Es el hecho más dramático de la historia de Atacama y Coquimbo, donde murieron cientos de sus hijos.
A través de la recopilación de testimonios —hasta ahora inéditos— de combatientes en la batalla de Cerro Grande. Esta sucedió el 29 de abril de 1859, en el entorno del cerro del mismo nombre, el cual se encuentra al sureste de La Serena.
Este libro denominado Batalla de Cerro Grande, Documentos, testimonios e iconografías es una investigación y recopilación realizada por la Sociedad de Creación y Acciones Literarias Región de Coquimbo y por la Sociedad Patrimonial Pedro Pablo Muñoz Godoy, ambas de La Serena. Y esta propuesta resultó ganadora del concurso del Fondo de Cultura Editorial del Gobierno de la Región de Coquimbo.
Contiene varios testimonios que dan cuenta de la batalla misma, el desarrollo de esta y de sus consecuencias para la historia de Chile. También, trae iconografías: mapas epocales, proclamas militares, fotos de héroes, diarios de entonces, registros de muertos y heridos, entre otros. También, posee el libro muchos “pie de páginas”, que contextualizan la obra debido a sus consecuencias sociales, a lo difícil de la transcripción de los textos manuscritos y a los permisos para los usos de las iconografías.
Esta batalla fue en marco de la llamada Revolución Constituyente que encabezó el poeta y general, Pedro León Gallo, el cual formó un ejército de civiles de Atacama y Coquimbo, para buscar crear una nueva constitución, hacer cambios profundos en el país y derrotar al ejército centralista de Manuel Montt.
Ese memorable día, al amanecer del 29 de abril de 1859, el Ejército Constituyente, —encabezado por Pedro León Gallo, Ramón Arancibia y el Comandante del Coquimbo, Ignacio Alfonso— atacó al ejército del Gobierno, cortando a esas tropas en dos y tomando algunos prisioneros. Recién a las 7 y media de la mañana pudo el General, Juan Vidaurre recomponer sus fuerzas. Parecía que la batalla la ganaban los revolucionarios.
Por el Sureste de La Serena, en torno al Cerro Grande, formó el Ejército Constituyente. De izquierda a derecha, en las murallas de las tierras de Aguirre, el Regimiento N°1 de Copiapó, Los Zuavos de Chañarcillo, La Legión Huasquina, el Segundo de Línea de Copiapó, Los Cívicos de Copiapó y el Primero de Coquimbo. Al frente, formaba el ejército de Gobierno: mucho más numeroso y con mejores armas. Pedro Pablo Muñoz ocupaba Ovalle y Balbino Comella ocupaba Illapel.
Durante 5 horas de combate, el Ejército Constituyente mantuvo fuerte ventaja. Las tropas de Gobierno no tenían capacidad de movimiento y eran envueltos por los revolucionarios. Así, se mantuvo el combate, con notoria ventaja para los revolucionarios. Los distintos asaltos, tantos del Buin como del Séptimo de Línea fueron rechazados. Varias veces el ejército de Gobierno estuvo a punto del desbande. Sólo que, en algún momento, el comandante de las tropas de gobierno, Juan Vidaurre vio que el centro revolucionario se debilitaba por la falta de fuego, y aprovechó, para cambiar el destino de la batalla.
“La batalla de Cerro Grande había sido una derrota para los constituyentes por el descalabro mismo y las persecuciones y también, para el Gobierno por el fracaso de su política autoritaria y represiva…”, dijo, el Premio Nacional de Historia, Sergio Villalobos.
Arturo Volantines, señala en el prólogo: “Es cierto que la derrota de Cerro Grande fue estruendosa. Se buscó exterminar a los revolucionarios. No se les dio tumbas ni rezos. Se les condenó a muerte. No fueron perdonados; nunca hubo armisticio, ni una ley en la dictadura de Montt a favor del pueblo. Aún más, se les siguió persiguiendo. Muchos se salvaron de ser fusilados por el exilio y muchos otros murieron en el exilio. Pero, la revolución trizó el poder conservador. Y tuvimos en Chile un largo periodo liberal”.
A principio de agosto estará en circulación. Está previsto su presentación en el mismo mes, en el marco del aniversario de la ciudad La Serena.