Sus síntomas van desde hormigueo y debilidad muscular, hasta problemas de visión, equilibrio, coordinación, fatiga, entre otros.
La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad que ocurre en el Sistema Nervioso Central debido a un proceso autoinmune inflamatorio que ataca la vaina de mielina, provocando daños en diversos grados.
Es una enfermedad crónica y se estima que en nuestro país podemos encontrar 14 personas con EM cada 100.000 habitantes, alcanzando una cifra aproximada de 2400 casos en Chile.
Los síntomas son diversos y dependen de la gravedad de las lesiones en el sistema nervioso central: Hormigueo, debilidad/espasticidad muscular, problemas de visión, equilibrio, coordinación, fatiga, entre otros.
“Actualmente, es posible acceder a tratamiento farmacológico para el abordaje de la enfermedad, sus exacerbaciones y el manejo de sus síntomas, sin embargo, muy a menudo las personas con EM refieren como síntoma permanente la fatiga. Este es un síntoma sub-abordado por el tratamiento farmacológico estándar, e interfiere de forma significativa en la participación ocupacional”, comenta Paulina del Solar, académica de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad de los Andes.
La especialista señala que este síntoma es de tal magnitud, que actividades como bañarse, vestirse, o hacer la cama, se convierten en reales desafíos cotidianos, modificando la organización de sus rutinas y hábitos.
¿Qué hacer para poder sobrellevar de mejor manera los síntomas de esta enfermedad?
El abordaje no farmacológico de la enfermedad entra a jugar un rol fundamental, donde la Terapia Ocupacional se posiciona como una disciplina que apoya las necesidades ocupacionales que esta situación pueda generar.
“Atenciones orientadas a la educación en Técnicas de Conservación de Energía, Técnicas de Protección Articular, entrenamiento en actividades de la vida diaria, sugerencias de modificación del entorno en que vive, educación a redes de apoyo, entre otras, permitirían entregar a la persona con EM, herramientas para facilitar su desempeño cotidiano, y con ello, su calidad de vida”, indica Paulina.
Considerando lo anterior, la especialista agrega que “es de vital importancia facilitar el acceso y asegurar la oportunidad de tratamiento integral a quienes presentan esta afección, en los diferentes niveles de atención y los respectivos sistemas de salud en nuestro país”.