A sus 70 años de edad el usuario de INDAP hace un repaso sobre esta alternativa que tomó hace un tiempo atrás.
Incesantes rayos de sol acompañan la jornada matutina en el sector de Las Alcaparras, comuna de Coquimbo. Ahí, como es habitual en su día a día, Hernán Tapia León desde temprano estuvo recorriendo distintas zonas de las 2,4 hectáreas de su terreno.
Ya cerca del mediodía arrancó su tractor, dio varias vueltas donde tiene sus producciones de papa de la variedad cardenal, con el objetivo de abrir melgas y dar inicio a la cosecha.
Posteriormente las recogió con rapidez, dejándolas apiladas en lugares predeterminados para luego seleccionarlas y llevarlas a su bodega.
El agricultor de 70 años de edad pausa lo que está haciendo y amablemente solicita: “Pongámonos mejor a la sombra”.
La parte trasera de su invernadero es el lugar escogido para iniciar un diálogo sobre su trabajo como agricultor y lo fundamental que es el constante apoyo del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), institución del Ministerio de Agricultura del cual es usuario.
“Todo lo que se ve acá lo hice a puro ñeque, mientras trabajaba apatronado”, comienza diciendo.
¿Cómo le ha ido desde entonces y hasta ahora?
“Muy bien, obviamente la sequía dificulta un poco lo que hago, pero no me quejo. Todo, lo poco o mucho que produzco, lo termino vendiendo”.
Además de papa también tiene una pequeña plantación de árboles frutales, principalmente olivos y limoneros, mientras que en menor escala cultiva lechuga. Incluso el año pasado excepcionalmente produjo aceite de oliva, con buenos resultados.
Detalla que fue en 1998 cuando compró el terreno y por largo tiempo estuvo moviendo piedras, emparejándolo y haciendo lo necesario para que quedara productivo. En parte lo hizo pensando en el futuro. Ahora ya jubilado —explica— inició su emprendimiento buscando complementar su pensión y estos se han vuelto más importantes con el paso de los años.
¿Qué representa para usted trabajar la tierra?
“La agricultura ahora lo es todo para mí, ayudo al sustento de mi familia, cada recurso extra va sumando, y lo que hago permite alimentar a las personas que consumen lo que produzco. Es algo muy bonito”.
“Ha sido espectacular”
El INDAP es la institución que lo ha guiado en este andar, especialmente con el programa PRODESAL que el servicio del agro ejecuta en este caso en convenio con la Municipalidad de Coquimbo.
“Ha sido espectacular, muy bueno el apoyo que recibo. Con la asesoría que tengo voy mejorando mi trabajo, mis cultivos. Estoy feliz”, acota.
Dicho desarrollo productivo es destacado por el Director Regional de INDAP, Víctor Illanes, quien afirma que “para nuestra institución es una gran satisfacción saber que el servicio que le hemos brindado a don Hernán ha sido un aporte invaluable, ya sea a través de las asesorías mediante el PRODESAL como también con inversiones que le han permitido optimizar sus labores, como es el caso de la chipeadora que le entregamos este año”.
“Siempre es gratificante conocer historias como las de don Hernán Tapia, quien es una muestra de que la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, además de producir excelentes productos y estar llena de valiosas tradiciones, también es sinónimo de esfuerzo y de amor por lo que representa ser agricultor. Lo felicitamos por su dedicación y por ser un gran ejemplo para todos y todas quienes habitan el Mundo Rural de la comuna de Coquimbo”, sostiene el Seremi de Agricultura, Christian Álvarez.
Volviendo a sus labores
Luego de la conversación el usuario de INDAP se toma un pequeño respiro, otea la tierra y emprende rumbo hacia los diferentes lugares donde previamente había dejado apiladas las papas.
“Las vendo a gente que me viene a comprar acá”, detalla mientras en cosa de minutos las coloca en mallas de 5 kg.
“Seguramente estas papas serán disfrutadas por muchas personas de Coquimbo y La Serena. No sé… pero eso me motiva”, finaliza.