Actualmente, la resistencia a los antimicrobianos es considerada la cuarta mayor amenaza sanitaria a nivel global, pero en los próximos años la cifra podría llegar a los 10 millones de muertes anuales, superando a la mortalidad por cáncer.
Una de las mayores amenazas para la salud es el uso indiscriminado de antibióticos, ya que afecta directamente la capacidad de tratar infecciones comunes, poniendo en riesgo tratamientos médicos y generando resistencia bacteriana. Esto significa que las bacterias se vuelven inmunes a los medicamentos diseñados para combatirlas.
Ante esta situación, el químico farmacéutico del Hospital de Ovalle, Camilo Fajardo, explicó que “es fundamental que los pacientes usen los antibióticos sólo cuando un profesional de salud certificado los recete y sigan al pie de la letra las indicaciones, incluso si ya se sienten mejor ya que cada procedimiento incompleto aumenta el riesgo de que las bacterias desarrollen adaptación, lo que nos deja con menos opciones para combatir contagios en el futuro”.
Además, Fajardo realizó un llamado a la comunidad para evitar prácticas como el uso de fármacos sobrantes o el compartir estos con otros, ya que estas acciones pueden ser sumamente dañinas.
En la misma línea, la prevención es primordial para evitar el mal uso de los antibióticos. Algunas de las medidas para hacer frente a este fenómeno son: el lavado frecuente de manos, evitar el contacto cercano con personas enfermas y mantener al día las vacunas. Además, es esencial usar antibióticos sólo bajo receta y con supervisión médica para minimizar riesgos y evitar la propagación de la resistencia bacteriana.