Nadie dijo que las relaciones de pareja fueras un remanso de paz. Todos los vínculos afectivos con otras personas pasan por fases. Cuando se trata de una relación amorosa y sexoafectiva entre dos personas, esas etapas pasan a ser más intensas. El objetivo de una pareja no solo debe ser alcanzar el máximo respeto, comprensión y cariño entre los miembros, sino saber darle carpetazo a los problemas, superarlos para que la relación se refuerce.
Causas de los problemas de pareja
Hay muchos síntomas que hacen ver que una relación de pareja no está pasando por un buen momento. Si uno de los miembros, o los dos, percibe que hay debilidad en el vínculo o visibiliza que hay más intercambios negativos que positivos en la unión, algo no está funcionando.
Las causas que llevan a este debilitamiento en la relación son el agotamiento por cansancio, la existencia de una tercera persona, conflictos de intereses, diferencias sociales y culturales, incompatibilidad de caracteres, diferentes visiones de futuro y hasta el propio desenamoramiento.
Al final, el amor es un sentimiento que pasa por muchos estadíos y no podemos esperar el mismo grado de efusividad en todos los momentos de la relación. De un amor más pasional se pasa a un periodo de compenetración en otros ámbitos.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que las crisis de pareja no siempre desembocan en ruptura, pues hay mecanismos que aceleran el reencuentro y la vuelta de la relación a sus cauces. Para ello es esencial alcanzar un alto grado de comunicación.
La importancia de escuchar en una relación
A menudo asociamos comunicación con el intento de que el otro nos escuche, pero dejamos de lado que la otra persona también tiene derecho a expresarse. La escucha activa implica ir más allá que oír y entender lo que nos dicen. Significa prestar atención y dirigir nuestra disposición hacia el otro.
Es habitual que en las parejas, en el proceso comunicativo, esperemos a que el interlocutor termine de hablar para hablar nosotros. Esto no es un buen proceso de escucha, porque la pareja no se siente atendida. Esto acaba generando insatisfacción y problemas de comunicación.
Por ello, esta tarea implica salirse del punto de vista propio y adquirir una posición de humildad. A su vez, hay que mostrar un interés total, con todos los sentidos puestos en la conversación. No vale responder con evasivas, sino que hay que mantener contacto visual, deshacerse de pensamientos propios para acoger nuevos puntos de vista, adoptar una postura corporal acogedora, no mostrar celeridad al responder y mantener paciencia hasta que termine su exposición.
Consejos para mejorar la comunicación en una relación de pareja
La escucha activa supone tener que oír, y atender, a mensajes que no siempre van a ser los deseados. No obstante, para que la comunicación sea fluida, porque sin este requisito no puede haber futuro sano en una relación, hay que seguir otras recomendaciones.
Una de ellas es valorar a la pareja y los aspectos positivos de la relación. Es importante generar un clima favorable que permita expresarse con total naturalidad, sabiendo que se pueden recibir reproches pero siempre desde el respeto.
No hay ninguna relación de pareja que sea perfecta, todas tienen errores, pero con conversaciones productivas, que lleven a buen término, se pueden solventar muchos malentendidos. La clave aquí pasa por afrontar esa comunicación con la cabeza fría, dejando las emociones negativas a un lado, alejando las palabras extremas y las faltas de respeto y no asumir que tu pareja conoce tus pensamientos. Por último, no pienses en términos de rivalidad en estas charlas.
Cómo puede la terapia con un psicólogo mejorar tu relación de pareja
Sobre el papel, todos estos apuntes parecen de gran utilidad, pero la dificultad radica en saber llevarlos a la realidad. Muchas personas acuden a sesiones con un psicologo, ya sea de manera individual o en pareja, para encontrar los mecanismos que les permitan desarrollar actitudes proactivas en la comunicación.
Los profesionales de la psicología son expertos en la resolución de estos problemas. Ellos no van a salvar la relación, pero sí pueden aportar sus conocimientos y que sean las propias parejas, en sus contextos particulares, los que traten de alejar esos problemas en la relación.
Una visita al psicólogo a tiempo no es más que asumir que se tiene un problema y que se están sentando las bases para tratar de solucionarlo. Quedó ya muy atrás esa idea de que estos expertos únicamente ayudan a personas que padecen algún tipo de desequilibrio.
