Aportan capital humano, consumen servicios y productos, pagan impuestos, generan actividad económica y contribuyen con la innovación y creación, entre otras muchas cosas.
Cerca de 1,9 millones de migrantes (según datos del INE y de organizaciones privadas) hay actualmente en nuestro país, que en su mayoría provienen de Venezuela, Perú, Haití y Colombia. Esta población -que representa casi el 10% de los habitantes sobre suelo chileno- ejerce un efecto positivo sobre la economía, en diversos ámbitos, “trayendo capital humano, contribuyendo al PIB mediante su trabajo, pagando impuestos, aumentando los tamaños de los mercados, consumiendo servicios y productos que generan actividad económica y contribuyendo con el pool de personas disponibles para innovar y crear”, comenta Juan Nagel, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes.
“Los investigadores Aldunate, Contreras, de la Huerta y Tapia, del Banco Central de Chile, investigaron el efecto positivo en la economía de los migrantes en Chile el 2019 y llegaron a la conclusión de que tienen un impacto positivo en el crecimiento del país a largo plazo. En otros países del mundo hay una evidencia empírica profunda sobre este tema”, agrega Nagel.
El experto detalla que, si bien los inmigrantes calificados pueden, en un principio, generar efectos de baja en el crecimiento de los salarios en ciertas profesiones, en general la inmigración es beneficiosa incluso para aquellas profesiones más afectadas. “Pongamos un ejemplo: la medicina. La llegada de muchos doctores extranjeros permite descongestionar el sistema de salud, abaratar los costos de la atención y generar una mayor actividad en ese ámbito. Hay estudios que señalan que los migrantes generan en nuestro país una actividad económica cercana a los US$ 4 mil millones anuales. A mayor paso del tiempo, la contribución de los inmigrantes aumenta, tienen tasas de natalidad mayores a las de la población local y esos niños terminarán estudiando, trabajando, pagando impuestos, consumiendo, emprendiendo e innovando. Los efectos positivos de la inmigración permanecen en el tiempo y van creciendo”.
Además del impacto económico de la llegada de extranjeros a nuestro país, hay muchas otras variantes positivas de su inclusión en nuestra sociedad. “En la medida en que Chile pueda abrirse a la integración de otras culturas, la sociedad se enriquecerá. Hay muchos estudiantes, académicos, empresarios y profesionales migrantes. La integración de la población extranjera no calificada también es necesaria para darle cohesión a la sociedad chilena y para que los descendientes de esos inmigrantes puedan aportar a su nuevo país”, concluye el académico de la UANDES.