Tras varios días en huelga, los apoderados aún esperan una pronta solución al conflicto que mantiene sin sus clases a escolares de enseñanza básica y media.
Más de 20 días han pasado desde que se inició la huelga legal de funcionarios del colegio Santo Tomás de La Serena, pertenecientes al Sindicato de Trabajadores (SICOSAT).
Luego de varias reuniones entre funcionarios y representantes de la administración de la red de Colegios Santo Tomás, aún no se ha llegado a un acuerdo que pueda dar pronta solución a las exigencias de los funcionarios, lo que implicó una paralización casi total de actividades escolares a nivel nacional.
Debido a esto, varios apoderados se refirieron a la situación del colegio y específicamente de sus hijos, quienes se mantienen en casa esperando retornar a las clases presenciales.
Mary, apoderada del Tercero Básico A, sostuvo “yo apoyo totalmente a los profesores, y tienen todo el derecho de exigir lo que les corresponde, pero encuentro que el colegio no está considerando ni respetando el derecho de los niños a la educación. Nosotros como padres al matricular a nuestros hijos nunca pensamos la posibilidad de que los profesores se iban a huelga, ni que tenían estos convenios colectivos cada tres años, el colegio es subvencionado y nosotros como padres también cancelamos una mensualidad que no es menor. Para nosotros es muy importante la educación y no me parece que nuestros hijos e hijas pierdan ese derecho, aunque sean semanas o meses, me parece injusto”. A su vez Daniela, otra apoderada del mismo curso, agregó “el colegio sólo ve lo que les conviene a los directores de la “supuesta Fundación”, los valores se mantienen en las cuotas mensuales y los únicos pero únicos perjudicados son los niños, que después de un año lograron volver y ahora por un berrinche de no acceder a los 35 mil que se pide por parte de los profesionales perjudican demasiado a los niños que les gusta ir. El Colegio Santo Tomas cuenta con recursos y lo que uno paga lo pueden sacar de ahí. No están pidiendo una millonada de plata, creo que son demasiado tacaños y están perjudicando a nuestros hijos. Mientras ellos tienen los bolsillo con el dinero, no lo quieren desembolsar”.
En tanto Cristian Salinas, apoderado del Kinder A del Colegio Santo Tomás, indicó “La verdad es que como apoderado creo que la institución ha sido poco transparente con la comunidad educativa en la entrega de información respecto de la situación financiera del colegio que permita llegar a acuerdos con los profesores, ya que si analizamos la información entregada por los funcionarios es bastante poco el incremento salarial ofrecido en comparación al que justamente reclaman. Si comparamos los aranceles con otros establecimientos de similares características, como por ejemplo el colegio Seminario. El colegio Santo Tomás cobra bastante más caro y tengo entendido que en el colegio Seminario el sueldo de los profesores esta bastante por sobre el promedio, considerando lo dicho por la presidenta del sindicato del colegio Santo Tomás en donde menciona que los profesores ganan por hora mensual el valor establecido por Ley (que equivale a $14.792 para docentes de básica y $15.564 para docentes de educación media), más asignaciones provenientes desde el Ministerio. La falta de información se refiere justamente a eso, ya que considerando que es una fundación que recibe fondos estatales y de apoderados, yo por lo menos no se si su margen de recursos es tal cual lo han mencionado en algunos comunicados. Lamentablemente esta intransigencia afecta a los estudiantes”.
Por parte de los funcionarios del colegio que se mantienen movilizados, exigen un aumento al sueldo base de $35.000, un bono de colación de $10.000 y $5.000 para locomoción. Asimismo, y en una declaración de prensa, la Dirección del Colegio respondió que este es un proceso legal entre dos partes -sostenedor y trabajadores- y han actuado con prudencia a la hora de informar cuál es su posición y la realidad económica como fundación, por lo que se mantienen abiertos al diálogo, no indicando una fecha para volver a clases.
Finalmente, los apoderados esperan con ansias que el colegio se abra a la posibilidad de aceptar lo solicitado por los funcionarios, ya que insisten, no pueden seguir esperando con los niños en la casa mientras se está cancelando una mensualidad a la institución para que mantenga la continuidad de estudios.
