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¿Cómo apoyar a una persona con ideas suicidas?

  • Lamentablemente, cada 4 segundos una persona consuma un evento de este tipo, por lo que es importante aprender a reconocer los signos de alerta que podrían indicar que requiere apoyo y contención oportuna.

Es un problema de Salud Pública a nivel mundial y genera más muertes que el cáncer de mama, homicidios e incluso, que las guerras.

Nos referimos al suicidio, un tema que muchos evitan tratar por temor a incentivar su realización, pero que se ha demostrado que, justamente hablarlo desde la perspectiva correcta, podría ayudar a quien atraviesa una situación compleja.

La enfermera y asesora del Programa de Prevención del Suicidio del Servicio de Salud Coquimbo, Patricia Paz, comenta que en la región la tasa de muertes por suicidio es de 8.9 por cada 100 mil habitantes, por lo que es relevante que como sociedad, sepamos detectar el riesgo a tiempo y tener claro lo que podemos hacer para ayudar a otros.

“Existen factores directos, como si la persona está buscando por Internet medios para terminar con su vida o realiza actos de despedida como una carta, publicaciones en redes sociales o también aquellos que hablen o describan sentirse desesperanzados, que la muerte es la única solución o alternativa para acabar con su problema o dolor.

También hay señales indirectas, como el aislamiento, el consumo de sustancias o cambiar hábitos de sueño, todos son factores relevantes previos a un evento de este tipo, más aún cuando todas estas señales se acompañan de un contexto de disfunción familiar, escasas redes de apoyo y ambientes en que se normaliza el consumo de sustancias como alcohol y otras drogas”, señala la enfermera del Servicio de Salud Coquimbo.

“Es un mito que hablar del tema genera más suicidios”

Existen una serie de afirmaciones y creencias que determinan la forma en que las personas reaccionan y actúan en relación a la conducta suicida. Entre ellas, hay una premisa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha tratado de difundir al máximo: hablar del tema sí ayuda.

“Cuando alguien está pasando por un evento en el que piensa que la muerte es la única salida y otra persona habla sobre el tema, quién está afectado puede escuchar y recoger esa información sin exponerse, comprendiendo dónde obtener ayuda y visualizando que puede haber más alternativas que no había considerado. Preguntar a alguien si quiere suicidarse nunca le dará una idea que no ha pensado ya, pero hacerlo puede ser el primer paso para ayudarlos a elegir vivir y pedir ayuda.

Es importante que la comunicación sea sobre la promoción de salud mental, sobre buscar ayuda, y no sobre el evento mismo. Es decir, en el caso de un suicidio consumado, hablar del tema con la familia, amigos o cercanos sin ahondar en cómo fue esa muerte ni dónde estaba la persona, cuándo lo hizo o qué método utilizó, sino desde cómo se puede intervenir previamente”, aconseja Patricia Paz.

Para aclararlo un poco más, añade que “es similar a lo que ocurre cuando hablamos de un infarto. No importa qué estaba comiendo o haciendo la persona. No vale la pena hablar de aquello, sino de cómo prevenir que ocurra un evento similar”.

El suicidio es un fenómeno cuyas causas son diversas. Sin embargo, existen factores de riesgo importantes y estudiados por los expertos.

“Quien ha realizado un intento suicida tiene 40 veces más de riesgo de concretar otro evento que la población general. Por otro lado, se ha estudiado que cerca del 80% de personas que concretan un evento, tienen una patología de salud mental, por lo que es también un factor importante, al igual que las víctimas de bullying, de abuso, o quienes se sienten alejados del resto, como ocurre con integrantes de la comunidad LGTBIQA+, indígenas o migrantes. Ahora bien, no todos los que tienen estas condiciones van a realizar un intento de suicidio, cada situación es distinta, por eso es importante estar atentos a los factores antes mencionados, hay que mirarlo de forma general”, aclara.

Si sientes que un familiar, un amigo cercano o un compañero puede estar pasando por una situación similar, la asesora del Servicio de Salud aconseja no juzgar, escuchar activamente, y en caso de que sus ideas suicidas sean determinantes, por ningún motivo mantenerlo en secreto, incluso si la persona pide que esto sea así.

“Se le debe brindar apoyo, sin prejuicios y validar su dolencia. Quizás a mí el término con un pololo o una mala nota no me afecta, pero para el que está a mi lado es algo relevante e incluso, puede ser gatillante de una conducta suicida. No hay que anteponer nuestra condición sobre lo que el otro encuentra como doloroso o fuerte, solo escuchar activamente e incentivar la búsqueda de ayuda y orientar concretamente al respecto. No hay que ser especialista para auxiliar a quien está pensando en el suicidio, cualquier interesado en ayudar puede ser un valioso aporte en su prevención”, comenta.

Es importante destacar que, durante los seis meses posteriores a un evento de este tipo, existe un mayor riesgo de poder concretarlo, por lo que la especialista destaca que “ese tiempo es sumamente valioso”.

De la misma forma, manifiesta que, si una persona intentó hacerlo una vez, no significa que siempre volverá a tratar. “Ese es un mito, la conducta es tratable, por lo tanto, si alguna vez lo intenté, hay soluciones y formas en que se pueden mitigar estas ideas que llevan a pensar en la muerte como la única salida”.

¿Qué hacer si tengo pensamientos suicidas?

Pedir ayuda es un importante y un buen punto de partida, si recibe apoyo, puede sentirse mucho mejor. Una buena forma de hacerlo es a través del fono *4141 “No estás solo, no estás sola” del Ministerio de Salud, una línea telefónica de prevención del suicidio completamente gratuita y a la que se puede llamar desde celulares, de lunes a domingo, las 24 horas del día. Quienes se comuniquen a esta línea, podrán contactarse con un psicólogo especialmente capacitado que los acogerá, escuchará y orientará.

“Los profesionales de la plataforma no tienen un tiempo definido de apoyo emocional, pueden ayudar a quien lo necesite y entregar datos de toda la red de salud de nuestra Región de Coquimbo, pudiendo orientar sobre ir a un hospital, SAPU o SAR más cercano, e incluso activar al SAMU. La plataforma de la línea *4141 nos envía un reporte de la llamada telefónica realizada, y nosotros desde el Servicio de Salud activamos la red para hacer un seguimiento de todos los casos.

No es algo aislado, quienes llaman a esa línea tienen continuidad de atención en salud mental y con prioridad. Además, en nuestra Red de Salud contamos con más de 60 profesionales realizando seguimientos activos de todos los casos que contempla el espectro suicida (ideación suicida, intentos suicidas y suicidios consumados), así como también trabajando en acciones de promoción y prevención de la salud mental.

Hemos avanzado en posicionar las líneas remotas de atención en crisis como Salud Responde y Línea Esperanza, este último es un número de apoyo de pares, con el fin de alcanzar a todas aquellas personas que estén sufriendo por esta causa”, detalla Patricia.

Sin duda, toda muerte por suicidio es un hecho lamentable y extremadamente doloroso para familias, amigos y sobrevivientes. Por eso, es importante que como sociedad, podamos hablar de estos temas a tiempo, no ocultarlos, y aprender a identificar algunas señales que nos permitan prevenir más situaciones de este tipo.

NÚMEROS DE AYUDA

No estás solo, no estás sola

Desde celulares, marca *4141.

Línea Esperanza

Lunes: (+56) 9 7514 5968
Martes: (+56) 9 5728 0756
Miércoles: (+56) 9 4278 3520

Jueves: (+56) 9 42396925

Viernes: (+56) 9 56372258

Sábado: (+56) 81866038

Domingo: (+56) 9 56199386

Salud Responde

600 360 77 77. 

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