Los créditos de consumo vigentes no se ven afectados por la inflación; a diferencia de los hipotecarios, que sufren cambios por el aumento de la UF. En caso de tener dinero extra se recomienda evaluar instrumentos de inversión antes de prepagar.
El costo de la vida sigue subiendo y en lo que va de 2022, Chile acumula una inflación de 10,5%, la más alta desde 1994. Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad San Sebastián, explica que “esto se traduce en un descenso en el poder adquisitivo. Por ejemplo, si consideramos los últimos doce meses, un sueldo nominal de 500 mil pesos hoy equivale a 450 mil pesos reales”.
Ante un alza inflacionaria también se producen otros efectos. Por un lado, sube la UF y, por otro, para controlar la inflación una de las medidas del Banco Central es elevar la Tasa de Política Monetaria (TPM), lo que genera aumento en las tasas de interés. En este escenario, ¿qué pasa con los créditos?
Créditos de consumo
Weber advierte que es necesario hacer la diferencia entre los vigentes y los nuevos. Los ya adquiridos mayoritariamente fueron pactados con una tasa fija y en pesos, por lo que no afectan estas fluctuaciones de la inflación. Si pese a esto se decide prepagar un monto parcial o el total de lo adeudado, lo recomendable es hacerlo en la primera etapa del crédito.
“De esta forma se considerará el interés devengado hasta la fecha en que se haga esa transacción, además se puede optar a la devolución de los seguros contratados de manera obligatoria. Sí es importante tener en cuenta que para este procedimiento las entidades financieras fijan una comisión de prepago, por lo que es fundamental revisar el contrato asociado antes de tomar una decisión”.
A su vez recalca que “no es un buen momento para optar por este tipo de financiamiento, ya que tienen una tasa promedio de 18,5% anual y un CAE por sobre el 20%. Esto, porque lo que busca el Banco Central con el incremento de la TPM es frenar la demanda interna”.
Créditos hipotecarios
A diferencia de los créditos de consumo, los hipotecarios se pactan en UF, por eso la inflación hará que veamos variaciones en el dividendo. Si hace 12 meses una persona pagaba 10 UF mensuales, que equivalían a 295 mil pesos, por ese mismo dividendo hoy debe pagar 325 mil pesos. Si esto se mantiene, ¿es mejor prepagar?
Para el especialista de la USS, es conveniente solo en caso de contar con un excedente muy alto o estar en la etapa final del crédito. De lo contrario, si se tiene más liquidez es aconsejable evaluar instrumentos de inversión que entreguen un retorno mayor al porcentaje de inflación, como APV’s, depósitos a plazo o fondos mutuos.
Analizando los nuevos créditos, también se registra un descenso en las solicitudes. “En los últimos cuatro años durante el primer trimestre se transaban cerca de 30 mil, los que hoy bordean los 17 mil. Esto no es solo por el aumento de la tasa de interés, sino también por el incremento en el valor de la UF y la mayor incertidumbre sobre el futuro”, agrega.