Por más de 40 años me he dedicado a trabajar en la pesca.
Comencé de la nada, como muchos, con pequeños botes, extrayendo lo básico. Los años fueron entregándome experiencia y, poco a poco, crecíamos; de una pequeña caleta, pasamos a transformarnos en un destino indiscutido de comercialización para los mejores locos y machas de toda la región de Coquimbo. Además, en el mapa se nos apuntó como un imperdible del turismo ecológico, sorprendiendo la cantidad de ballenas, delfines, aves marinas y nuestros emblemáticos pingüinos de Humboldt.
Así, los mismos pescadores artesanales, algunos de los cuales también se han dedicado a la recolección consciente de algas varadas sin barreteo, nos abrimos camino en el mundo del turismo y sumamos otra actividad sustentable a nuestra comunidad. De esta forma, los periodos en que respetábamos las vedas de los productos del mar, nos dedicábamos a mostrar los maravillosos ecosistemas marinos de esta Reserva, la más hermosa sin duda.
Somos los pescadores artesanales del Archipiélago Humboldt quienes por décadas hemos intentado establecer que la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt y sus alrededores deben protegerse. Nos acompañaron la ciencia y las organizaciones de la sociedad civil. Dimos muchas peleas y seguimos en ello. Si antaño fueron las termoeléctricas, hoy nuevamente nos amenaza la gran industria, esta vez en manos de Andes Iron y su proyecto portuario minero Dominga que, a pesar de estar rechazado, insiste con su instalación, ahora a través de tribunales ambientales.
Por eso es tiempo de hacer memoria. Los pescadores no olvidamos que durante el proceso de evaluación ambiental muchos organismos como Conaf, Medio Ambiente, Salud, entre otros, dijeron con todas sus letras que Andes Iron no había presentado información suficiente para caracterizar la línea de base del medio marino y menos las rutas de navegación. Por ello, como representante de uno de los gremios de pescadores artesanales de la zona, quiero decir con toda firmeza que no permitiremos que se pase a llevar lo ya establecido por la ciencia, por la evaluación ambiental y por nosotros, quienes mejor conocemos de nuestra mar; protegeremos esta tierra, su costa, islas e islotes con la misma convicción que en el pasado.
La mar es vida, nos seduce, nos atrae, nos invade, nos relaja, nos fascina; además, nos alimenta, nos permite desarrollar actividades sustentables, nos da cultura y nos da naturaleza. Es nuestra historia, y es el futuro de todas y todos.
Óscar Avilez
Presidente Asociación Gremial Punta de Choros
