto busca entender mejor los patrones de presencia y ausencia de grandes cetáceos.
“El contexto para estas investigaciones viene dado por la protección que se le ha brindado al territorio y por la identificación de los distintos atributos que lo hacen particular, permitiendo tomar medidas de protección para la conservación”, afirmó el Dr. Olavarría.
Proyectos Destacados
Entre los proyectos desarrollados en la zona, se destacan aquellos enfocados en la vinculación, que han permitido crear redes de trabajo y iniciativas centradas en el monitoreo remoto de animales y la exploración. “Podemos realizar experimentos que nos permiten ver los cambios conductuales de las ballenas ante distintos sonidos y ruidos marinos”, señaló el Dr. Olavarría, investigador asociado al Nodo Oceánico.
Actualmente, se está desarrollando un proyecto ANID Embarcación, paralelo al marcaje de ballenas, que consistirá en el monitoreo oceanográfico, físico, químico y biológico de mayor resolución en el Archipiélago de Humboldt. Estas iniciativas, a través de la generación de información y el acompañamiento de las comunidades, impactarán positivamente en el desarrollo productivo local, basado en el turismo de observación de fauna.
Área Protegida
Numerosos hallazgos obtenidos a partir de estas investigaciones han hecho imperativa su protección, iniciando con la creación de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt en 1990, que protege la biodiversidad de especies terrestres y marinas, así como sus hábitats y zonas de alimentación. Esto ha llevado a la declaración de la Reserva Marina Isla Chañaral y la Reserva Marina Choros-Dama, hasta llegar a la figura de protección más reciente, el Área Marina Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) Archipiélago de Humboldt, que protege la biodiversidad de la zona.
Colaboración Nacional e Internacional

La colaboración interinstitucional ha sido fundamental para el desarrollo de estas iniciativas, lideradas inicialmente por el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), con el apoyo de diversas instituciones como el Centro de Investigación Oceanográfica del Pacífico Sur-Oriental (COPAS COASTAL), ENSTA Bretagne de Francia, y la Oregon State University de Estados Unidos. En el último proyecto de embarcación, se sumaron las Universidades de los Lagos, de Concepción y Católica del Norte.
Nuevas Tecnologías
El acceso a nuevas fuentes de financiamiento ha permitido el mejoramiento de las tecnologías utilizadas, destacándose la incorporación de la tecnología de marcas CATS, marcas digitales que permiten ver patrones de buceo y observar lo que ocurre bajo el agua. “Normalmente vemos el salto en la superficie, el dorso de la ballena, sacar a la cola y después nos perdemos todo lo que pasa bajo el agua”, explicó el investigador del CEAZA. Asimismo, la tecnología satelital ha sido clave para el seguimiento de cetáceos de manera remota.
La Dra. Susannah Buchan, investigadora asociada al COPAS Coastal y al Nodo Oceánico, destacó que “el uso de nuevas tecnologías es muy importante para fomentar este lugar como un Laboratorio Natural y un polo de turismo científico”.
Expectativas Futuras
La oceanógrafa agregó que actualmente se están utilizando tecnologías empleadas en países más desarrollados, lo que refuerza el objetivo de convertir este lugar en un referente de investigación científica de alto nivel. “Nuestra expectativa es desarrollar este lugar como un polo de investigación científica de excelencia y además como un polo de turismo no masivo, sino de interés especial, un turismo científico, y por supuesto de conservación y protección de este hábitat único”, señaló la Dra. Buchan.