Dunas de Morrillos y bahía de Guanaqueros: sitios expuestos a graves amenazas al patrimonio biocultural, por la alta fragmentación de la zona costera.
Proyecto Adelaida, fundación que busca conservar el patrimonio biocultural, asegura que a pesar de que está prohibido por ley, a lo largo de los años la presencia de vehículos motorizados permanece constante y desarrolla acciones para proteger el ecosistema presente en la zona costera de la bahía de Guanaqueros de la región de Coquimbo.
El crecimiento en infraestructura y servicios en ciudades costeras cuya economía se basa en el turismo de sol y playa que ha incrementado fuertemente a nivel mundial. La falta de una estrategia y un ordenamiento territorial orientado al uso sostenible de playas en la IV región, ha facilitado el desarrollo inmobiliario sobre dunas, observándose pérdida de arena y un recurrente daño por marejadas a la infraestructura.
La aplicación de índices de calidad de playas turísticas del norte de Chile, realizado por Gonzalez S.A, Holtmann-Ahumada, G. (2017), evidenció altos niveles de urbanización, deficiencias en infraestructura y seguridad ofrecida a los usuarios, deterioro ambiental y ausencia de protección de las playas frente a eventos naturales extremos.
La playa y dunas de la bahía de Guanaqueros, de norte a sur desde “Punta Lagunillas” hasta “Punta Guanaqueros”, presenta una fuerte erosión y, en consecuencia, pérdida de biodiversidad. Graves efectos, que han sido generados por el incumplimiento de la orden N°2 del Ministerio de Defensa que prohíbe el ingreso y tránsito de vehículos motorizados a playas, dunas y litorales, ríos y lagos, como medida para prevenir accidentes y daños al medio ambiente.
Con el fin de acercar el conocimiento de los recursos marinos costeros a la comunidad en general, El Departamento de Pesquerías y el Departamento de Difusión y Cooperación Pesquera de la Subsecretaría de Pesca, desarrolló el libro llamado “Un tesoro escondido: Flora y Fauna de la Costa Central de Chile” en el cual se destaca que “La práctica de rodar vehículos por la arena es perjudicial para las comunidades biológicas que allí viven, pues destruyen refugios, ahuyentan a las aves y contaminan el ambiente”.
Un claro ejemplo de lo denunciado, se encuentra al norte de la bahía de Guanaqueros, donde se ubica Laguna Adelaida (Estero Lagunillas), la cual pertenece a la Red de Humedales Costeros en la Región de Coquimbo, y es uno de los sitios prioritarios para la conservación in situ en condición de urgencia de la localidad. Esto, por ser “zona alto endemismo, riqueza y diversidad de especies en el humedal” y porque se encuentra amenazada por la “sobrecarga de Turistas época estival, Cazadores y Crecimiento Inmobiliario”, según la “Estrategia Regional y Plan de Acción de la Biodiversidad IV Región Coquimbo” de la Comisión Nacional del Medio Ambiente.
Bajo el mismo argumento, Sergio González, biólogo marino y académico de la Universidad Católica del Norte, se refiere a los ecosistemas de playas arenosas en una columna de opinión, como “una torta con muchos interesados”. Esto porque fuera de ser un espacio recreativo, nos brindan un montón de otros bienes y servicios ecosistémicos aún más esenciales.
Entre los daños directos de esta actividad de vehículos 4×4 en los ecosistemas dunarios, tenemos la trituración y fragmentación de la arena (en trozos aún más pequeños), lo que favorece la pérdida de arena de las playas. También se produce una contaminación acústica, ruido generado en este caso por una fuente móvil, que afecta los patrones de comportamiento de las especies que habitan y anidan en las dunas. Fauna que también se ve afectada por la fragmentación de su hábitat, lo que afecta en la movilidad y hábitos de la flora y fauna y disminuye la posibilidad de germinación de las semillas de la flora local.
A fin de cuentas, todo esto genera una gran cadena de eventos que, debido a la desestabilización de la duna, interrumpen por completo el ciclo playa-duna, lo que a su vez provoca que ese sistema pierda continuidad y comunicación para funcionar y subsistir de la manera correcta.
Como organización con enfoque científico holístico, hemos estado alrededor de 3 años investigando la dinámica del territorio social, cultural, ambiental y económico del Humedal Lagunillas y su entorno. Dentro de la información levantada, es que, esta zona costera de la región de Coquimbo es un hotspot de biodiversidad y patrimonio biocultural. Hace años que se ha identificado al tránsito de vehículos en la playa y dunas como una de las grandes amenazas a la biodiversidad costera de la bahía de Guanaqueros y como una actividad normalizada entre los turistas y de moda a lo largo de los años, que tiene a las dunas de Morrillos y a la bahía visiblemente fragmentada. Hemos identificado que los principales actores que han provocado el daño en el entorno más cercano al humedal provienen de los condominios de veraneo aledaños: Las Dunas de Morrillos y Las Tacas, además de otro público que viene en sus jeeps desde Coquimbo/La Serena. Por esta razón, una de la fundadoras de Proyecto Adelaida, Bernardita Villanueva señala que: “Buscamos concientizar a través de la educación e investigación acerca de la importancia del cuidado de lo natural, sobretodo hoy con la Crisis Climática que vivimos, actualmente lanzamos una campaña para educar y sensibilizar a todos los usuarios del territorio por el daño que genera a la vida natural el tránsito de vehículos motorizados y la basura, considerando erosión, pérdida de hábitat, contaminación acústica, entre otros y el disfrutar en respeto hacia la zona costera. La campaña incluye la coordinación entre actores claves, principalmente administraciones de los condominios, organismos públicos y privados”.
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Importante tema que se debe visibilizar, tomar conciencia tanto visitantes de las dunas, como autoridades informadas de su importancia y se creen las reglamentaciones adecuadas y destinación de recursos que vayan en una real protección de estos ecosistemas.