El autor de Luz Azul y que lanzó en la Feria del Libro de La Serena confesó que su novela se transformó en una experiencia sanadora en medio de una fuerte depresión que lo afectó el 2016.
En el 2016 Heber Rojas sufrió una depresión severa que lo tuvo complicado. Incluso, en junio de ese año simplemente no se pudo levantar y el médico le declaró la enfermedad. El facultativo no se explicaba cómo podía andar en pie y le confesó que, “usted está ‘muerto’ de pena”, pero Heber le insistió que debía seguir trabajando para cumplir sus compromisos. Sin embargo, el doctor lo reenvió al psiquiatra quien corroboró la afección, le dio un mes de licencia y decenas de medicamentos. Heber se resistió a seguir sus recomendaciones. Incluso, intentó volver a trabajar, pero no pudo. Las crisis de pánico y dificultades volvían a aparecer. Fue en ese momento cuando él mismo se dio fuerzas y reflexionó que debía transformar el dolor que lo embargaba en algo útil. El resultado fue sanador. Se plasmó en el inicio de su novela Luz Azul que en su estructura gruesa la escribió en 5 meses.
La misma que la tarde del martes 11 de abril de 2023 lanzó oficialmente en la Trigésima Octava Feria del Libro de La Serena que se desarrolla en la Plaza Gabriel González Videla bajo la organización de la municipalidad serenense en el marco del proyecto ganador del Fondo del Libro y la Lectura / Apoyo a Festivales y Ferias del Libro / Apoyo a Festivales y Ferias del libro con trayectoria, Convocatoria 2023.
Admitió que Luz Azul se terminó transformando en una terapia para enfrentar la fuerte depresión que enfrentó. “Para mí es un tema muy sensible e intenté abordarlo bien, pero no de una forma muy profunda porque no quería exponer toda mi emocionalidad en público”.
Heber es profesor de historia, pero en medio del duro proceso que experimentó dejó de hacer clases. Actualmente está abocado de lleno a la fundación Telos que se dedica a desarrollar un preuniversitario transversal, “gratuito dirigido a los jóvenes que no pueden acceder a uno”. En esta tarea le acompaña su pareja y una socia y en el último tiempo recibieron el apoyo de la minera Teck de Andacollo, “y estamos atendiendo a 105 estudiantes de Andacollo y enviamos varios cabros a la U y eso nos tiene muy contento”.
-¿Desde su fuerte experiencia con la depresión cual es su mensaje hacia quienes padecen esta enfermedad?
“Les recomiendo que pidan ayuda, que llamen a sus amigos, que se perdonen asimismo y que si tienen pena, tristeza, el escribir es una herramienta para soltar el alma”.
-¿En su caso se transformó en una terapia?
“Sí, fue liberador y útil”.
-¿De acuerdo a su relato en la presentación, piensa que la escritura le salvó la vida?
Heber hace una pausa y se da su tiempo para contestar, “creo que la existencia me arrojó un salvavidas y ese salvavidas fue la escritura”.
-¿Cómo está su vida actualmente?
“Emocionalmente bien”.
EXPECTATIVAS FUTURAS
-¿No cayó en la tentación de publicar un libro de autoayuda para, a través de su experiencia dar consejos?
“No me siento apto para escribir un libro de autoayuda porque siento que al no ser un libro de ficción tiene que estar organizado y fundamentado. Ahora es tremendamente importante para un ser humano el saber pedir ayuda”.
-¿Qué viene en el plano de la escritura en el futuro?
“En el futuro cercano es seguir con la fundación y abrir más preuniversitario, por ejemplo, uno en Las Compañías y Tierras Blancas, para poder ayudar a la comunidad y lo otro es que la fundación tiene una editorial infantil que se llama Editorial Circular donde estoy escribiendo e ilustrando cuentos infantiles y estoy en el proceso de estudio para una segunda novela”.
Luz Azul tiene la particularidad que se puede leer en ambos sentidos, “como un espejo, porque como contaba en la presentación, al verme en el espejo me veía otra persona y ahí me comencé a obsesionar con el espejo, por lo que quise escribir un libro que fuese un objeto y este objeto es el espejo”.
-¿Y cuando en el 2023 se ve en el espejo, como se advierte?
“Esperanzado y me siento mucho mejor”.