Actualmente, existen 850 millones de personas en el mundo que presentan una enfermedad renal terminal crónica, lo que equivale a 1 de cada 10 personas aproximadamente. De ellas, 9 de cada 10 desconoce su diagnóstico. En Chile, la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 reveló que un 3% de la población padece esta enfermedad, con una prevalencia que llega al 31% en mayores de 70 años.
A un año de que abriera sus puertas, en el CDT del Hospital de La Serena, el primer centro de diálisis público de la Región de Coquimbo, siguen los avances para los pacientes. El establecimiento implementó una moderna unidad de 850 metros cuadrados, con tecnología de vanguardia, 18 sillones de diálisis y un equipo de trabajo multidisciplinario altamente calificado, que proporciona a sus pacientes la terapia de hemodiálisis y peritoneo diálisis, así como también otorga un suplemento que ayuda a reducir los efectos de la terapia; y ahora, a todo esto, sumarán un nuevo equipo que permite realizar la técnica conocida como “hemodiafiltración”, que es similar a la hemodiálisis, pero que genera menos molestias y mejora la calidad de vida de los usuarios.
Así lo confirmó Diego Gabler (26 años), el primer paciente que ha sido beneficiado con el tratamiento, “antes no podía estar trabajando producto de la terapia de diálisis y ahora puedo hacerlo sin mayor problema, llevo más de un mes con este tratamiento y me he sentido mucho mejor”. Este joven es paciente del Hospital de La Serena desde hace más de diez años e indica que ha sido testigo de los cambios y evolución del recinto de salud “he podido ver la innovación que han ido implementado, he visto cómo van incorporando nuevos implementos y mejorado las máquinas y eso ha sido genial”.
La doctora Tania García, nefróloga y jefa de la Unidad de Diálisis del CDT del Hospital de La Serena, señala que junto a su equipo se han propuesto ser un gran centro para la región y un referente en la zona norte. “El concepto general es hacer de esta unidad, el primer gran centro de diálisis público a nivel regional y a partir de esto, nuestro objetivo principal es hacer una diálisis hospitalaria, para recibir a los pacientes más complejos de la región y brindarles la oportunidad de dializarse acompañados de implementación y tecnología que mejoren los procesos de su terapia dialítica, para obtener mejores resultados, aminorando los efectos secundarios a nuestros pacientes”.
El recinto cuenta con 18 sillones de diálisis, los cuales se utilizan por ciclos y de acuerdo a las proyecciones, el centro pasará de los 18 pacientes atendidos en mayo de 2023 a un total de 108 a fin de año. Así lo explicó la doctora García, “actualmente el centro ya atiende a 72 pacientes en forma semanal, los que se distribuyen en 4 ciclos de 3 sesiones cada uno. De seguir la planificación como está proyectada, deberíamos incorporar los dos ciclos que nos faltan dentro del año para alcanzar la máxima capacidad de las instalaciones”.
¿QUÉ ES LA HEMODIAFILTRACIÓN Y EN QUÉ SE DIFERENCIA CON LA HEMODIÁLISIS?
Primero que todo, es importante saber que la diálisis es una terapia que se indica a una persona cuando ha perdido la función renal y permite eliminar los desechos, exceso de líquido y de electrolitos, entre otros elementos que el cuerpo acumula, cuando el riñón no funciona con normalidad. Existen dos tipos de terapia de sustitución renal terminal crónica, una es la hemodiálisis, que se realiza tres veces a la semana, durante cuatro horas cada sesión y la otra es la diálisis peritoneal que se debe efectuar todos los días durante 10 a 12 horas, gracias a un dispositivo de uso domiciliario. Los especialistas indican que las dos terapias son igual de efectivas; por lo que, de acuerdo a las características que ofrece cada una, el paciente y su familia escogerá la terapia a seguir, según su estilo de vida.
Al respecto, la especialista Tania García, explicó que, para entender la hemodiafiltración, primero debemos saber cómo se realiza una diálisis normalmente. “Las máquinas de diálisis toman la sangre del paciente y la procesan durante cuatro horas, supliendo algunas de las funciones del riñón, principalmente de depuración de tóxicos. Esta máquina funciona a través de una bomba que hace que ingrese la sangre del paciente, y a través de su concentrado, la limpia y mediante una manguera la envía a otra máquina que genera el reingreso nuevamente de la sangre al paciente”.
En relación a la terapia de hemodiafiltración, la nefróloga explica que “estas máquinas cuentan con dos bombas, por ende, facilita una terapia más efectiva, ya que permite incrementar la depuración de moléculas de tamaño mediano, las que, por lo general son causantes de inflamación y molestias en los pacientes y además va sustituyendo la sangre prácticamente en el mismo momento que la va sacando”. Los expertos indican que este pequeño cambio en la terapia de diálisis, genera una multiplicidad de factores favorecedores, principalmente, en torno a la calidad de vida del paciente, al aminorar los problemas cardiovasculares, el control de la presión arterial y en la conservación de la función renal en pacientes más jóvenes, como es el caso de Diego, que con sólo 26 años debe dializarse, debido a una enfermedad hereditaria.
“Esta máquina incorpora una nueva técnica que elimina unas moléculas grandes que la diálisis convencional no hace. Estas moléculas más grandes principalmente son de inflamación, por ello la eliminación de éstas provoca una mayor sobrevida, mejor calidad de vida, pero, sobre todo, disminuye algunas morbilidades importantes como son las complicaciones cardiovasculares, las complicaciones infecciosas de los pacientes en diálisis y por supuesto en su diario vivir”, precisó la doctora Tania García.
¿POR QUÉ Y CÓMO CUIDAR NUESTROS RIÑONES?
La insuficiencia renal crónica, es responsable de 2,4 millones de muertes cada año en el mundo, y muchas de ellas de forma prematura por la falta de acceso a diálisis, hemodiálisis y trasplante. Su evolución se da de forma silente, situación que eleva la posibilidad de ser diagnosticada en estadios avanzados, con consecuencias y complicaciones mayores en la persona afectada, su entorno familiar y laboral.
La Región de Coquimbo lamentablemente encabeza el ranking a nivel nacional en cuanto a la prevalencia de la patología renal crónica terminal, con alrededor de 1000 pacientes en tratamiento de diálisis, cuyas principales causas radican en la hipertensión y la diabetes. Por eso la doctora Tania García hace hincapié en la prevención, “es súper importante que los pacientes tengan al día sus controles crónicos en los consultorios, que se realicen su examen de fondo de ojo, que lleven un buen control de las glicemias para que la diabetes no vaya a perjudicar al riñón y todo lo que se provoca más adelante”.
Y en caso de que la persona ya presente afectación en sus riñones, “debe realizarse al menos una vez al año, el análisis de la creatinina, que se efectúa a través de un examen de sangre general, que va acompañado de un examen de orina completa. Con esas dos simples y rápidas pruebas, que se hacen en todos los consultorios, podemos prevenir o empezar a clasificar la enfermedad renal para que sea seguida por nefrólogos o médicos internistas”.
Lamentablemente la enfermedad renal es una enfermedad silenciosa, que genera síntomas cuando es muy tarde y por lo general, se debe iniciar una terapia dialítica. “Por ello es súper importante la concientización de los pacientes y que entiendan que es muy importante cuidar este órgano vital”, recalcó la especialista del Hospital de La Serena.