Aumento en la eficiencia en el uso del agua es el camino para enfrentar las limitantes en recursos hídricos

En este nuevo Día Mundial del Agua, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi estará presente en las tres provincias de la Región de Coquimbo con charlas acerca del cuidado del agua en la agricultura.

El uso de tecnologías y marcos conceptuales robustos permiten regar de manera eficiente los cultivos donde la transferencia y acompañamiento para la entrega de estas herramientas a la comunidad es fundamental para su éxito.

Se estima que la eficiencia en el uso del agua para riego en la Región de Coquimbo se sitúa entre un 40 % a 50 %. Este número debe ser mejorado a través de campañas de transferencia, extensión y acompañamiento a los agricultores, que incentiven el uso de información y tecnologías para mejorar sus prácticas de riego.

“Hoy día la agricultura es uno de los principales sectores consumidores de agua, pero la eficiencia en el uso es baja”, explicó Claudio Salas, director regional de INIA Intihuasi, manifestando que uno de los compromisos más importantes de INIA es “generar conocimiento para la aplicación correcta de tecnologías que permitan mejorar el uso de agua y su eficiencia más de lo que hoy día estamos viviendo”.

Son varias las líneas investigativas que la Institución posee en torno al aumento de la eficiencia hídrica en agricultura, teniendo como desafío principal la transferencia de los conocimientos y la operatividad real de las soluciones propuestas. Justamente Claudio Balbontín, investigador en riego de INIA, desarrolla proyectos que tienen que ver con el riego preciso, es decir, el aporte de las necesidades de riego de manera precisa y oportuna a los cultivos, “nuestros desarrollos, ya sea intelectuales o tecnológicos, buscan acercar las tecnologías a los agricultores” sostuvo Balbontín. De este modo, “cualquier agricultor o usuario del agua de la Región puede tener acceso a fuentes de información abiertas y confiables que le permitan estimar con alto nivel de precisión cuáles son las necesidades de riego de sus cultivos”. Puntualizando que estas herramientas están disponibles de forma gratuita y que hoy en día “INIA pone a disposición de los agricultores herramientas cuantitativas (agricultura de precisión) para que las decisiones en riego no se basen en el conocimiento empírico, ni en la experiencia personal, sino que en información y marcos conceptuales estándares”.

Gestión de la información y adopción de tecnologías en riego

En los últimos 30 años, se han realizado muchos avances en eficiencia hídrica en la Región de Coquimbo. Sin embargo, ¿por qué el uso del agua sigue siendo ineficiente? A juicio de Balbontín, “la falta de conocimientos para el uso de marcos conceptuales, tecnologías e información para la toma de decisiones para el aporte preciso del riego son brechas que deben ser abordadas de cara a escenarios de mayores limitantes”. Para mejorar estos aspectos, los trabajos de INIA se orientan a reducir estas brechas entregando capacitaciones en el uso de la información y marcos conceptuales”, agregó el investigador.

Un muy buen ejemplo también es la adopción del riego localizado en la agricultura regional. Los trabajos de evaluación de estos sistemas de riego señalan hoy en día importantes brechas relacionadas con el diseño, operación y mantenimiento de los equipos, así como en la definición de las necesidades de riego.

Quien también ha trabajado durante años en métodos para la sustentabilidad de agricultura frente a la escasez hídrica es Francisco Meza, investigador que lleva a cabo proyectos relacionados con el diagnóstico, la capacitación de regantes y estudiantes en el correcto diseño y uso de los sistemas de riego localizado y en calidad de agua, normas secundarias de agua y gestión del agua a nivel de cuenca.

“INIA Intihuasi lleva más de 20 años trabajando en eficiencia hídrica sobre todo a nivel de predio, de tal forma de utilizar de la mejor forma posible el agua que ya hace muchos años no alcanza, ya es casi dramático y estamos presionando también por encontrar nuevas fuentes de agua, cómo mejorar la gestión en el uso del agua” afirmó Meza que “si bien existen planes estratégicos de gestión del agua por cuenca desde hace más de diez años, todavía no somos capaces de implantar esos manejos para saber exactamente cuál es la seguridad hídrica por sector a nivel de una cuenca y asegurar, antes de saber según el invierno, qué podemos producir, sobre todo en agricultura”.

“Hoy día nos enfrentamos a un año crítico, una vez más y estamos dependiendo del invierno de 2023, que como pronóstico se augura que llegaría el fenómeno de El Niño que traería más precipitaciones, sin embargo, eso no debe significar bajar el acelerador de lo que hay que hacer en recursos hídricos, porque tan rápido llega un año bueno como se va y volvemos a la misma tendencia, por eso tenemos que pensar en cómo vamos a soportar la demanda hídrica para todos los usos en los próximos años”, indicó el investigador.

Además de las investigaciones antes señaladas, INIA estudia cultivos que demandan menos agua, disminución de la demanda ambiental por medio de mallas, mejora del suelo con materia orgánica para optimizar la retención de humedad, disminución del aporte de riego en épocas determinadas de los cultivos que no comprometan calidad ni rendimiento, correcto uso de los sistemas de riego, sistemas de cultivo bajo invernadero e hidropónicos, entre otras, teniendo siempre como foco el aumento de la eficiencia hídrica, la transferencia tecnológica y el acompañamiento de los agricultores.

Tonya Romero, Seremi (s) de Agricultura, agregó “como Ministerio de Agricultura, a través de la labor que desarrollan nuestros servicios, buscamos avanzar hacia un desarrollo sustentable de la actividad agrícola, especialmente en la pequeña agricultura. Es por esto que el trabajo que ha desarrollado INIA por más de 20 años en materia hídrica es tan relevante ante el escenario de escasez hídrica presente en la Región. Es gracias a su labor de transferencia de tecnologías y de conocimientos, que ha permitido avanzar hacia una agricultura de mayor precisión, contribuyendo al ejercicio de buenas prácticas de riego, aumentando la eficiencia en el uso del agua”.

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