Con la llegada de la temporada estival los días se hacen más largos, incluso en diciembre alcanzan una duración de más de 14 horas.
Es en este periodo cuando el anochecer se retrasa, comenzando alrededor de las 9 de la noche, y los padres se preguntan ¿Cómo logro hacer dormir a mi hijo cuando aún hay luz?¿Qué se hace cuando quieren seguir jugando, pero ya llego la hora de descansar?
Desde Clínica Somno, explican que parte de las funciones de la melatonina en nuestro cuerpo es regular el ciclo de sueño y vigilia, sin embargo, durante el verano los días son más largos por lo que este incremento en la secreción se retrasa, llevando a que el cuerpo se tarde en recibir las señales de que ya es hora de dormir.
“Para poder lograr el sueño aún con luz, existen diferentes técnicas que permitirán “engañar” al cerebro e inducirlo a producir melatonina , como es el caso de oscurecer la habitación y evitar las pantallas luminosas dos horas antes de ir a dormir. También es muy importante utilizar métodos de relajación y evitar los estimulantes cómo el café y bebidas energéticas”, explica Luciano Femopase, neurólogo del centro especialista en Medicina del Sueño.
A esto, se suma el impacto de las vacaciones en el descanso de los niños. Durante esta época, comúnmente el sueño tiende a desregularse, al cambiar la rutina y contar con más tiempo de relajo, lo que se une a una mayor ingesta de comida chatarra y siestas a lo largo del día, aumentando la dificultad por hacerlos dormir llegada la hora de ir a la cama.
Entonces, ¿cómo podemos mantener un hábito pese a la luz del día y las vacaciones? Desde la clínica del sueño, entregan algunas recomendaciones para lograr una rutina de sueño y un correcto descanso en esta temporada.
Recomendaciones
1. Luz, cámara, acción: Comienza la rutina de descanso una hora antes de la hora de dormir, ordena los juguetes, prepara la habitación, apaga todas las pantallas y atenúa las luces del dormitorio para evitar que interfieran con la producción de melatonina, la hormona del sueño.
2. ¡Que se haga la oscuridad!: Es primordial que la habitación esté oscura, que idealmente no entren rayos de luz. Se recomienda el uso de cortinas opacas, lo que se puede complementar con antifaces.
3. La clave de la relajación: Se aconseja bañar a los niños con baños tibios de no más de 10 minutos. Lo que es importante es no sobre estimularlos en el baño y llevarlos directo a la habitación.
4. Cuentos y sonidos relajantes: Estos ayudan a conciliar el sueño con mayor rapidez. Se sugiere incluir estas actividades en las rutinas, para que el niño lo asocie con el final del día y la hora de dormir.
5. ¡Con rutina todo es más fácil!: Por ejemplo, entre las 18:30 y las 19:30 es cuando la secreción de melatonina de los bebés están en su punto máximo. Incluso, acostarse más temprano ayuda a evitar los despertares nocturnos.
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