Alza en los impuestos a las personas con ingresos superiores a $4.030.000; impuesto al patrimonio; y un nuevo royalty minero forman parte de la propuesta que ingresará al Congreso.
La Reforma Tributaria tendría como objetivo financiar parte de las reformas estructurales de la actual administración; ampliar derechos sociales como salud y pensiones; además de apoyar la diversificación productiva de Chile. De aprobarla el Congreso, se implementará de manera gradual, aumentando la recaudación fiscal en 4,3% del PIB cuando esté totalmente en funcionamiento.
Para Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la USS, “la alta inflación, 11,5% acumulada y 17% de incremento de la canasta básica en 12 meses; combinada con una recesión económica a causa de factores internacionales y de la enorme incertidumbre local por el proceso constituyente, hacen que llegar a fin de mes sea cada vez más difícil. La evidencia permite proyectar que, si en este contexto además se introduce esta mega reforma tributaria, el alza de impuestos más grande de la que se tenga registro, podría frenarse aún más la inversión, generándose más inflación y deteriorando la calidad de los empleos”.
Ajuste de impuestos
La propuesta se compone de cuatro iniciativas legislativas, siendo las modificaciones al impuesto a la renta la que presenta mayores cambios, incluyendo:
La reducción del impuesto de primera categoría -a las empresas- de 27% a 25% en el caso de reinvertir en productividad. Este impuesto es aquel que se aplica a las utilidades de las actividades industriales, comerciales, agrícolas y prestaciones de servicios, entre otras.
Aumento en el pago de impuestos para las personas con ingresos mensuales superiores a $4.030.000, lo que impactará al 3% de los contribuyentes. “En Chile un 75% de las personas no paga impuesto a la renta, el tramo exento es por lejos superior al de los países desarrollados. En la OCDE, prácticamente todas las personas contribuyen en algo para financiar los programas sociales. Esta es por cierto una verdad incómoda, pero necesaria de transparentar. Por cierto, hoy no es el momento de avanzar en impuestos para la clase media”, comenta Weber.
Impuesto a la riqueza de un 1% para patrimonios desde 5 a 15 millones de dólares; y de 1,8% para quienes superen los 15 millones de dólares. El patrimonio por declarar considera bienes como participación en sociedades, inmuebles, vehículos, portafolios de inversiones e instrumentos financieros.
Cambios al royalty minero
Otra de las líneas de la Reforma Tributaria son indicaciones al proyecto de royalty minero que hoy se encuentra en tramitación en el Senado. Actualmente en el país existe un impuesto específico que debe pagar esta industria por el derecho de extraer recursos naturales, el que aumentaría para las mineras con producción superior a 50.000 toneladas métricas de cobre fino al año.
“Si miramos la carga tributaria total de la minería del cobre estamos en una tasa en torno al 40%, cifra muy similar a países como Canadá, Perú o Australia. Es razonable que las grandes empresas paguen más impuestos, siempre que nos mantengamos en los márgenes globales para aumentar la recaudación sin afectar la competitividad”, explica.
Créditos hipotecarios y arriendos
A lo anterior se suman impuestos orientados a promover la preservación del medio ambiente; y medidas para reducir las exenciones, evasión y elusión. Entre ellas se limita la exención del pago de intereses hipotecarios solo a un crédito en el caso de las viviendas DFL2 y un nuevo impuesto a los arriendos.
“Hoy si una persona compra viviendas DFL2, al tramitar el hipotecario tiene un beneficio que reduce interés y algunos impuestos hasta la segunda vivienda. La Reforma Tributaria elimina este beneficio para la segunda vivienda, dejándolo solo en una. Muchas personas con esfuerzo compran un segundo DFL2 para arrendarlo y así complementar sus ingresos. Ahora habrá un doble castigo: primero ya no tendrá el beneficio tributario por esa compra y segundo, tendrá que pagar impuestos por arrendarlo. Esto, por cierto, se trasladará al arrendatario, quien verá incrementado el valor que paga mensualmente. Este mercado es muy amplio por lo que su efecto puede ser significativo para la clase media”, agrega el decano USS.
