En encuentro organizado por la Fundación Oncológica pro ayuda al Instituto Nacional del Cáncer, expertas conversaron acerca de la prevención de la principal causa de cáncer cervicouterino en mujeres de todo el mundo.
Previo a la pandemia, el 70% de las mujeres chilenas mantenía al día su control de Papanicolau (PAP). Tras dos años y medio, esta cifra ha caído al 50%, lo que preocupa a expertos en la materia, ya que este examen es la forma más sencilla de pesquisar tempranamente el Virus del Papiloma Humano (VPH), principal causa de cáncer cervicouterino, patología por la que mueren cada año dos mujeres en Chile. Con esta realidad, a la meta impuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su campaña ‘90-70-90’ que busca que para el año 2030 el 90% de las niñas se hayan puesto dos dosis de la vacuna contra el VPH, el 70% de las mujeres se hayan hecho exámenes de sensibilidad y el 90% a quienes se les diagnostico cáncer, estén en tratamiento.
En el marco de la actividad “Conversando sobre el Virus del Papiloma Humano” organizado pro la Fundación Oncológica por ayuda al Instituto Nacional del Cáncer, la Dra. Andrea Schilling, ginecóloga infantojuvenil e investigadora sobre la vacuna contra el VPH, advirtió que “uno de cada dos adultos, alguna vez en su vida tendrá virus de papiloma humano: los estudios demuestran que siete de cada diez hombres adultos, alguna vez en su vida tienen VPH y tres de cada cinco mujeres adultas, alguna vez en su vida lo tendrán. El virus puedes tenerlo por muchos años latente, sin detectarlo y puede después reactivarse”.
Por lo anterior, la realización del examen de Papanicolau es clave, ya que el virus al estar silente podría activarse ante situaciones de estrés o deterioro del sistema inmunológico y su detección precoz es clave a la hora de enfrentar el cáncer de cuello uterino y su tratamiento. “En la mayoría de las veces no existe ninguna alerta de cáncer”, explicó la Dra. Schilling, por ello cobran importancia los controles periódicos y exámenes preventivos: “Cuando ya tenemos alerta es que llegamos tarde y enfrentar el cáncer en etapa precoz implica que sí es tratable”, enfatizó.
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En el conversatorio también participó la Dra. Ana María Ciudad, subdirectora médica del Instituto Nacional del Cáncer y Presidenta de la Sociedad de Cancerología, quien aseguró que “cuando se hace el diagnóstico precoz, son prácticamente 100% curables, hacerse un papanicolaou o estudio de VPH y tener un seguimiento estricto es una cosa fantástica”. “Todos los días mueren dos mujeres de cáncer cervicouterino en nuestro país y esa es más o menos la realidad de América Latina y el Caribe”, informó la experta, agregando que el cáncer cervicouterino es el cuarto cáncer a nivel mundial.
La Dra. Schilling recordó que, en Chile, desde el año 2014 la vacuna contra el VPH es parte del programa nacional de inmunización en niñas y desde el año 2019, en niños. Esta se aplica en dos dosis: la primera en cuarto básico y la segunda, en quinto. También es gratuita para personas con VIH y para quienes hayan sido víctimas de abuso sexual hasta los 26 años. De igual modo, en el país la vacuna está autorizada en mujeres hasta 45 años.
“A mayor edad si ya estuviste en contacto con el virus y si ya está integrado y hay un pre cáncer no le va a afectar nada la vacunación y el pre cáncer seguirá, la vacuna ayuda a evitar una infección de otros virus de la vacuna. No sirve contra la infección que ya tienen”, explicó la Dra. Schilling, pero fue enfática al señalar que “siempre sirve vacunarse (…) no hay que ser virgen y se puede ser mayor”.
El conversatorio fue inaugurado por Claudia Zapata, directora ejecutiva de la Fundación Oncológica, organización que se dedica a mejorar la calidad de vida de pacientes de escasos recursos que reciben sus tratamiento en el Instituto Nacional del Cáncer y quien se refirió a la importancia de la educación e información a la comunidad frente a esta enfermedad. “Este espacio ha sido creado para generar consciencia y promover la prevención de una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) más frecuentes de nuestro país. Con toda la información disponible que existe hoy en día no deberían seguir muriendo mujeres por este tipo de cáncer”.
Como parte del panel de conversación también participaron Consuelo Silva, periodista y autora del libro “Ni Promiscua, Ni Cornuda” inspirado en su propia experiencia al ser diagnosticada con VPH y Jane Morgan, especialista en Bienestar Sexual.
El VPH es un grupo de virus, pero solo algunos de ellos son los que van específicamente a la zona genital y en la cavidad oral (boca y garganta). Respecto a su forma de transmisión, esta se relaciona a todo el “repertorio de contacto sexual”, tales como besos, caricias, roce, coito, sexo oral y anal.
Las especialistas informaron que, tras el inicio de vacunación contra VPH en el mundo en el año 2007, por primera vez ya hay publicaciones que demuestran que se puede erradicar el cáncer del cuello del útero gracias a la vacuna, por lo que “ya no existe duda desde el punto de vista científico”. En ese sentido, hicieron un llamado al enorme riesgo que implica no controlarse: “vayan a hacerse el examen de Papanicolau, eso les puede salvar la vida”.