InicioRegiónCombarbaláBeneficiarios de proyecto de hidroponía construyen mesones para cultivo

Beneficiarios de proyecto de hidroponía construyen mesones para cultivo

Durante noviembre los 10 nuevos integrantes del programa construirán sus invernaderos para comenzar con el cultivo en las comunas de Punitaqui, Monte Patria, Combarbalá y Canela.

Con altas expectativas y gran entusiasmo 10 pequeños agricultores/as beneficiarios y beneficiarias del programa “Transferencia tecnológica para cultivo de hortalizas hidropónicas en la Región de Coquimbo” financiado a través del Programa de Gestión Territorial para Zonas Rezagadas del Gobierno Regional de Coquimbo y ejecutado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi, comenzaron a construir los mesones para cultivo de lechugas hidropónicas con sistema de raíz flotante.

Cada beneficiario construirá seis mesones, cuya capacidad por mesón es de 300 litros de agua. Este sistema productivo, que se complementa con un sistema de recirculación de agua y planchas de plumavit que sirven de soporte para las plantas, promete alcanzar una producción de entre 400 y 500 hortalizas de hojas por cada ciclo de las unidades productivas del Programa.

“Con los 10 beneficiarios que se sumaron al programa comenzamos a trabajar la metodología desde el inicio, la cual considera la construcción de mesones hidropónicos”, explicó Víctor Pizarro, coordinador del programa, destacando que se trata de la primera actividad del grupo nuevo, quienes, posteriormente, “deberán seguir con la construcción de los invernaderos y la habilitación propia de los sistemas para comenzar a producir, estimamos que, para fines de noviembre”.

Pizarro sostuvo que, en la actividad, la cual se está replicando en las cuatro comunas beneficiadas, las y los productores aprenden a hacer los mesones bajo la metodología de aprender-haciendo en talleres tipo “minga” guiados por profesionales de INIA. “Nos juntamos en un grupo a trabajar, se hacen los avances que se necesitan para el taller, que está definido y después, cada uno de los beneficiarios con las maderas dimensionadas, que fueron entregadas previamente, tienen que ir replicando este tipo de actividades para ir logrando avances en los plazos que nosotros establecimos como equipo”.

Clarisa Cortés, pequeña agricultora de la Rinconada de Punitaqui es una de las nuevas beneficiarias, no obstante, ya conocía el programa con anterioridad, “comencé como oyente desde hace aproximadamente cuatro años en las capacitaciones, me interesó y gracias a Dios tuve la oportunidad de ingresar”, añadiendo que esta actividad le permite a ella y otros productores adquirir nuevos conocimientos, “a mí me gusta replicar esto en la familia así que me parece excelente que INIA haga esta instancia de podernos enseñar, que no se den las cosas hechas, sino que también tangamos la posibilidad de aprender”.

Laura Villalobos de Las Lomas de la Rinconada, también en Punitaqui, valoró la instancia, “armamos ya los mesones y nos quedó bien clarito para armarlos en la casa de nosotros, bien conforme con la actividad que se armó acá en terreno”, indicó.

Christian Álvarez, seremi de agricultura, destacó la actividad, señalando que, “con gran alegría vemos como gracias a este tipo de instrumentos la pequeña agricultura regional puede acceder a nuevos sistemas de producción, que además de significar una transferencia de tecnologías e información, se traduce en una alternativa para aumentar sus ingresos y mejorar la economía familiar. Como Ministerio de Agricultura, a través de los distintos servicios que forman parte de nuestra cartera, buscamos mejorar y fortalecer la calidad de vida de productores y productores y brindarle las oportunidades necesarias para que puedan acceder a un desarrollo y a una mayor competitividad, basada en la innovación y la transferencia”.

Es importante mencionar que el programa “Transferencia tecnológica para cultivo de hortalizas hidropónicas en la Región de Coquimbo” beneficia directamente a 46 pequeñas y pequeños productores, quienes han visto un incremento en sus ingresos a partir de la venta de las lechugas que se cultivan sin suelo en un sistema utiliza planchas de plumavit u otro material que presente flotabilidad, dispuesto sobre una estructura con el agua y solución nutritiva. Entre sus ventajas respecto a cultivos en suelo, está la eficiencia en el uso del agua en un 50% durante el verano y un 60% en invierno. Otra ventaja corresponde al uso del espacio para trabajar, reduciendo en un 70% la superficie de plantación.

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